Capítulo 5

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Esa noche  Harry tomó un baño con agua tibia y escuchó una linda canción, pensaba que esa sería una buena manera de relajarse y olvidar lo ocurrido, pero en su cabeza se repetía una y otra vez el mensaje.  

Sabía que eso no pudo ser posible, tal vez alguien le estaba haciendo una broma, porque a esa hora no vio a nadie en el edificio, ni al hombre de seguridad, además ¿Cómo alguien se hubiera dado cuenta que el ascensor se detuvo?, no lo sabía y estar en esa  bañera con el agua ya fría no lo ayudaba mucho.    

No se molestó en ponerse nada más que su ropa interior y entrar en la comodidad de su cama. Miró el techo y su vista no se despegaba de allí, estaba pensando en responder  el mensaje, sabía que podrían pasar dos cosas.    

Una y la mejor era que la persona que le envió ese mensaje le dijera quién era y que había sido una broma, o la otra y la más perturbadora, era que le volvieran a responder y algo que lo asustase más. Sin embargo, supuso que lo mejor sería esperar hasta la mañana siguiente, ya que siendo las 11:55 p.m., no ayudaba a que se sintiera más tranquilo. Aun así pudo conciliar el sueño y descansar un poco.    

A la mañana siguiente, Harry se encontraba como siempre en la pequeña cafetería, con una taza de café humeante a su lado. A pesar de pensarlo toda la noche, decidió responder  el mensaje, estaba casi seguro que era una broma, una pésima broma. Eso quería creer.  

Sin más tomó su celular del bolsillo y lo revisó, leyó el mensaje otra vez y no pudo evitar que un escalofrío recorriera su cuerpo. Con sus dedos temblorosos presionó la opción de responder y escribió lentamente.    

"¿Quién eres?, creo que esta es una broma de mal gusto, así que por favor para". Presionó el botón de enviar y esperó.

A los segundos se dio cuenta que su mensaje se marcaba como no enviado,  trató una vez más y lo mismo, mensaje no enviado. Eso era más raro aún, tal vez la persona que le mandó el mensaje desactivó su número, o algo así,  no se podía enviar mensajes a ese número, y eso lo tranquilizo un poco, significaba que ya no podría recibir mensajes igual.    

Harry se sentía mejor, solo un poco mejor, pero eso contaba, aun así no quería levantarse de ese cómodo lugar en el que se encontraba y tener que dirigirse hacia ese viejo  edificio donde trabajaba. No veía el momento en que llegará la mudanza para olvidarse de todo lo que había pasado últimamente. 

En la entrada del edificio, se topó con una radiante Emma a la cual le dio un abrazo torpe y una sonrisa nerviosa , se dirigió a abrirle la puerta del ascensor, actuando como la persona más normal   del mundo, como todo un caballero, como si no sintiera su corazón pararse por unos segundos al entrar después de ella. Presionó el número indicado y le dedicó otra sonrisa nerviosa, aunque ella no pareció notarlo.     

Esa mañana pasó normal, hizo lo que tenía que hacer y no perdió ni un segundo, iba a acabar rápido para irse temprano. Su jefe llegó a eso de las 3:30 de la tarde, y los reunió a todos para hacer un chequeo semanal que terminó con una pequeña información. Todo normal, pero Harry si lo notó.

Notó cuando su jefe buscaba unos papeles en su  portafolio y unas llaves cayeron, él simplemente las tomó con mucho cuidado y las guardó nuevamente en su portafolio. Ninguno de sus compañeros pareció importarle, pero él sabía que esas eran las llaves. Y sea como sea debía conseguirlas.    

A eso de las 6:30 p.m., todos se preparaban para irse,  Harry lo hizo igual. Al salir del edificio le propusieron ir a algún bar y tomar algunas cervezas, pero él se negó.  

Se sentía tan cansado que lo único que deseaba era dormir y dormir, además, no le gustaba mucho la idea de pasar su viernes por la noche en un lugar lleno de gente ruidosa. Prefería irse a su casa, meterse debajo de las cobijas y tal vez leer un buen libro.   

Y así lo hizo, al llegar a su casa tomó una cena rápida con lo que encontró dentro de su refrigerador, luego se colocó ropa un poco más cómoda y  se metió dentro de su cama, con un libro en sus manos, el cual había leído dos veces antes, pero lo amaba. Cogió su celular que estaba al lado, se fijó en que tenía un nuevo mensaje.   

Con el poco valor que tenía, abrió el mensaje. Y si, otra vez, quería llorar, quería gritar y el miedo comenzó  a consumirlo, pero aun así, leyó el mensaje.  

"¿Quieres saber quién soy cariño?". Número desconocido.

Harry sentía que no podía respirar, se sentía nervioso, pero aun así respondió. Simplemente escribió rápidamente antes de arrepentirse.

 "Deja de enviarme mensajes, deja de jugar conmigo. ¿Quién mierda eres?",  y presionó el botón de enviar. 

Pero como esa mañana, salía mensaje no enviado. Dejo salir un pequeño suspiro de frustración, y trató de tranquilizar su respiración, trató de pensar como siempre en algo positivo, trató de alejar cualquier pensamiento que lo aterrara. Pero 3 minutos después llegó otro mensaje.      

"Cariño, no estaba jugando contigo. Pero ahora, creo que sí lo haré". Número desconocido.

En ese mismo momento en que Harry leyó el mensaje dejó caer su celular al lado de la cama. ¿Qué mierda significa eso? ¿Quién mierda era esa persona?, en un segundo, la luz de su habitación se apagó, lo que hizo que Harry comenzara a temblar, y no a causa del frío. Cerró sus ojos tan fuerte como pudo, y metió la cabeza debajo de las tibias mantas.      

Su celular volvió a sonar segundos después y esta vez sí dudo en revisar el nuevo mensaje, pero  lo hizo, estiró su brazo y a tiendas lo encontró a través de la oscuridad, volvió a meterse debajo de las mantas y leyó.     

"Cariño, te ves tan adorable cuando estás asustado". número desconocido.    

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 (:    


Castle Combe {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora