Capítulo 4

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Harry esperó unos segundos más para calmar su respiración, deseaba empacar sus cosas e irse de aquel lugar, sabia que si se quedaba más  tiempo se le acabaría la poca cordura que le quedaba, pero tenia un problema, o más bien algo lo incomodaba, sabia que no tomaría el ascensor esa noche, porque por más que hubiese sido una pesadilla, en sus ojos se notaba lo asustado que se encontraba.

Decidió tomar las escaleras y bajar lo más rápido posible, suspiró,  apagó la última luz que quedaba en la oficina y se apresuró a salir.  

Sin pensarlo dos veces se dirigió a las escaleras tratando de convencerse a si mismo de que no pasaba  nada, dio largos pasos y comenzó a bajar, no sabia que era peor, el ascensor con el que había tenido una pesadilla hace un momento, o las escaleras que estaban consumidas por una oscuridad no muy agradable. 

Harry se sintió observado mientras aceleraba su paso,  no se dio cuenta de lo nervioso que estaba, hasta que llegó al ultimo  piso y sintió un leve ardor en su labio debido a la presión que ejercía con sus dientes, sabia que ya había acabado así que salió de ese edificio. 

De camino a casa varias cosas pasaban por su cabeza, no sabia que estaba pasando últimamente, él era un hombre  curioso, quería averiguar lo que estaba ocurriendo. El camino se hizo corto, lo primero que hizo al llegar fue dirigirse a su cama, estaba tan cansado que se quedó dormido rápidamente. 

Esa mañana el sol entraba por la ventana, el ambiente se sentía cálido y tranquilo, Harry disfrutaba la sensación de estar solo. Tuvo una buena noche. Ahora disfrutaba de su café en la pequeña cafetería y  anotaba algunas frases en su libreta. 

Esa mañana llegó algunos minutos antes que los demás,  susurró -Buen día- al hombre de seguridad, y sin mirar el ascensor giró en busca de las escaleras las cuales se dispuso a subir. Al entrar en la oficina  confirmó que no estaba ninguno de sus compañeros, dejó sus cosas en su escritorio y se dirigió a la oficina de su jefe.   

Esta estaba cerrada, sacó las llaves  que tenía de esa oficina, entró. Comenzó a sentirse nervioso, pero se prometió a si mismo que no se iría sin encontrar algo, algo que lo ayudase a entender un poco acerca de los secretos que escondía  esa editorial y tal vez algo que lo ayudase a entender el por qué de sus pesadillas. 

Con suma lentitud primero ojeo los papeles que había encima del escritorio, pensando que tal vez eran los mismos de la mañana anterior, pero no, esos eran otros, eran historias normales, sobre la cotidianidad del pueblo o sobre acontecimientos que ocurrían en el país. Miró a su alrededor y buscó en las cajas que habían más cerca de él, pero nada, todo era normal, historias viejas y aburridas.

Abrió los armarios  y los cajones y no encontró nada fuera de lo común, aun así su pecho latía más rápido de lo normal y sabia que en cualquier momento podría venir alguien y descubrirlo.    

Decidió que lo mejor sería salir, pero tal era su nerviosismo que se tropezó con uno de los estantes grandes de la habitación. De sus labios salio una pequeña maldición y fijó su vista en el desorden que había hecho.

Con manos temblorosas trató de acomodar todo lo mejor posible, se puso en cuclillas para recoger algunos papeles que habían caído y se dio cuenta de algo; había otra habitación allí mismo, lo supo porqué vio la puerta que estaba tapada con el estante que desordenó. 

Se agachó un poco más y observó por el pequeño espacio que había entre la puerta y el piso, aunque no pudo ver nada debido a la oscuridad en la cual se encontraba, sabia que nadie en el tiempo que él llevaba allí, había mencionado otra habitación.

Harry movió el estante con mucho cuidado para que nada se moviera de su lugar,  vio la manija de la puerta, con sus manos sudadas y temblorosas trató de abrirla, pero esta  no cedía, estaba con llave.

Se sobresalto al escuchar un ruido fuerte viniendo de afuera de la habitación, así que sin más movió el estante tratando de dejar todo como lo había encontrado, terminó de recoger  los archivos y los puso en orden.

Salió lentamente de esa habitación y se dirigió a su escritorio con mucha cautela y los ojos bien abiertos. No vio nada, es más nadie había llegado,  no entendía que había sido ese sonido.

El resto del día resultó tranquilo, trabajó por todos lados, algunas risas con  Emma, algunas miradas por parte de su jefe que lo hacían sentir incomodo, pero aun así no dejaba de pensar en aquella habitación que estaba cerrada, debía buscar la forma de entrar allí y ver que encontraba.    

Esa noche todos sus compañeros se fueron temprano a eso de las ocho p.m., pero Harry decidió quedarse un poco más, ya que estaba entretenido con una historia vieja que había encontrado entre tanto papeleo, así pasaron 45 minutos y Harry llegó al final de aquella historia, estaba sorprendido de haber encontrado eso, y de haber tenido la suerte de leerla. 

Se sorprendió al ver la hora, ya era tarde y se sentía muy cansado,así que empacó sus cosas y terminó de organizar los papeles que tenía en desorden para poder salir de allí, dirigirse a su casa y tirarse en su cama.   

Decidió tomar el ascensor, ya se le había pasado lo de la noche anterior, además estaba tan cansado y pensaba que debía ser un poco más maduro, no pensar en esas cosas como cuando era un niño pequeño. Soltó un suspiro y presionó el botón para esperar al ascensor, no pasaron más de unos segundos antes de que este llegara, abrió la puerta con algo de dificultad y lo abordó. Marcó el primer piso, esperó que este comenzara a moverse.

Todo iba normal, pero Harry tenia ese sentimiento de que algo malo iba a pasar, y sí .El ascensor se detuvo he hizo que la luz se apagara.

Harry se pegó a la pared, no veía absolutamente nada y no podía estar más asustado, sentía nauseas, un gran nudo en su garganta, sus manos comenzaron a sudar y por su cuerpo paso un pequeño escalofrió. A pesar de sus intentos por mantener la calma, sentía que podría morir en ese mismo momento, estaba tan asustado que no era capaz de respirar bien, además, el aire estaba más frío de lo normal.

El ascensor estuvo así por 15 segundos, pero para Harry fue más que eso, cuando volvió a funcionar, él solo quería salir corriendo de allí.

Al bajarse lo hizo más inestable de lo que pensó, salió casi a tropezones del edificio, el aire fresco de la noche lo golpeó directamente en la cara, su corazón latía con mucha intensidad y su respiración era lenta y entre cortada. 

Pensaba que ya había acabado, que solo tuvo mala suerte pero algo lo sorprendió, su celular sonó en la parte trasera de su pantalón. Con sus  manos temblorosas lo tomó y miró que tenía un mensaje.

Suspiró y esperó que fuese un mensaje de Emma, o alguno de sus compañeros de trabajo para pedir un favor, se sintió más relajado con ese pensamiento. 

Abrió el mensaje y pudo jurar que su corazón de detuvo por unos segundos, sus pupilas se dilataron y el sudor frío volvió. No era un mensaje de Emma, ni mucho menos de alguno de sus compañeros, es más, no era de nadie que conociera.

" Que suerte que  el ascensor se detuvo, pude observar tus ojos de cerca". Número desconocido.   

Harry sintió que en ese preciso momento se iba a desmayar.

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(:  




Castle Combe {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora