The Story Of Us ♥

¿En serio Angie?

"No puedo creer lo que estoy diciendo"

-¿Estás segura?- preguntó Nicola arqueando una ceja- Es mucho y la historia no se te da.
-Eso cosa de leer los libros de texto. Y sabes que me gusta leer.- agregué lo más tranquila posible- Ya está el trato. Si quedamos como antes, déjame ayudarte con el desastre, que en parte es mío.

La verdad era que no sabía lo que hacía. Solo me llegó ese momento según lo pensé, y sin procesar, sin anestesia. Y asi va a ser todo, Nicola no conoce la anestesia para mí. Pero en realidad quiero volver a lo de antes.
¿En serio Angie? ¿Quieres volver a mentir diciendo que estás de mara villa mientras Nicola sigue saliendo con Francesca? ¿Quieres salir lastimada y feliz al mismo tiempo por ver lo bien que la pasa Nicola?
Por desgracia ya me sabía las respuestas de todas esas preguntas. Yo sin Nicola no soy nada. Aunque yo sea completamente miserable, si el está feliz yo puedo sobrevivir. Solo por ver su sonrisa, sacrificaría todo lo que tengo, solo por saber que el está bien. No me importo a mi misma cuando el está conmigo. ¿Me estoy escuchando? Si, y amo pensar así. Lo amo a él.

*+*+*+*+*+*

-¿Estás segura de lo que vas a hacer?- me preguntó Sheyla al acompañarme a mi casa ese día. Su auto estaba en reparación y no nos quedó más remedio que ir a pie a casa.- Mira... ya sé que es malo que se aprovechen así de Nicola, y no lo digo por mi, yo fui la primera en pedírselo y nunca me imaginé que Yaco y Rafael le fueran a jugar el mismo partido. Pero tu no tienes por que hacer eso, si tu no quieres.
-Shey...- suspiré- ¿No tienes el valor suficiente de hacer el proyecto por ti sola? Es decir... robaste el examen y ahora haces que alguien más te haga el trabajo. Así nunca aprenderás nada.
-Es que... no sabes cuan ocupada estoy- dijo en tono dramático.- Tengo las prácticas de básquet, y las de gimnasia. No puedo, me voy a las tres de mi casa y regreso a las siete.
-¿Por qué no las haces en tus días libres?- pregunté. La verdad ya no tenía excusa suficiente, así que no podía defenderse- Tienes mucho tiempo, y lo sabes. Por favor, hazlo tu sola.
-Angie...- se quejó Sheyla- No confundas tu preocupación por mi con tu amor hacia Nicola.
-Lo hago por los dos.- objeté-
-Está bien.- dijo rendida- Créeme que cometes un error a medias.
-Da igual.

Llegué a casa y tomé algo del refrigerador. Un rico yogurt de frutas y una rebanada de pastel de vainilla. Lo puse en un platito y me dirigí a mi habitación, crucé la ventana abierta, bajé el peldaño y entré a la habitación de Nicola. No había nadie y me dispuse a hacer lo mismo que siempre hacía cuando éramos aun más amigos. Entraba a su habitación y el no estaba, así que me ponía a ver la fotos que el tenía en su repisa. Escuché el sonido de la puerta y miré hacia ella. Se abrió y Nicola entró y se sorprendió al verme ahí.

-Olvidé completamente que hacías eso- sonrió y caminó hacia mí- ¿A qué se debe tu visita?
-Traje yogurt de frutas y pastel... ¿Quieres?- sonreí- Nada mejor que un postre antes de iniciar con los trabajos de los abusadores.
-Me lo merecía ¿no?- dijo algo desanimado sentándose al borde de la cama- No se por qué lo hice... yo...
-Cierra la boca y trae tu computadora.- ordené entre risas- agradece que te quité a Sheyla de la lista de "Trabajos no entregados".
-¿Qué hiciste?- me preguntó con los ojos puestos en el pastel-
-Pues digamos que le di a conocer sus tiempos libres, ya sabes cómo es ella- le acerqué el plato de pastel y el accedió tomando un poco con su mano- ¡Eh! Esos modales...
-Da lo mismo- rió- Tenemos casi el mismo tipo de mugre en los dedos. Es decir... hasta en eso parecemos hermanos.

Sonreí y comenzamos de un momento a otro a platicar de tonterías. Justo como antes, como cuando éramos" Nicola&Angie" en plan de amigos. Amigos/hermanos. Admito que es mejor que no hablarnos y tratarnos como basura nuclear.
Iniciamos con los proyectos. Yo tomé el informe de Rafael y Nicola optó por hacer el resumen de Yaco. No sé por que no lo quisieron hacer de verdad, será historia pero esto ya no se me hace tan aburrido como antes. Estoy con Nicola y también trabajo bien y presto atención. ¿Será que ya no me afecta tanto? Al pensar eso una sonrisa involuntaria aparece en mi rostro.

-¿Ahora me dirás que amas la historia?- me preguntó Nicola- Eso me dice tu sonrisa.
-Bueno... es que ya sabes que me gusta leer. Y creo que, bueno... tengo que confesar que es divertido.- miré hacia la lectura, obviamente ruborizada- Ya encontré mi método de estudio.
-Te felicito- le dio a mi espalda unos leves golpecillos- Ahora no tendré que estudiar por ti.

Solté una carcajada y comenzamos a jugar a la guerra de almohadazos. El me pegaba levemente para no lastimarme y yo empleaba toda mi fuerza para lograr que el sintiera algo de dolor. Es mucho más fuerte que yo y me gusta saber que no me quiere lastimar... físicamente, claro.
Comenzamos a forcejear estando de rodillas en la cama y soltando risas sonoras y provocando que casi cayéramos ambos al suelo. Nicola me tomó de la parte baja de la espalda y me hiso caer encima suyo. Aún riendo nos miramos a los ojos y le dí el último almohadazo antes de que la pequeña almohada saliera disparada hacia el piso. Me quedé mirando sus ojos, y su sonrisa... perfecto... el lo es.
Su mano fue vagando por mi espalda y con la otra acariciaba mi rostro mientras retiraba el cabello que se había perdido por el movimiento. Yo por mi parte, estaba sobre mis codos para no caer completamente encima de él. Nos miramos unos segundos, y como si fuera una señal... una reacción... sonreímos por última vez antes de acercar nuestros labios.

Continuará...