Aprendiendo a luchar

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Alyre se desató la cola, liberando sus indomables cabellos. Fue ahí cuando pude apreciar que su melena esta hecha únicamente de agua. Sus ojos cambiaron de verde claro a rojo intenso.

-¿Preparados?-su voz también había cambiado: ahora era mucho más feroz.

¿A esto se refería el libro cuando dijo que Alyre era una chica peligrosa?

La guardiana de la Gema del Lago sonrió malévolamente.

-Vosotros os lo habéis buscado-dijo guiñando un ojo-. Seguidme.

Alyre salió de aquella cueva y nos llevó hacia un lugar en lo más profundo de la selva, en donde no se podía diferenciar el azul del cielo debido a las copas de grandes árboles.

-Veamos...-comenzó-. Tú, Aria.

-¿Cómo sabes mi nombre?-pregunté asombrada.

-Soy una hada, ¿qué esperabas?-contestó descaradamente-. Aria, en tus ojos veo una profundidad fuera de lo común. ¡Ya sé! Entrenarás el tiro con arco.

-No soy buena con la puntería-susurré.

-Harás lo que yo diga-me reprochó enfadada-. Además, aunque no lo creas la puntería no es lo más importante en el tiro con arco no es precisamente la puntería.

Qué intimidante, con lo tranquila que parecía antes...

-Tú entrenarás la magia más profunda-dijo señalando a Paolo.

-¿Qué es eso de magia profunda?-preguntó él.

-¡No me repliques!-gritó igual de enfadada-. Ya lo entenderás, tienes que aprender a comprender y a prestar atención a todo lo que te rodea.

Él asintió, con una mirada bastante dubitativa.

-Por último, tú-y señaló a Smiley-. Tuyo es el don de curar y proteger a las personas.

Smiley apretó fuertemente las manos y dijo:

-¿Y que tendré que hacer?-dijo muy seria.

-Observarás, tan solo observarás el trabajo de los demás. Confío en que el poder que duerme en ti despierte de esta manera.

-¿¡Qué!? ¿Y por qué ella no tiene que hacer nada...?-prostesté.

-Ella tiene el trabajo más difícil. Tendrá que descubrir sus capacidades sin ayuda alguna-explicó Alyre algo más calmada-. Empezaremos mañana.

Durante el resto del día Alyre nos dejó hacer lo que quisiéramos. Yo le pedí un arco y varias flechas para probar un poco. Smiley me pidió poder estar conmigo.

-Tengo que empezar a observar desde el principio-me dijo.

Comencé con blancos fáciles, pero no acerté ni una vez, por más que me concentraba y esforzaba... Ya sabía yo que no valía para esto.

-Vamos, no te desamines-me animaba Smiley.

-Esto es algo imposible... Seguro que como Alyre no quiere darnos la Gema nos hace hacer cosas imposibles-reflexioné.

-No digas eso, ella solo quiere que nos hagamos fuertes porque-en aquel momento interrumpió sus palabras y no dijo nada más.

-¿Smiley? ¿Smiley estás bien?

De nuevo tenía la mirada perdida, como si no estuviera en ese mundo.

Quería ir a buscar ayuda, pero no podía dejarla sola.

Pasaron las horas... hasta que finalmente anocheció. Empezó a escucharse el sonido de un montón se insectos y demás bichos. No me gustaba ese sonido, era demasiado intenso.

Quise llorar, llorar con toda mi alma y no parar jamás, pero siempre me tengo que recordar que tenía que ser fuerte, tenía que ser fuerte por ella.

Oí un ruido aún mayor, que se acercaba lentamente hacia nosotras.

-¿Quién hay ahí?-pregunté asustada.

-¡Aria!-gritó una voz. Al instante reconocí esa voz, era la voz del libro mágico.

-Por fin...-suspiré.

-¿Qué hacéis aquí? ¡Ya es muy tarde!

-A Smiley le ha vuelto a pasar...

-¿El qué me ha vuelto a pasar?-me interrumpió ella.

-¿Smiley?

-En fin... vámonos-dijo el libro.

Qué raro... ¿Qué le puede ocurrir a Smiley? Esto está empezado a preocuparme demasiado.

Cuando todos se quedaron dormidos, estuve hablando con Smiley sobre lo sucedido.

-¿Recuerdas lo que pasó esta tarde?-comencé.

-Sí, tu empezaste a probar con las flechas hasta que vino el libro.

-Vaya... así que no te acuerdas de nada...-suspiré.

-¿Qué ha pasado?-dijo ella algo preocupada.

-Te quedaste con la mirada perdida, sin hablar.

-¿De verdad? ¿Y cómo no me voy a dar cuenta?

-No tengo ni idea-contesté-. Pero lo raro es que cuando viene el libro mágico vuelves a tu estado normal...

-¡Ajá!-gritó una voz tras nosotras.
-Librito mágico, ¿qué haces aquí?-preguntó Smiley?

Él no dijo nada, tan solo murmuró unas palabras en un idioma indescifrable, y unas luces pequeñas que se volvían grandes envolvieron delicadamente a Smiley.

-¿Qué estás haciéndo?-le pregunté yo.

-Liberarla...-susurró simplemente.

-¿Liberarla de qué?-dije asustada. Pero no contestó, parecía concentrado.

Aquel proceso duró unos cuantos minutos, en los cuales yo permanecí callada, observando todo lo que hacía con la cabeza llena de dudas.

-Ya está-dijo finalmente.

Smiley me sonrió con la mirada más brillante y espléndida que me había dedicado jamás.

-Me siento libre-dijo aliviada.

-¿Liberada?

-Dejad que os lo explique-intervino el libro-. Esta mañana me confundió mucho lo que le pasó, así que estuve investigando sobre esos cambios en ella y descubrí que lo más probable es que el enemigo intentara apoderarse de ella.

-¿Cómo?-exclamó Smiley.

-Querían controlar tu mente, tener una infiltrada les sería de gran ayuda, pero he podido salvarte a tiempo. Ya no tienes nada de qué temer.

Yo la abracé fuertemente. No me quería imaginar a Smiley de parte de nuestro enemigo.

Por la mañana me levanté bastante temprano, antes de que los demás despertaran. Cogí mi arco y lo acaricié cuidadosamente.

-¿Algún día lograré dominarte?-pregunté.

Tenía que esforzarme al máximo para demostrarle a Alyre que éramos capaces de proteger la Gema de África.

-¿Te ayudo?-apareció Smiley.

-No hace falta... necesito estar sola-contesté cabizbaja.

-Vale, no importa, iré a ver si los demás están despiertos-dijo intentando disimular su disgusto.

Seguí entrenando un poco más y, bueno, no había mejorado demasiado pero por lo menos mis flechas alcanzaban las dianas.

Al poco rato vino Paolo.

-Alyre dice que tú puedes entrenar por tu cuenta-me informó.

-¿Qué? ¿No se suponía que nos iba a ayudar?

-A Smiley y a mí sí, pero dice que te las puedes apañar por tu cuenta, que está demasiado ocupada como para supervisarte a ti también.

Quedé totalmente alucinada, ¿cómo se suponía que aprendería a luchar sola?

La mágica aventura de AriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora