-¡¿Cómo que hadas?!-exclamé incrédulamente.
Loira y Sena asintieron convencidas. En un abrir y cerrar de ojos el aspecto de las gemelas había cambiado completamente. Sus cabellos se habían vuelto más claros, y ahora iban recogidos con dos grandes trenzas. Sus ojos ahora eran azules. Sobre el pelo llevaban unos extravagantes sombreritos anaranjados. Sus nuevos vestidos eran vaporosos y color pastel.
Ahora si que no veía diferencia entre ellas.
-Esto es difícil de explicar-comenzó Sena-. Antes de nada debéis saber que, aunque a vuestro cerebro le cueste asimilarlo, las hadas existen, nosotras formamos parte de ellas.
-Cada planeta de nuestra galaxia lo dividen en ciertas partes, y cada parte es asignada a una o varias hadas para que la protejan de cualquier amenaza. La Tierra se divide en los cinco continentes, y Sena y yo somos las guardianas de América. Cada...
-¿Y de dónde venís vosotras? ¿De dónde vienen las hadas?-interrumpió Smiley, llena de curiosidad.
-Todas y absolutamente todas las hadas venimos de un planeta llamado Nayar. En el Comité de Sabios de Galaxia Itziar, que se encuentra en dicho planeta, se asignan a cada hada una zona de un planeta-explicó Sena.
-Entiendo...-contestó Smiley, pensativa.
-Lo que iba diciendo-continuó Loira-. Cada zona tiene una gema a la que las hadas de ese lugar deben proteger con su vida, esas gemas son llamadas las Gemas del Poder, cuando todas las gemas de un planeta se juntan se origina un poder inigualable, capaz de destruir todo a su alcance. Esta es la Gema del Poder del contienente americano.
En su mano apareció una preciosa piedra verde brillante, que relucía increiblemente.
-La hemos llamado Gema Corazón, porque se dice que el Amazonas es el corazón del mundo-comentó Sena.
-He aquí el fin de nuestra explicación. ¿Alguna pregunta?
-Yo quería saber si las hadas tienen poderes-dijo Smiley.
-Claro que los tenemos, pero solo en caso de peligro podemos utilizarlos. Estamos obligadas a pasar desapercibidas, y a que no nos descubran jamás de los jamases.
-¿Y entonces por qué nos lo habéis contado a nosotros?-pregunté.
-Porque vosotros debéis de reunir las cuatro Gemas del Poder restantes lo antes posible-dijo Sena.
-¿Reunirlas? ¿Para qué?-preguntó Paolo.
-Hemos detectado especial interés por este planeta por parte de nuestro enemigo.
-¿Enemigo?-repetí algo asustada.
-Ni mas ni menos que la manifestación del propio Mal en persona. Si consigue robar las Gemas del Poder de la Tierra daría lugar a una guerra intergaláctica, por eso es tan importante que nos las traigáis a nosotras para mantenerlas a salvo-nos pidió Loira.
-¿Pero por qué nosotros? ¿No es más fácil ir vosotras a por ellas?-cuestionó Smiley.
Loira señaló el libro que tenía Smiley en las manos, luego dijo:
-"Los secretos del Amazonas" es un libro mágico, tan solo hay que pedirle algo para que se haga realidad. Si habéis encontrado ese libro y ahora estáis aquí, en Aents. Es demasiada coincidencia. Además, se nos está prohibido salir de nuestra zona.
-¿Y qué tenemos que hacer exactamente?-preguntó Paolo.
-Como ya os hemos dicho, traer las Gemas del Poder de Asia, África, Oceanía y Europa hasta aquí, con el libdo no tendréis problemas-explicó Sena.
-Pero, aunque en todo momento estaréis protegidos, nunca bajéis la guardia, el enemigo y sus aliados puede esperaros en cualquier parte-nos advirtió Loira.
-Tendremos cuidado-sonrió Smiley.
En la sala se hizo un intenso silencio, hasta que una aguda voz irrumpió en la estancia, que gritó riendo:
-¡Sabía que las francesas ocultaban algo!
¿Aquella era...? ¡La chica del otro dia, la que nos guió a Aents!
-Pero no me imaginaba que fueráis hadas-siguió riendo-. Da igual, lo importante es que voy a acompañaros.
Parecía muy segura de sus palabras.
-No puedes ir con ellos, es muy peligroso-le prohibió Loira.
-Yo ya tengo casi doce años y soy mayor. Puedo vivir esta aventura con ellos-sentía un montón de verdad en sus palabras. Sinceramente, no la veía un estorbo, sino una ayuda, pues aparentaba ser una gran aventurera.
-Por mí estaría bien que nos acompañase-opiné-. ¿Os parece bien?
Paolo asintió y poco después también lo hizo Smiley.
-Pero antes de irnos necesitamos saber tu nombre-le dijo Paolo a la chica.
-Mi nombre es Felicidad-contestó con una gran sonrisa. La verdad es que le pegaba bastante el nombre.
No sé... me parecía una buena chica.
Las gemelas suspiraron profundamente.
-Está bien, pero ten mucho cuidado-sentenció Sena.
-Claro que lo tendré-contestó con la misma seguridad.
De nuevo silencio.
-Es el momento, debéis partir ahora mismo-dijo Loira.
-¿Y cómo vamos a no-se-dónde?-pregunté.
-En el continente oceánico, concretamente en Australia, se encuentra la llamada Gema de las Arenas, podéis empezar por esa-sugirió Sena.
-Australia es muy grande-se quejó Smiley-. ¿No nos puedes dar una localización más exacta?
-En un pueblo en el Gran Desierto Victoria-aclaró la joven.
-Todavía no me ha quedado claro como iremos hacia allí-dijo Paolo.
-¡Yo si que sé como ir, es muy fácil!-exclamó Smiley, emocionada-. ¡Librito mágico, queremos ir al desierto de Australia!
-¡Smiley que Austra-!
No pude acabar la frase. Cuando me quise dar cuenta los cuatro estabámos rodeados por un inmeso desierto.
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La mágica aventura de Aria
FantasyAria es una joven de quince años que reside en Atenas, capital griega. Junto a su mejor amiga, Smiley, y el misterioso Paolo, viajarán como estudiantes de intercambio a un pueblo del lejano Amazonas. Allí descubrirán que las hadas existen, y que la...