Capítulo 20

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Cuando mandaron al cuartes de la policía los resultados de las pruebas que enviaron hacer a la carta y al vídeo, éstos nos llamaron y nosotros fuimos allí inmeditamente.

Al entrar al cuartel, el inspector noa estaba esperando en la puerta de su despacho, entramos y fue ahí cuando mi angustia empezó a aparecer a cada palabra que pronunciaba.

- ¿Se sabe algo, inspector?- Preguntó Mario.

- Quien hiciera la carta lo hizo sin dejar ningúna huella en ella-. Contestó el inspector.

- ¿Y el vídeo?- Pregunté con el terror que una madre puede sentir en estos momentos.

- Tampoco, el vídeo lo han echo con poca calidad y eso dificulta ver con claridad los ojos del secuestrador-. Contestó otra vez el inspector.

- Es decir, seguimos igual que antes, sin nada-. Añadió Mario indignado.

- No, sin nada no, sabemos que vuestra hija está viva-. Dijo a modo de contestación a la indignación de Mario.

- Sabré que mi hija está viva cuando la tenga entre mis brazos-. Dije enfadada mientras me levantaba y miraba al inspector de manera desafiante.

- Señora, cálmese, todo irá bien, encontraremos a su hija-. Dijo el inspector intentando aplacar mi enfado.

- Por favor, inspector, eso mismo me dijo cuando pusimos la denuncia y entamos peor que al principio-. Dije mientras me acercaba más cabreada a él.

Cuando lo tube enfrente de mí, dejé salir toda la ira que llevaba dentro, con las dos manos lo cogí del cuello y lo contra la pared con brusquedad.

- O hacen algo para encontrar a mi hija o tomaré la justicia por mi propia cuenta, usted decide-. Le suelto de la camiseta mientras compañeros del inspector me cogian para que no puediera hacerle nada.

El inspector se colocó el uniforme e hizo un gesto para que sus compañeros se retirasen.

- No puede hacerlo, eso iría contra la ley-. Dijo cuando me calmé.

- Imagínese que su hijo o hija está en la misma situación que la mía, ¿qué haría? Buscarla o buscarlo por su propia cuenta, pues ¡haga lo mismo de una maltida vez!- Dije gritándo en la última frase.

- Es todo lo que podemos hacer, señora-. Dijo el inspector.

- Cuando encuentre algo nuevo no dude en avisarnos-. Dijo Mario mientras me cogía de los hombros para marcharnos.

- ¡Encuentre a mi hija o lo arrepentirá!-. Grité mientras Mario me obligaba a salir de aquella oficina.

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