En un instante nos teletransportamos a las Cataratas Victoria, en África. Siempre quise visitar este lugar lleno de naturaleza. Aunque cambiar de paisaje tan rápido me resultó verdaderamente sorprendente.
Mientras camiábamos en busca del Lago Victoria miré con tristeza la muñequita de Felicidad. La agarré con fuerza y prometí para mis adentros que la devolvería a su estado normal.
-¿Vamos a tardar mucho en llegar?-preguntó Smiley con voz cansada.
-Pero si solo llevamos caminando diez minutos-rió Paolo.
Smiley sonrió, yo me reí y le di un toquecito en el hombro a mi amiga.
-¿Pasa algo?-dijo ella.
-Céntrate en nuestra misión, ya tendrás tiempo para estar con él-reí de nuevo.
Ella se sonrojó rápidamente y no habló mucho más durante el resto del trayecto.
En el fondo sé que ella se siente algo mucho más fuerte por el de lo que se imagina. Nunca la había notado así, parecía hechizada.
La verdad es que todo había cambiado tanto en tan poco tiempo... me preguntaba cómo estarían las cosas en Grecia: si mi madre estaba bien, en que lugar estaría Piruleta...
Quisiera creer que todos en Atenas estuvieran bien, pero ya no podía estar segura de nada.
De repente oí un ruido entruendoroso que no paraba de crecer: era el ruido de las cataratas más grandes.
"Parece que ya estamos cerca" pensé aliviada.
Al cabo de unos tres minutos vimos a lo lejos un lago de aguas cristalinas.
-Y tan cerca...-murmuré.
-Iré yo primero a hablar con ella-dijo el libro.
-¿Y eso por qué?-preguntó Paolo.
-Alyre es una chica muy salvaje...-tan solo susurró eso mientras se alejaba.
-Pues no veo que eso sea un problema-dije algo indignada por no poder ir.
-¿Pero que quiere decir con que es una chica salvaje?-se preguntó Smiley.
-Será una chica con forma de tigre-sonrió Paolo.
Las dos reimos.
-Ya hablando en serio-intervine-. Si Alyre es peligrosa...
-Yo estoy seguro de que solo lo dijo para asustar.
-Smiley, ¿y tú que opinas?-le pregunté.
Ella no contestó.
-¿Estás bien Smiley?-pregunté preocupada.
Smiley permanecía completamente callada, con la mirada perdida.
-¡Smiley!-exclamé mientras la zarandeaba. Pero por muchos esfuerzos que quise hacer ella no respondía.
A los pocos minutos llegó el libro preguntando:
-¿Qué tal todo por aquí?
-A Smiley le ocurre algo muy raro-exclamé angustiada.
-Pero si a mi no me pasa nada-dijo al fin Smiley.
-¿Smiley? ¡Smiley!-dije aliviada mientras la abrazaba fuertemente.
-¿Ocurre algo?-me sonrió.
Preferí no hablar.
-Podemos ir a verla-anunció el libro mágico.
Sin decir ni palabra más nos dirigimos a una pequeña cueva en los alrededores del lago. Cuando entramos nos encontramos con una chica de cabellos azulados con ciertos toques rosados atados con unas flores rosas blanqueadas. Sus ojos eran de un verde claro precioso, y tenía la cara llena de pecas. Su piel era clara con reflejos en azul.
-Encantada de conoceros, mi nombre es Alyre-se presentó con una voz tan dulce como tranquila. ¿De verdad una joven como esa era peligrosa?
-Igualmente, Alyre. Quizá ya sepas el motivo de nuestra visita-dijo Paolo cortéstemente.
-Efectivamente... Podéis tomar tanta agua del lago como queráis, pero respecto a mi Gema... no os la daré.
-¿Y eso por qué?-sobresalté.
-No creo que lo más adecuado sea dárosla. Miraros: sois tan solo tres adolescentes sin recursos para defenderos en caso de peligro. Y en cuanto al libro mágico, sabe que no puede resistir y protegeros de varios ataques seguidos porque su magia se agota. En definitiva, pienso que la Gema del Lago está mucho más segura en mis manos-argumentó con serenidad.
No podía reprocharle nada: todo lo que ella decía era cierto.
-Pero necesitamos esa Gema, no puedes negarte a dárnosla-protestó Smiley.
-En realidad no estoy obligada. No tengo por qué hacer caso a las guardianas de América por la sencilla razón de que pertenecemos al mismo rango y no son mis jefas.
Que chica más testaruda.
-Cierto es que tienes razón-me atreví a decir-. Pero piensa un poco: ¿que crees que pasaría si te quedaras con tu Gema? Si es verdad que nuestro enemigo planea robar las Gemas de la Tierra ni siquiera tu podrás protegerla. Imagina que el enemigo consigue todas las Gemas, ¿qué el pasaría a Galaxia Itziar? Solo imagínatelo.
-Me parece de lo más improvable...
-Solo imagínatelo-la interrumpí.
-Uff... Y bien, ¿que queréis que haga yo?-preguntó con pesadez.
-Ya lo hemos dicho, queremos la Gema del Lago-dijo el libro mágico.
-Eso si que no.
-Por favor, Alyre-le supliqué arrodillándome como último recurso-. Haremos lo que sea.
Alyre sonrió.
-Solo os la daré cuando de verdad me demostréis que podéis guardar mi preciada gema. Si así lo deseáis yo misma me comprometo a enseñaros a luchar siempre que acatéis todas y cada una de mis órdenes. ¿De acuerdo?
Smiley, Paolo y yo nos miramos algo confundidos.
-De acuerdo.
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La mágica aventura de Aria
FantasíaAria es una joven de quince años que reside en Atenas, capital griega. Junto a su mejor amiga, Smiley, y el misterioso Paolo, viajarán como estudiantes de intercambio a un pueblo del lejano Amazonas. Allí descubrirán que las hadas existen, y que la...