La opinión de sus padres.

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Como cada día todo fue igual, niños, vomitos, ir al bar a que me alimentara como un pavo de navidad. Fui al kiosco y Luci me dijo que no me preocupara por nada que ella se quedaba para que yo fuera a mi visita del médico. La verdad que esta chica es un tesoro y cuando pueda le haré un regalo porque ahora mismo lo que ganaba en el negocio era para pagarle a ella y poco más, pero no podía hacer nada yo estaba inservible.
A las cuatro ya estabamos en el médico y me llamaron. Puse al corriente al médico de todos mis problemas con los embarazos y los partos, me atendió muy bien y me tranquilizó mucho se notaba que tenía tablas y que había llevado casos complicados. Héctor le agradeció mucho que decidiera visitarme cada mes para estar más vigilada, yo le dije que no queríamos saber si era niño o niña, y Héctor puso cara de asombro, pero le expliqué que como el quería niño y yo niña pues mejor esperar la sorpresa y le gustó la idea.
Cuando salimos de allí fuimos directamente al bar de sus padres y como ya sabía lo que pasaba estaba tranquila, la verdad.
Héctor me comentó que lo habló con sus padre y que no lo tomaron bien al principio , que su madre se puso fatal , que si él estaba seguro que era suyo, que como eramos tan inmaduros, que las cosas no se hacían así. Y su padre por otra parte le dejó muy claro que si este bebé era su nieto ,él como abuelo pasaría por encima de quien hiciera falta por disfutar de él y de que ese bebé siempre sabría que él era su abuelo que de eso se encargaría él.
Así que yo iba tranquila, sabía perfectamente que para esta família lo más importante eran sus miembros y se protegían entre ellos. A demás eso a mí me daba cierta tranquilidad, si a mí me sucedía algo en el parto ellos lucharian por quedarsela, y Héctor siempre me juraba que se uniría a mi madre para quitarle los niños a Raúl.
Llegamos y su família nos saludaron con aprecio, su padre estaba por venir y su madre nos llevó a una mesa alejada de la gente y nos pidió una merienda en la barra. Héctor no hizo ni la intención de ir él a prepararla sabía que no era buena idea dejarme a solas con su madre. Me preguntó por mis niños y me dio la enhorabuena por el embarazo, yo se lo agradecí sabía que en el fondo ella querría a esta niña. Llegó su padre y vino hacía nosotros y me sorprendió muchisimo vino directo hacia mí y me dio un abrazo,—Enhorabuena María! Que bien que estés aquí necesitaba hablar contigo.
Este hombre es clavadito a su hijo no saben disimular cuando estan contentos. Su mujer no hacía la misma cara pero la mujer nos habló muy correctamente.
—A ver, María mi hijo nos a puesto al corriente de la situación y asegura que ese bebé es de él, a mí no me hacen falta pruebas de paternidad ,yo cuando vea a ese bebé sabré perfectamente si es de mi hijo. Y si es así le he prometido respetar vuestras decisiones y lo que hagáis ya sois mayorcitos ,pero si ese bebé es cierto que es de mi hijo te aseguro que lo queremos ver todas las semanas y que esté con nosotros cada vez que se pueda, que nos conozca y que si no se lo podemos decir por lo menos se sienta como de mi família. Eso grabatelo a fuego, aquí cuidamos a los nuestros.
— Lo sé señora Rocío, me consta lo importante que es para ustedes la família y a todo lo que me dice acepto encantada, yo soy la primera que estaré felíz de que lo quieran y lo acepten como a sus otros nietos.
—Pues por mi parte, María ya que está todo bien claro solo te pido que quiero que me llame Llallo, por que eso seré para él,  su abuelo y todos mis nietos me llaman así. Estamos de acuerdo?
— Me parece perfecto señor Héctor, por mí no hay ningún problema.
Una vez merendados, porque os aseguro que ahora entiendo de donde a salido este hombre, sus padres no me dejaron irme sin antes terminarme todo, y mientras Héctor se partía de risa. Nos fuimos contentos ,fueron muy comprensivos, y su madre suavizó mucho conmigo, espero no fuera una tregua y pudieramos llevarnos bien.
Al volver Héctor estaba felíz decía que todo iba encajando y que cuando pudiera y sus hermanos fueran un poco mayores el buscaria un trabajo fuera del negocio familiar y asi poder sacarme de las garras de ese hombre, ya que Héctor lo pasaría fatal cuando viera que este bebé llamaría papá a Raúl, cuando lo decía pobre rompía a llorar. Yo lo animaba y le decía que no pensará en ello, que sería algo temporal y después sacariamos la verdad, que el sacrificio valdría la pena y yo esperaría lo que hiciera falta ese día.

Lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora