Capítulo 11

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-¿Estas bien?- Murmuró Emma observándolo.

-Si...-Susurró. 

-¿Quién te escribe?- Preguntó.

-No lo sé... enserio que no lo sé- Murmuró en respuesta y le tendió el celular. 

Emma lo observó por unos segundos y luego fijó su vista en el aparato que le había entregado. Frunció el ceño al leer los últimos dos mensaje.   

-¿Hace cuando recibes estos mensajes?-Susurró- ¿Te llegan muchos más?- Dijo y dejó el celular en la mesa de enfrente.  

-Hmm...hace algunas semanas y sí, varios- Respondió un poco nervioso mientras enredaba su dedo en uno de sus rizos.   

-¿Enserio? ¿No tienes idea de quien es?- Murmuró.  

-Hmm.... es que... Emma no sé- Suspiró- Últimamente me están ocurriendo cosas muy... si... raras- Tiró un poco su cabello.   

-Sabes que puedes contarme, quiero decir...-Lo observó- Si algún idiota se esta pasando de listo contigo dímelo, yo me encargo.   

Harry sonrió. 

-Si ese fuese el caso ¿Qué harías?- Dijo con una pequeña sonrisa hacia ella. 

-Ya sabes, amenazarlo, golpearlo, lo normal- Se encogió de hombros- Seré como tú hermano mayor- Sonrió hacia él.   

Harry comenzó a reírse muy fuerte marcando sus lindos hoyuelos, momentos después puso sus grandes manos en su boca tratando de parar la risa.  

Emma lo imitó y comenzó a reír. En un momento tan tenso lo único que podían hace era reírse, como dos niños pequeños.    

-Eres la mejor- Dijo Harry con esa linda sonrisa.

Fueron interrumpidos por el celular de Harry sonando. Era otro mensaje. 

Instantáneamente su sonrisa se borró y observó su celular unos segundos. Emma cogió el celular él y leyó el mensaje en voz alta.   

"Cariño, espero que sepas guardar un secreto :)". Número desconocido. 

-¿Qué?-Susurro algo confundida- ¿Secreto?- observó a Harry. 

-No lo sé, enserio que no sé que quiere decir- Pensó por un momento y se dio cuenta. 

-Harry, ¿Qué cosas raras están pasando? ahora lo mencionaste- Dijo y volvió a leer el mensaje en voz baja.  

-No...bueno me refiero a que... lo raro es qué...- Harry murmuró algo nervioso- Quiero decir he tenido algunas pesadillas,  mucho miedo últimamente y ahora todas estas cosas- Dijo señalando con sus manos los papeles de la mesa- y sí, los mensajes... hmm... deben de ser solo alguien molestándome. 

-Esta bien, debes de estar muy tenso. Así que vamos a dejar todo esto por hoy y relajarnos- Le tomó la mano- ¿Esta bien?- Susurró. Harry asintió lentamente.   

Esa noche Harry dormiría en el sillón, era lo bastante grande y cómodo para que descansara un poco. Emma se encontraba en su habitación, las luces ya estaban apagadas.   

Harry se acurrucó un poco más entre sus cobijas y suspiró. De verdad él quería contarle a Emma todo, sobre sus pesadillas, sobre los mensajes, sobre eso que lo asustaba, pero después de ese mensaje tal vez era mejor no involucrarla. Guardar secretos. Si Harry estaba en lo correcto esa personas que ha visto, que lo ha asustado varias veces,  podría ser la misma de los mensajes y la de sus pesadillas, era mejor no involucrar a Emma, ella no tenía que saber esto, tal vez luego igualmente le ocurra lo mismo y él no quería que eso pasara.  

Observó la hora en su celular, ya era de madrugada, puso el teléfono en el suelo y se hundió más entre las almohadas, cerró sus ojos y espero que esa noche pudiera descansar.   

Harry se removió un poco en el sillón, acomodándose para seguir durmiendo. Escuchó un ruido fuerte que lo hizo abrir los ojos rápidamente, sin moverse de su lugar trató de observar de donde vino ese ruido, pero la poca iluminación que entraba por la ventana le complicaba el trabajo. Estaba tan nervioso que no era capaz de levantarse e ir a mirar que provoco el ruido.    

Trato de ignorarlo, y se acurrucó más en sofá tapándose hasta la cabeza con la cobija. Cerró los ojos un poco fuerte y trató de seguir durmiendo.  

No pasó más de cinco minutos cuando Harry sintió unos pasos cerca de el, se destapó un poco y observó pensando que era Emma, pero a pesar de que escuchaba los pasos y cada vez más cerca, no veía a nadie. Volvió a meter la cabeza entre las cobijas y las apretó con fuerza entre sus dedos. Los pasos no paraban y cada vez se escuchaban más y más cercas, tenía tanto miedo,  apretaba con tanta fuerza las cobijas que le dolía un poco las manos. 

Los pasos cesaron y Harry agradeció por ello, pero algo andaba mal.  

Lo sentía, sentía algo muy cerca de él. El aire se volvió más frío de lo normal, le costaba respirar a través de las cobijas. De un momento a otro sintió como alguien se le sentaba al lado y eso fue todo para Harry, se quedó tan quieto como pudo y comenzó a llorar, pequeños sollozos salían de sus labios aunque trataba de no hacer ruido.     

Una respiración tranquila se encontraba a su lado, mientras que el comenzó a temblar y a sollozar más fuerte. Pasaron unos segundos y cada vez se sentía peor.   

Harry sintió como una mano se poso en una de sus piernas y en ese preciso momento se tensó. La mano se dirigió hacia su cabeza y quitó suavemente la cobija de esta, él cerró sus ojos tan fuerte como pudo, sus sollozos no paraban.    

Las lagrimas brotaban, él no era capaz de pararlas, su cuerpo era un total desastre, temblaba, no era capaz de moverse.   

Una mano más pequeña que la de él se posó en su mejilla y con el pulgar limpió algunas de sus lagrimas. Harry no respiraba. Sus ojos ardían por la fuerza que ejercía al cerrarlos.   

Lentamente sintió como pasaba su pulgar por sus labios y los delineaba con este una y otra vez.  

-Cariño, abre tus ojos...- Susurró una voz tan bajo que Harry casi no logra escuchar. Era una voz tan dulce y aguda, pero a la vez hacía que perdiera toda su cordura.  Harry apretó más los ojos y trató de moverse, pero le era imposible, su labio temblaba debido a los sollozos y las lagrimas no paraban de brotar de sus ojos.    

La calidez de la mano en su rostro lo mareaba, le ocasionaba nauseas.   

-Vamos cariño- Susurró de nuevo esa suave voz. Se acercó un poco más a Harry, recostándose un poco en él y susurró contra sus labios- Mírame, hazlo por mi amor.      

Harry sintió como ambas manos de esa persona se apoyaban en sus mejillas y con sus pulgares removían un poco las lagrimas. Harry no tenía control de su propio cuerpo.   

-Amor...- Susurró y frotó su pequeña nariz contra la de Harry- Déjame ver esos bellos ojos- murmuró tan despacio y suave de nuevo contra sus labios.    

Los ojos de Harry seguían cerrados con fuerza, y aunque no era capaz de moverse se negaba a abrir sus ojos. Trató de gritar pero de sus labios solo salían unos pequeños balbuceos sin sentidos, lo sentía tan cerca, sentía la respiración de esa persona en sus labios... tan cerca. 


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    (:  






Castle Combe {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora