-Pero antes...-susurró Felicidad.
Chasqueó los dedos y un cegante brillo la envolvió rápidamente. Ahora su aspecto había cambiado por completo: ahora era mucho más alta y tenía la piel brillosa. Sus ojos eran de un color azul eléctrico y su cabello, más largo, era azulado y violeta. Llevaba un sencillo vestido vaporoso y anaranjado.
-Qué gusto volver a ser yo misma-nos sonrió.
¡¿Cómo?! ¿Se suponía que ella también era una hada?
Todos la miramos sorpredidos. Paolo se acercó a ella y la abrazó fuertemente.
-Así que este es motivo por el que te fuiste hace ocho meses...-le dijo señalando su vientre hinchado.
Ella bajó la mirada con las mejillas ligeramente sonrojadas.
-¿Y vosotros dos sois...?-preguntó Smiley algo molesta por la cariñosa actitud de los dos.
-Paolo es mi hermano pequeño-contestó ella-. Soy Felicidad Melia, la primogénita de la Reina Giselle y, por lo tanto, heredera al trono de Galaxia Itziar.
Nos miramos sin saber que decir.
-¿Pero no tenías doce años? ¿Cómo es posible que estés embarazada?-preguntó Smiley curiosamente.
-Al ser la primogénita tengo que ser mayor que Paolo, ¿no crees?-rió-. De todas maneras yo tengo veinte años.
-Lo que se verdad importa es el motivo por el que viniste con nosotros-intervine-. ¿Formabas parte de todo este plan para engañarnos?
-No, ni siquiera ellos sabían mi verdadera identidad. La oculté bajo un hechizo impredecible para todos. Hacía ya ocho meses que no veía a nadie de mi familia, y me hizo mucha ilusión volver a verle. Pero no podía presentarme así por las buenas, todo el mundo me estaba buscando, así que me hice pasar por una niña pequeña-explicó.
-Me parece una tontería que te escaparas por esto-dijo acariciándole el vientre-. Todos te echábamos mucho de menos.
-Ya sabes que nuestra madre jamás lo aceptaría...-susurró.
En ese momento y, sin dar explicación alguna, Smiley se fue corriendo de la casa.
-¿Pero qué le ha pasado?-preguntó Paolo.
-Demasiada información para asimilar tan de repente-contesté encongiéndome de hombros-. Todos nos habéis mentido y estamos intentando aceptar de la mejor manera todo esto.
-Iré a buscarla-anunció Felicidad, saliendo de la casa.
-Yo... tengo que ir con ellas.
-¿Acaso no te fías de mi hermana?-me detuvo agarrándome el brazo.
-No es eso. Me da igual que seas un principito, ¿sabes?-intenté contenerme-. ¿Quién te crees para jugar con los sentimientos de una persona así?
-Fue por el bien de todos, tienes que entenderlo.
-Pues no, no quiero entenderlo. Y no me quedaré tranquila hasta que le quites el maldito conjuro ese a mi amiga.
-¡Qué ya no está hechizada! ¿Qué se supone que tengo que hacer para que me creas?-exclamó desesperado.
-¿Pero a qué clase de persona le puedes gustar tú? Eres un manipulador y un mentiroso-le repliqué en el mismo tono.
-¡Y tú eres una gran egoísta! ¡Solo te preocupas por tenerla controlada, sin pensar en ella! ¡Si a Smiley le gusto no es problema tuyo!-me gritó.
Me escapé y busqué sin cesar por todo el pueblecito. Cuando las encontré decidí no molestarlas y me escondí cerca de ellas.
-No puedo entender todo esto...-se lamentó Smiley.
-No tienes que entenderlo ahora-le dijo acariciando su cabello-. Pero sé que mi hermano lo hizo todo con buena intención. Quería protegernos a todos, siempre fue muy protector, como mi madre...
-Podría habernos contado todo desde el principio-se quejó.
-También es verdad, no te lo discuto. Pero si no os lo contó sus razones tendría. Como, por ejemplo, tú.
-¿Yo soy una razón?-le preguntó confundida.
-Se podría decir que sí. Te vio como una chica encantadora desde el principio, y no quería hacerte daño. Los hechizos de enamoramiento no existen, Smiley. Se lo inventó todo para que no te dieses cuenta de lo que en realidad siente por ti-le explicó.
-¿Lo dices en serio?-dijo sorprendida.
-Claro que sí.
-Todo esto es muy raro-suspiró sonriendo-. Y por cierto, ¿cómo se llamará tu bebé?
-Kinako, se llamará Kinako-contestó Felicidad.
-Curioso nombre.
-Kinako es el nombre de mi antepasada más célebre. Fue la Reina que lideró el ejército que puso fin a la primera guerra intergaláctica. Es muy conocida en toda Galaxia Itziar.
-Qué interesante. Espero no incomodarte con esta pregunta, pero... ¿quién es el padre de la niña?
-Es una larga historia... no me gustaría aburrirte.
-Si no me aburriría, después de todo, tu serás una Reina y me interesa saberlo-insistió Smiley.
Felicidad suspiró.
-El padre de mi hija de llama Xavier. No sé cuando lo conocí, porque desde muy pequeña el siempre ha estado a mi lado. Me hablaba como si fuera la única persona en el mundo, me hacía sentir especial... cada momento junto a él se me hacía mágico e inolvidable. Desde niña tenía claro que quería pasar el resto de mi vida junto a Xavier. Mi familia estaba al corriente de todo esto, pero me decían que lo veían buen chico y que si esa era mi decisión que no se iban a oponer. No podía ser más feliz. Cuando me quedé embarazada todo cambió. No quería decírselo a mi madre, nunca lo aceptaría, me tenía demasiado protegida. Cuando se lo comuniqué a Xavier me pidió que abortara. Me quedé muy sorprendida con aquella reacción, así que tuve que dejarlo todo y huir a este planeta para proteger a mi niña. Buscaba una explicación por la cual me había pedido que abortara, hasta que encontré la solución: los Reyes en Nayar pueden reinar hasta que su primogénito cumpla veinticinco años, en cuanto esto suceda deben ceder el trono. Al ser padres tan jóvenes no podía reinar todo el tiempo que le hubiese gustado. Me costó tiempo aceptar que me había estado utilizando tanto tiempo y...-sus palabras se vieron interrumpidas por sus desesperados llantos.
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La mágica aventura de Aria
FantasíaAria es una joven de quince años que reside en Atenas, capital griega. Junto a su mejor amiga, Smiley, y el misterioso Paolo, viajarán como estudiantes de intercambio a un pueblo del lejano Amazonas. Allí descubrirán que las hadas existen, y que la...