Aclarando cosas con mi madre.

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Llegó el gran día, había invitado a mucha gente, el kiosco quedó precioso y aunque era pequeñito tenia delante una esplanada como una pista de basquet de grande, coloqué muchas mesas y adorne todo para la ocasión. Entre los invitados estaba mi madre, los padres de Héctor y muchos amigos y familiares. Héctor me ayudó en preparar todo junto con algunas amigas. Os podéis imaginar como estaban mis nervios, Raúl llevaba nueve días sin hablarme pero allí estaba haciendose el dueño de todo. Mi madre estaba vigilando y observando a Héctor y sin hablar con ella ya podía imaginar que pensaba, ella se llevaba muy bien con Raúl y seguro él le habría explicado cosas en mí contra. Los padres de Héctor se ofrecieron a ayudar pero les dije que no se preocuparan que disfrutaran y les presente a mí madre, estuvieron charlando todo lo que duró la fiesta, cosa que no sé si es bueno o malo, con mi madre nunca se sabe.
Cuando la gente empezó a irse se despedían afectuosos y contentos y yo no cabía de felicidad, recogimos todo y le pedí a Héctor que se marchara que su hermana estaba sola en el bar. Supo mantenerse en un segundo plano durante toda la fiesta, y solo paraba para mirarme y guiñarme un ojo. Se acerco a sus padres y les dijo que ya era hora de marchar, me sorprendió que sus padres se despidieran de mi con un abrazo pero así fue. Mi madre no dejó de mirarlo hasta que se fueron. La pobre no entiende lo que significa la palabra disimulo. Terminé de cerrar y nos fuimos a casa. Al llegar a casa yo estaba agotada y mis niños igual, los metí en la cama y se durmieron enseguida, Raúl nos dio las buenas noches y se retiró a dormir, yo me quedé en el salón tomando un té con mi madre, la cual espero lo justo para que Raúl no nos escuchara para escupirme a la cara todo lo que pensaba.
-Mira María, yo no sé en que me he equivocado contigo pero de verdad que no te entiendo, sí Raúl trabaja que necesidad tenías tú de meterte en esto? y ese Héctor como empiece a decirte lo que pienso de ese tipo sé que acabaremos mal , así que desembucha y empieza a explicarme que tienes tú con ese.
-Mamá te explico la verdad o lo que tú quieres oír? O mejor te explico la versión de Raúl y terminamos antes.
Bua!! Ya le había tocado la fibra y venía la tempestad.
- Sabes qué? Haz lo que te dé la gana, si lo que quieres es que todo el mundo hable de ti ya lo tienes, pero cuando ese tipo encuentre una soltera con las tetas más grandes que tú te dará la patada y despues irá contando que clase de mujer eres. Tú lo que tienes que hacer es dar gracias de tener el marido tan bueno que tienes.
A no! Por ahí no!
-Ese que tú llamas marido es un cerdo el cual me a pegado en más de una ocasión por su culpa perdí a un bebe ya que me pegó , y él solo me da dinero para comer, tus nietos llevaban los zapatos rotos la semana pasada y se negó a comprarles nada me dijo que me fuera a ganarmelo yo vendiendo mi cuerpo, y ese al que tu llamas tipo, es el que se ofreció a comprarselos entre otras muchas cosas y no a cambio de nada. Quieres que siga o mejor paro?
Se quedó petrificada, agacho la cabeza y lo único que me dijo fue. -Mañana vuelvo a mi casa pero el mes de diciembre vendré todo el mes aquí y veré las cosas por mí misma. Así que ves haciendote a la idea que quiero la verdad de todo para poder tomar mi propia conclusión y entonces hablaremos.
- Tranquila mamá yo soy la primera que está deseando que lo veas por ti misma.
No me lo podía creer, mi madre me había escuchado y por primera vez en mi vida me daría la opurtunidad de demostrarle las cosas sin hacer caso a los demás, supongo que enterarse de la clase de persona que era Raúl le tuvo que dar que pensar.
Al día siguiente por la mañana Raúl se fue a llevar a mi madre a la estación de tren. Yo me quedé en casa haciendo números para empezar abrir al día siguiente mi negocio. Cuándo llegó Raúl los niños ya estaban despiertos y tal como entró vino hacia mí y con aires de grandeza me dijo -Que sepas que quiero números del negocio y por las tardes iré allí a vigilar
Ja ja ja que se lo ha creído este!
-Mira pedazo de bulto yo a ti no te voy a dar explicaciones de nada y que vengas al kiosco no te lo puedo prohibir pero tú eres el primero que cada vez que consumas algo lo vas a pagar así seguro me cuadraran los numeros.
Su rostro era digno de ver, se dio medía vuelta y se largo. Ala! Ya tenemos el día tranquilo este no aparece hasta la noche.
Llamé a Héctor a su casa y cogió el teléfono su madre, también es mala suerte. -Hola señora Rocío, está Héctor?
-Sí está, para qué lo quieres?
Joder, que planchazo!
-Pues tengo unas dudas sobre mañana el negocio y quería consultarle, puedo?
- Sí puedes, pero no me tomes por tonta. Héctor ponte al teléfono preguntan por ti.
-Sí, quien es?
-Hola cariño, tenía ganas de escuchar tú voz, a!! y le he dicho a tú madre que llamaba para que me asesoraras sobre la abertura de mañana.
-Ja ja ja ja... Eres un bicho. Dime cuales son tus dudas?
- Pues acabo de discutir con Raúl nada grave ya te contaré y quería preguntarte a que hora te puedes escapar a verme ya que el no vuelve en todo el día.
-Me parto contigo, estás loca. Pues no te preocupes si te piden un carajillo ya te diran ellos la cantidad de alcohol.
-Pero que dices?
-Nada tonta que estaba mi madre aquí.
Que bueno, que mal se le da disimular, jijijijiji...
- A vale, entonces vendrás?
- No te prometo nada, pero intentaré ir a eso de las  siete de la tarde. Si no fuera no te enfades ya sabes como estan las cosas. Ok?
- Prometo no enfadarme, te amo adiós.
Que largo se me iba hacer el día. Comí con los niños y unas amigas me avisaron que hacían una película nueva en el cine, así que nos arreglamos y nos fuimos los tres al cine. Al salir ya eran las seis y media de la tarde, corriendo nos fuimos a casa yo estaba impaciente. Al llegar la sorpresa fue extrema, estaban en casa Héctor y Raúl.

Lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora