Capítulo 8

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Vino Mark a cenar a casa, era puntual, porque vino a las nueve, como él dijo.

Cuando abrí la puerta estaba muy guapo, estaba elegante pero dentro de su estilo, lo que más me gustaba es que dejara ver aua tatuajes.

- Estás guapísimo-. Me abalancé sobre él y le di un beso al cual correspondió.

- Tú también estás muy guapa-. Dijo mientras me abrazaba.

Pasamos dentro de la casa y nos sentamos cada uno en sus correspondientes asientos, mi padre presidiendo la mesa, mi madre a su lado, yo al lado de mi madre, Mark a mi lado, mi hermano al lado de mi padre y la novia de mi hermano al lado de mi hermano.

- Encantado de conocerte...-. Mi padre hizo una pausa para que le dijera su nombre.

- Mark, lo mismo digo, señor Sputers-. Dijo Mark muy educado.

Mark apoyó los codos en la mesa dejando ver a la vista todos sus tatuajes de sus brazos, mi padre al verlos se horrorizó, al igual que mi madre, mi hermano le gustaban, por su cara lo deducí.

- ¿Te gustan los tatuajes?- Preguntó mi padre horrorizado.

- Sí, es un arte pero en la piel, no duele tanto como las personas dicen-. Contestó Mark.

- Ya, ¿te gusta Vivaldi, Mozart, etc?- Volvió a preguntar mi padre.

- No, señor, a mi me gusta más Green Day, Scorpions, AC/DC, etc-. Respondió Mark.

- Es decir, la música que hace que las personas seas delincuentes-. Comentó mi padre.

- Papá, ese tipo de música no convierte a la gente en delincuentes porque ese tipo de música no deja de ser música-. Rechisté.

- Cállate-. Dijo mi padre señalándome con el dedo.

No tuve más remedio que mirar a mi plato sino quería problemas.

-¿Te gusta leer?- Preguntó mi padre.

- Me gustan más las pelis-. Respondió Mark.

- ¿Tus padres viven por estos barrios?- Preguntó.

- No, mis padre no son de la nobleza, por así decirlo, mis padres son pobres, personas honradas que trabajan para llevar un plato de comida diariamente a casa-. Respondió.

- Y les quitas dinero para hacerte tatuajes-. Comentó mi padre.

- Jamás haría eso, señor, yo trabajo por mi cuenta para poder conseguir una vida mejor para mí y para mi familia-. Atacó Mark.

La cena transcurrió en silencio después de ese interrogatorio pero la pesadilla venía cuando terminamos de cenar.

- ¿Te ha estado rica la cena?- Preguntó mi madre sonriente.

- Sí, señora, ha estado muy buena-. Respondió Mark con una sonrisa.

- Y espero que no sea la última y consigas dinero para poder darle a tu familia una vida mejor, pero Mark, no voy a dejar que mi hija salga con una persona que no tiene donde caerse muerto-. Dijo mi padre.

- Papá, tú no me puedes decir cuando romper con una relación-. Ataqué.

- Te lo estoy diciendo ahora-. Se dirigió a Mark-. Borra su número y no molestes a mi hija más o sino te las verás con la policía-. Dijo mi padre.

Mark se fue, no antes sin darme un beso, pero esta vez en mi mejilla.

Cuando se fue mis lágrimas no tardarón en salir mientras seguía mirando la puerta que cruzó para irse.

- Hija, algún día comprenderás que lo que esto es por tu bien-. Me dijo mientras me cogía de los hombros.

- Siempre tomas decisiones por nosotros sin pararte a pensar si nos va a doler o no, deja de tomar decisiones que no incumben-. Al decir eso mi padre me dio la vuelta y me dio una bofetada.

- A tu cuarto, ¡ahora!- Gritó.

Me fui corriendo hacia mi habitación, cerré la puerta con pestillo y cogí en móvil mientras las lágrimas no paraban de resbalar por mis mejillas.

"Mark, no me dejes, yo te quiero"-. Escribí.

"Yo también te quiero pero tu padre tiene razón, no podemos estar juntos, tú eres rica y yo un don nadie. Te quiero".

Al leer su respuesta volví a llorar mucho y decidí escribir a Tanya porque era la única que podía consolarme.

"Tanya, te necesito, por favor, contestame :'(".

De ella no obtuve respuesta y eso que lo vio, estaba perdida en mi propio caos.

Skater BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora