Un mes después me encontraba un sábado por la noche con Tanya y Mark, éste último me agarraba la mano y yo no lo impedía, pues, eramos novios.
Estabamos riéndonos y charlando de cosas sin sentido hasta que una llamada interrumpe nuestraconversación.
- Perdonad, chicos, tengo que cogerlo-. Dije mientras señalaba al movil.
Cuando me encontré en un lugar donde no se escuchaba ruido contesté.
- Hola papá-. Dije alegre.
- ¿Dónde estás?- Preguntó con tono cabreado.
- Estoy con Tanya-. Respondí intentando no perder la compostura.
- He dicho que donde, no con quién, se que estás con esa ramera que no hace nada más que distraerte de tus obligaciones-. Dijo con más enfado y furia es su voz.
- Papá, no te consiento que hables así de mi amiga-, dije empezando a cabrearme-, y si quieres saber donde estoy pues estoy en su casa, no espera, más detalles, en su habitación, no, no, espera, más detalles, en el baño de su habitación-, proseguí-, ¿contento?- Acabé preguntando.
Cuando terminé mi padre no hablaba, sólo escuchaba su respiración, yo, no podía creer lo que le había dicho a mi padre, pues nunca hice lo que acabo de hacer.
- No olvides de que tienes clases de ballet-. Finalizó la llamada así, recordándome una obligación que ellos me inpusieron sin yo quererlo.
Miré la hora y eran las cuatro y media de la tarde, tenía media hora para arreglarme e ir a las clases de ballet.
Fui donde estaba Tanya y le hice una señal para irnos, pues disponíamos de poco tiempo, ella me entendió y nos despedimos de todos.
- Mark, tengo que irme a las clases de ballet, luego hablamos-. Sellé sus labios contra los míos y nos fuimos.
Entramos a la cada de Tanya por la ventana de su cuarto, trapamos por un árbol que da a su habitación y sin hacer ningún tipo de ruido pudimos entrar, cogimos nuestros bolsos con la ropa adecuada, nos hicimos un moño y cuando nos disponíamos a salir de la habitación la madre de Tanya entró.
- Menos mal que estais preparadas, os llevo en coche, llegais tarde-. Dijo mientras hacia señas para seguirla.
Las dos la seguimos y tras cinco minutos en absoluto silencio llegamos a nuestro destino, las dos nos despedimos y fuimos torturadas una vez más por el maestro.
- Janet, lo haces mal-, su acento francés me rechinaba los oídos-, concentrate y no hagas el tonto.
- No puedo hacerlo profesor Pierre, no aguanto de puntillas-. Rechisté.
Hizo un ruido de negación-. Janet, tú puedes, lo que pada es que esto-, apuntó con su dedo índice en mi frente-, te dice que no pero no tiene razón, no debes escucharlo-. Y tras esa pequeña charla siguió-. Venga, Janet, tú puedes, desde el principio, un, deux, trois et...-. Puso la música y repetí en mismo paso.
Cuando la clase terminó me despedí de Tanya y me fui a casa, en el camino a casa alguien vino detrás de mí y me tapó los ojos.
- ¿Quién soy?- Me susurró en el oido Mark.
- ¡Mark!- Me di la vuelta y lo besé.
- ¿Te apetece que vayamos a tomar algo?- Preguntó sonriente.
- Lo siento, no tengo dinero y en estos barrios las cosas están bastante caras y no creo que puedas pagarlo, otro día, estoy molida y necesito una ducha-. Me disculpé.
- No importa, dijo apenado, te acompaño a tu casa-. Dijo.
- Mejor no, no quiero que mi padre te vea y haga algo, ya hablamos-. Le besé y me fui corriendo a casa.
Cuando llegué me di una ducha bastante larga, cuando me conseguí relajar recibí un mensaje de Mark.
"Que sepas que te ves hermosa cuando te relajas, ojalá pudiera estar en esa bañera contigo :(".
¿Cómo sabía que me estaba dando un baño? Bueno, eso daba igual.
"Algún día tendremos esa oportunidad ♥".
Apagué el móvil, no quería interrupciones, aunque de haberlo sabido, nunca lo hubiera echo.
ESTÁS LEYENDO
Skater Boy
RandomÉl era un chico, y ella una chica. ¿No es tan obvio? Él era punk, ella bailaba ballet. ¿Tengo que decir algo más?