Me volví a dormir, no pintaba nada levantada así que esa era mi única opción.
Volví a despertar a las nueve de la noche, me asusté al no ver a Mario en su lado izquierdo de la cama.
- Buenas noches, princesa, ¿has dormido bien?- Oí su voz ronca.
- Sí-. Contesté mientras me daba la buelta para verlo.
Tenía una bandeja de cama con comida, la dejó en el centro de la cama y corrió para meterse en ella conmigo.
- ¿Cena?- Pregunté.
Él asintió y me sirvió un poco de zumo de naranja, cuando lo probé pude notar que era recién exprimido.
- Mi amor, eres muy romántico y eso me encanta-. Dije sellando miz labios con los suyos.
- Porque te mereces que siempre te traten de esta manera-. Dijo haciendo lo mismo.
Cenamos y Mario llevó la bandeja de cama a la cocina y volvió en cuentión de segundos cerrando la puerta detrás suya.
- ¿Cómo te puedo querer tanto?- Preguntó cuando me contempló desnuda.
- ¿Sólo me quieres por el físico?- Pregunté levantando una ceja.
- Te quiero con ropa y sin ella-. Dijo besándome y cayéndo en la cama otra vez.
Creía que lo íbamos a hacer pero mi sorpresa fue otra cuando me vi atacada por cosquillas, no podía parar de reír suplicando que parara.
Cuando paró me besó en el cuello y iba bajando y subiendo, sabía lo que tocaba y no me importaba porque ya no veía a Mark, veía a mi marido.
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Skater Boy
RandomÉl era un chico, y ella una chica. ¿No es tan obvio? Él era punk, ella bailaba ballet. ¿Tengo que decir algo más?