Al lado de Eva

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Eva pasó unos días en casa, eso sí llorando por él. Por más que le decíamos que él no cambiaría y que yo tenía miedo de que pudiera ir a más. Él se las ingenio para conseguir verla y otra vez estabamos igual, ella decidió volver con él. María se enfadó mucho, fue muy dura con su hermana, — Pero que tiene ese tio? No ves que te está destrozando la vida! Y mirate estás en los huesos, tus ojos no tienen vida, y todo por ese, es un asqueroso y a mí me perderás yo no puedo ver como te hundes y mirar para otro lado, prefiero no saber de ti.

Pero ni aun así, Eva estaba anulada y lo que es peor enamorada de su verdugo.
Estuvo días sin venir a casa, él no la dejaba, yo sabía de ella por los vecinos. Esto nos estaba quitando la salud, yo no dormía nada y era impotencia, no podía hacer nada.
Raúl le importaba nada, lo que su hija tuviera, el a lo suyo. David seguía sin trabajar y por lo que me enteré mi hija había perdido el trabajo de la peluquería, yo padecía por saber si comía bien. Un día decidí ir a su casa con María, y al abrir la puerta me quise morir. —Eva!! Pero que mala cara. Que te pasa?
— Nada, que no duermo bien. Pasar por favor.
— Eva, voy a por agua a la cocina vale?

María puso la escusa del agua pero lo que hizo fue abrir los muebles y la nevera, y no había nada, todo vacio.
— Eva, cuanto tiempo llevas sin comer?
— María dejame, comí ayer en el restaurante donde trabajo.
— Ja! No te lo crees ni tú! A mi no me engañas. Ven a casa y comes y largate de aquí ya, esta casa se convertirá en tu tumba.
— María, no me voy, estoy con mi marido y me quiere, está buscando trabajo pero no tiene suerte.
— Tu estás ciega no enamorada, mamá vámonos.
— Hija, luego vuelvo y te traigo comida, pero por favor si no tienes comida ven a casa y yo os daré.

Entenderme ,mi hija era lo primero, y aunque tuviera que darle de comer a él, yo no podía permitir que mi hija estuviera sin comer. Héctor me apoyaba en todo, opinaba igual que María pero nunca dejaría de lado a Eva.
Los días pasaban y me consta que aunque le llenabamos la nevera cada semana mi hija callaba el calvario que estaba viviendo.
Hubo un día en que Eva vino a casa y se quedó a comer a merendar y llegó la hora de la cena y le pregunté si se iba a quedar o vendría David, me dijo que se quedaría a dormir que habían discutido. Noté que no quería hablar del tema, y por miedo a que se fuera preferí no opinar. Se fue a la habitación de María allí tenían dos camas, María fue con ella, estuvieron despiertas hasta tarde las sentía hablar. A la mañana siguiente María entró en la cocina y me susurraba cosas que yo no entendía, pero cuando la entendí mi cuerpo temblaba de pánico. — Mamá, ayer cuando Eva se quitó la ropa para ponerse un pijama le vi marcas en el cuerpo, tenía los brazos con marcas moradas y la espalda. Hablé con ella pero me niega que haya sido él. Yo lo mato!
—Ay!! Mi niña no!! Esto no! Y que hacemos, ella esta ciega, y volverá lo sé.

Fui a mi habitacion y desperté a Héctor, se lo expliqué, Héctor me dio un tranquilizante, y me dijo que sería el quien hablara con ella, yo estaba hundida. El esperó que Eva despertara, y cuando estaba desayunando hablo con ella.
— Eva, me puedes enseñar los brazos?
—Para qué? Ya os a contado María sus tonterías?
— Bueno si son tonterías pues entonces no hay problema en que lo vea. Enseñamelo?
— Es que me caí en la ducha.
— Tu enseñamelo.

Cuando vimos las marcas yo di un grito, se veía perfectamente las marcas de las manos, como la había zarandeado.
— Eva, solo te lo diré una vez, sabes que te quiero con locura, pero no puedo dejar pasar esto. Si vuelve a buscarte y te vas, aquí no vuelvas. Si decides que se acabó aquí tienes tu casa, tú família y lo que necesites. Pero no nos pidas que miremos para otro lado.
Eva lloraba, desconsoladamente y María la abrazaba suplicandole que dejara a ese hombre. Nos dijo que sí que no volvería con él pero por desgracia eso duro solo un mes.
Volvio con él, entre todo lo que había pasado llevaban tres años de matrimonio , tres años de calvario. Con los días Eva volvió a venir a casa, a visitarnos. Seguía con el mismo aspecto, pero yo prefería tenerla cerca y poder ver si la situación empeoraba.
Un día Eva y María se fueron en bicicleta hacer un poco de deporte y al acabar, Eva se sintió mal. María al verla se asustó pero entendió enseguida que lo que Eva tenía, es que estaba embarazada. — Eva estás embarazada!!
— No, no creo.
— Yo de ti me haría un test de embarazo.
Al día siguiente vino Eva con David a casa y trajo un test de embarazo y se lo entregó a su hermana. María dio un salto de alegría, ella odiaria siempre a David pero un bebé de su hermana eso para ella era lo más. Yo salí de la cocina al escuchar los gritos y cuando me enteré de la noticia no pude para de llorar, estaba contenta pero por otro lado, muy preocupada que sería de ese bebé con ese padre. Cuando se fueron a su casa le pedí un favor muy grande  a María, con el tiempo supe que le pedía mucho pero yo estaba deseperada. — María, te quiero pedir una cosa.
— Dime mamá.
—Tu podrías ir un par de semanas a vivir a casa de Eva? Es que ahora en su estado no estoy tranquila, y así tu ves como está el ambiente.
— Mamá, no voy de buen grado pero te entiendo, iré.
Las dos semanas que María estuvo allí vio de todo. Veía como los amigos de David venían y consumian drogas, vio como él no trabajaba, y vio como trataba a su hermana. En más de una ocasión María se encaró a él y le dijo cuatro cosas, pero él como si nada.
María volvio a casa y con todo lo que me explicó decidí hablar con él.
— David, esta conversación es privada así que no quiero que mi hija sepa nada, entendido?
— Sí, que quiere?
— Para empezar, como tú vuelvas a tocar a mi hija iré personalmente a denunciarte, si metes drogas en tu casa llamaré a la policía, y por otro lado te ofrezco un cambio de vida, mi hijo te dará un puesto de trabajo, pero sienta la cabeza quedan pocos meses para que nazca tu hija.
— Pues acepto, necesito cambiar y haré lo posible.

Sé que duraría poco este cambio pero yo tenía que intentarlo.

Lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora