Emprendiendo mi negocio.

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A partir de esa noche todos nuestros encuentros eran mágicos, yo no podia creer lo que me hacía sentir , nunca había tenido esas experiencias, cuando algunas mamás hablaban de lo que sentían durante el sexo yo nunca decía nada, no por vergüenza si no por no entender lo que explicaban y os aseguro que en un mes ya era toda un experta. Mi Héctor era una máquina no entendía como podia tener tanta experiencia en el sexo, algunas veces me enfadaba y el me lo notaba y me preguntaba que me pasaba, yo le explicaba que me daban celos de pensar que con cuantas chicas habría estado y sus contestaciones siempre eran las mismas -Mira mí amor, no te voy a negar que chicas nunca me han faltado pero te juro que desde que me diste el primer beso nunca más a habido ninguna. Y así seguira siendo. Solo te pido que intentes tener a tu marido lejos de ti, no puedo expresar lo que me duele pensar que te toca.
-Hector no te preocupes por él desde que venimos de las vacaciones y tuvimos aquella discusión no me ha vuelto a tocar ni yo se lo permitiría las cosas están muy claras y tú lo sabes. Es todo apariencia nada más yo le tengo todo en orden el me da un poco de dinero para la comida y ya, él su vida y yo la mía.
Un día recuerdo que mí hijo se le habían roto los zapatos y le pedí a su padre dinero para comprarle unos, su contestación fue, -Yo a ese ya hago lo suficiente con alimentarlo, si quieres algo más ganalo tú que seguro de p--- te dan algo de dinero eres una profesional.
No contesté, por un lado no quería dar el gusto de ver como me dolían esas palabras, y no por los insultos era por como hablaba de su propio hijo.
Me fui al parque con ellos, y cuando ya volvíamos Héctor me hizo señas para que entrará en el bar y así lo hicimos, me miró y su rostro cambió.
- María que tienes? Haces mala cara.
-Nada no pasa nada grave, es que Raúl se niega a comprarle zapatos a Toni y va con ellos rotos, no se de donde sacar el dinero, y por dios ni se te pase por la cabeza comprarlos tú, ya se lo pediré a mi madre aunque tenga que escuchar sus sermones.
-No voy a permitir que el niño vaya así, vamos a ir ahora a comprarles calzado y ropa a los dos, tú no te preocupes ya me lo iras dando. Y por otro lado, te quería explicar que en el parque hay un kiosco cerrado del cual el ayuntamiento quiere alquilar, Podrias montar un bar pequeñito y poner dulces para los niños y asi estarías con tus hijos también. Que te parece? Yo te ayudaré con los números y los bancos.
-De verdad? Pues mañana a primera hora iré a informarme. Ojalá me salga todo bien, y si tú me apoyas yo soy capaz de todo.
En ese momento entró su hermana Rocío al bar, y él le dijo que salía un rato, nos fuimos y les compró de todo a los niños , la gente de las tiendas me miraban mal, pero yo de ver como se lo pasaban los tres me daba igual lo que opinaran esas arpías.
Nos fuimos a casa y me puse a colocar todo,en ese instante entró Raúl -Hombre! Pero si ya has conseguido dinero para tu hijo. Ya sabía yo que aprendias rápido y siempre hay algún desgraciado deseando que le metan mano.
-Raúl ya no soy la tonta con la que te casaste y no te voy a dar explicaciones de quien me ha dejado el dinero, pero te aseguro que es mucho mejor que tú en la cama y fuera de ella.
Su cara fue un poema, y no tuvo narices a replicar se metió en la ducha cenó y se fue a trabajar. Esa noche Héctor subió un momento a casa y me dijo que no se podía quedar que su madre había llamado y lo necesitaba para hablar de alguna cosa. Lo entendí el negocio recaía sobre él y era muy responsable.
Al día siguiente dejé a los niños en el colegio y fui al ayuntamiento, allí me dijeron todo lo que tenía que llevar y el dinero que me costaría todo. Salí de allí y me fui sola al banco les expuse todo tal y como era y me dijeron que me ayudarían en todo, así que a media mañana tenía toda la documentación preparada y el dinero en el bolso, volví al ayuntamiento y les entregué todo, alucinaron por mí rapideza y me hicieron entrega de las llaves. Toda contenta me acerqué al bar de Héctor, entré lo miré y le enseñé las llaves. Se quedó parado y me preguntó que de donde eran esas llaves yo le contesté - de mí kiosco.
Lo tendríais que haber visto, su cara se iluminó -Pero María no me has llamado para ayudarte y él dinero que hace falta? pero como lo has hecho?
-Mira he seguido todos los pasos que en el ayuntamiento me han dicho he ido al banco y me han ayudado en todo y les parece buena idea yo ya les ire pagando cada mes lo que me han prestado para la fianza y para preparar el negocio. Ademas tu ya me has ayudado mucho y se que luego tienes que rendir cuentas a tus padres a!! Y toma el dinero que gastaste en mis hijos , lo he pedido y aqui lo tienes no quiero ocasionarte problemas.
Su cara era una mezcla entre alegría y pena y yo no entendía que le pasaba por esa cabecita suya.

Lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora