Harry terminó su café, cogió sus cosas y dejó sobre la mesa el dinero, además de una pequeña propina para así salir del lugar.
El clima la mayoría de veces era frío, Harry caminaba con la vista en el suelo y las manos en su abrigo, a veces se preguntaba por qué había tan pocas personas, había pocos negocios, además todos se conocían, a veces pensaba que era raro, porque aunque era un pequeño pueblo, las personas siempre terminaban yéndose .
El lugar de su trabajo no quedaba lejos de donde se encontraba, él entraba a las ocho de la mañana, aun tenía 30 minutos para llegar, porque eso sí, era muy puntual.
Harry iba tarareando una canción que escuchó en la radio, le había gustado mucho y pensó en buscar el nombre más tarde. Al cabo de cinco minutos ya estaba en la puerta del edificio donde trabajaba, suspiró y sin pensarlo más entró.
-Buenos días- susurró, aunque solo recibió una mirada por parte del hombre de seguridad, así era ese lugar, pocas palabras, no era el ambiente más amigable.
Algo que odiaba Harry era el ascensor, era un poco viejo, le tocaba abrir a él mismo la puerta, solo se podía abrir, cuando estaba en el piso indicado y era seguro.
Milagrosamente ese día Harry no tuvo problemas, el ascensor llegó rápido y abrió fácil, así que una pequeña sonrisa se formó en sus labios, pensó que sería un buen día en el trabajo, presionó el número 5 y esperó.
Al llegar a su piso trató de salir pero el ascensor no quería abrir, se sintió frustrado y solo respiró profundamente, esperó unos segundos, forzó la puerta y esta abrió, fue algo raro.
Salió rápidamente antes de que pasara otra cosa, odiaba ese ascensor. En el piso cinco habían dos oficinas, una al frente de otra, camino unos pasos y se sorprendió al ver que la puerta ya estaba abierta, lo que significaba que ya había llegado alguien, solo camino a grandes pasos, pensando que se le había hecho tarde, pero al ver el reloj de su oficina se dio cuanta que faltaban 20 minutos para las ocho. Era extraño, solía ser el primero en llegar.
Dejó sus pertenencias en su escritorio y miró a ver si había llegado alguno de sus compañeros, pero todo estaba vació, sin embargo, la luz de la oficia de su jefe estaba encendida, sin pensarlo más se dirigió a ese lugar.
Encontró la puerta abierta así que se asomó, al ver que no había nadie lo hizo pensar por uno momento acerca de lo que pasaba, primero su jefe nunca llegaba hasta las horas de la tarde, y segundo su jefe nunca dejaría la puerta de su oficina abierta, ya que allí estaba toda la información tanto en físico como en digital sobre las historias, los acontecimiento de hace más de 50 años del pueblo.
Las pocas veces que estaba allí era en presencia de su jefe, a recibir unos documentos o indicaciones de su trabajo para la semana, sin pensarlo dos veces entró y ajustó la puerta. Lo primero que hizo fue ver los archivos más recientes, algo que el había notado hace tiempo, es que no todo lo que sucedía se publicaba, es más, al ser un periódico se supone que dice la verdad, pero no era así, algunas historias se modificaban y otras se escondían, era curioso, o por lo menos Harry pensaba que era así.
Se sorprendió al ver que hace cinco días habían encontrado dos muertos en una pequeña casa cerca a la de él, esa noticia nunca salió en el periódico, es más, estaba seguro que nadie se había enterado de eso. En ese momento escuchó un ruido, su cuerpo se tensó, rápidamente dejo los documentos donde estaban y se dio vuelta en el momento en que la puerta se abrió, su jefe entró.
-¿Se le perdió algo?- A Harry se le erizó hasta el último vello de su cuerpo, el tono de voz de su jefe, su mirada, siempre le dio desconfianza ese hombre, hasta tal vez algo de miedo.
-Hmm... no, solo vi la luz y pensé que estaba aquí, vine a darle los buenos días- Susurró Harry forzando una sonrisa.
-Vete, ahora necesito hablar con usted- Dijo su jefe en tono autoritario, Harry solo asintió y salió lo más rápido posible, se dirigió hacia su puesto de trabajo y soltó todo el aire que llevaba conteniendo.
Solo pensó, ¿Y si su jefe lo descubrió?, aunque no le dijo nada en ese momento, así que solo trató de relajarse y esperar que le dijera de que quería hablar con él.
Su puesto de trabajo quedaba frente a la puerta y por ende podía ver la puerta del ascensor cuando era abierta, en ese preciso momento se abrió y dio paso a una linda chica de cabello rojizo intenso, al verlo le sonrió, Harry le devolvió una linda sonrisa.
-Sabes, odio levantarme temprano- Dijo la pelirroja mientras tomaba asiento en frente del escritorio de Harry.
-Lo sé- Respondió Harry.
-Aun no entiendo, todas las mañanas te ves igual, con esa linda cara de "Amo madrugar"- Harry soltó una pequeña risa.
-Lo que pasa, es que yo si me acuesto temprano- Respondió tranquilo.
-¡Yo también!- Los dos se miraron fijamente por unos segundos antes de soltar una pequeña risa, a Harry le agradaba pasar tiempo con Emma, ella era muy dulce y aparte graciosa.
-Vete a trabajar, si nos ven acá nos metemos en problemas- Susurró Harry al escuchar pasos desde la oficina de su jefe. Emma solo asintió, rápidamente se sentó en su escritorio y desde allí le dedicó una sonrisa Harry. Él sonrió.
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(:
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Castle Combe {Larry Stylinson}
Fanfic"Hay algo que me asusta de él pero, no lo descubrí hasta que lo volví a ver; eran esos ojos azules que no dejan de observarme, no pude separar mi mirada de la de él, un segundo después sonrió. Esa sonrisa hizo que mi cuerpo se congelara, después...