La família.

149 4 0
                                    

Cuando todo esto empezó era temporada de primavera y empezó a forjarse una amistad muy consolidada entre Raúl y Héctor. Os explicaré que Héctor tenía veintiséis años y yo veintiocho, el trabajaba en ese bar ya que el negocio era de sus padres , ellos ya tenían otro bar en un pueblo cercano y abrieron este para Héctor y su hermana mas pequeña Rocío. Yo hice una amistad enorme con Rocío era una chica estupenda y le encantaban los críos mis hijos la querían muchísimo. Raúl es de estos hombres que para la gente de la calle es el mejor, simpático, bromista y de invitar a todo el mundo, pero la realidad de mi casa la sabíamos mis hijos y yo. Héctor se dio cuenta enseguida que yo vivía amargada y siempre que nos quedábamos solos aprovechaba para preguntarme como estaba yo, me resultaba asta extraño que a alguien le importara como me encontraba. Un día Héctor me dijo que le podía contar lo que quisiera que el nunca diría nada, solo me daría consejos y me escucharía, os podeis creer que me puse a llorar? Nunca jamás nadie se había interesado por mí. Empezamos a tener largas conversaciones y la verdad estaba flotando, me daba muy buenos consejos, y simplemente escuchandome no se imaginaba el favor que me hacía.
Un día estábamos en la puerta de su bar charlando y llegó un coche, se bajaron dos personas mayores y Rocío, me dijo - mira María son mis padres!!! El señor era encantador, muy simpático y se parecían padre e hijo como dos gotas de agua, la señora me sonreía pero era de esas sonrisas que no llegan a los ojos me temía que algo no le gustaba. Estuvimos conociendonos y llegó Raúl al cual ya conocían. Con él, el trato fue muy distendido reían mucho. Pero la madre me miraba con la necesidad de querer decirme algo.
Con el paso de los días Héctor nos invitaba a algunas de sus comidas familiares y éramos muy bien recibidos por todos sus hermanos y parejas de estos, solo noté por parte de la madre y una hermana poco menor que Héctor cierto recelo pero lo disimulaban muy bien. A Raúl lo adoraban el sabía camelarse a todo el mundo.
Un día fui con una amiga y mis niños de compras cerca del negocio familiar que tenían en otra población la família de Héctor , mi amiga que estaba al tanto de mis sentimientos me dijo - vamos a tomar un café a su bar , yo no le di ninguna importancia y decidí ir. Al entrar nos recibieron muy bien, nos sentamos con la mamá de Héctor en una mesa y estuvimos charlando sobre los niños, mis hijos salieron a jugar a la calle momento en el que la mamá de Héctor aprovechó para dejarme claro que opinaba de mí y de la relación que yo mantenía con su hijo. - Mira una cosa te voy a decir porque me está quemando por dentro, no tengo nada en contra tuya asta ahora, pero mi hijo se está enamorando de ti, y no pienses que miraré para otro lado ya que tu estás casada y con dos hijos y eso no es lo que quiero para mi hijo y no dudes ni un momento que mi hijo siempre me hará caso a mí. Tienes un marido encantador se felíz con él y deja de manipular a mi hijo.
Me quedé muerta y mi amiga parecía de cera. Yo con todo el respeto del mundo le quise explicar que estaba en un error. - mire señora Rocío sé que estoy casada, que tengo dos niños pero tambien sé que su hijo y yo somos solo amigos, entiendo que usted piense así, a mí tampoco me gustaría ver a mis hijos en una relación a tres bandas, pero si eso sucediera yo no sería la única culpable y le aseguro que sí , se me a pasado por la cabeza ya que su hijo es él único hombre que me ha hecho sentir especial pero asta día de hoy puedo asegurarle que no a ocurrido nada que tengamos que esconder.
Ella me miro y con mucha educación me dijo - espero siga siendo así, yo miro la felicidad de mi hijo nada más espero que lo entiendas.
Y os puedo asegurar que lo entendí yo también soy madre y se que no me gustaría ver a mí hijo en esa situación.

Lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora