Capítulo 29

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Cuando me levanté me entraron ganas de ver a Mario, no sabía la razón pero necesitaba oir su voz.

"Mario, ¿podríamos quedar para tomarnos algo?-. Le escribí.

"Claro, ¿en tu casa o en la mía? Hay lo siento, ¿en tu casa o en la nuestra?"-. Me respondió al instante.

"En la nuestra"-. Reescribí.

Dejé el móvil en la mesita de noche y me vestí a toda prisa, tenías unas enormes ganas de verlo.

Decidí ir andando para poder hacer un poco de ejercicio, continuamente me movía con el coche, llegarías antes, sí, pero cada vez más nos estamos acomodando y eso no está nada bien.

Cuando llegué llamé al timbre, el abrió de inmediato, se había puesto un poco elegante y se había perfumado, olía bien.

- ¿No tenías llaves?- Preguntó.

Directamente miré en el bolso y las encontré.

- Lo siento, no estoy acostumbrada a esto-. Respondí.

Me hizo un gesto para que pasara y eso hice. Estaba ordenada, no había nada por la casa que impidiera pasar o algo parecido.

- Bueno, ¿a qué viene esta grata visita?- Preguntó sonriente.

- Sólo me levanté con ganas de verte-. Respondí también sonriente.

Mi respuesta provocó que sonriera aún más y que se viera muy adorable y muy atractivo.

- ¿Quiéres beber algo?- Preguntó sin borrar aquella sonrisa.

- Un zumo estaría bien-. Respondí y me puse a perseguirlo hacia la cocina.

- Siéntate eres mi invitada-. Dijo mientras le ayudaba a preparaba las cosas.

- Te recuerda que esta casa también es mía-. Le dije entre risas.

- Tienes razón-. Dijo soltando una carcajada.

Nos fuimos al salón y nos sentamos en el sofá mientras charlabamos, la verdad era que su compañía era muy grata y me gustaba estar con él, eramos muy iguales y eso me gustaba.

Skater BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora