6: Gale

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POV Gale:

Estoy partido al medio.
La ausencia de Katniss está por sobre lo que puedo soportar. Es demasiado dolor.
Demasiado sufriento.

La extraño demasiado. Así como extraño colocar su mechón de pelo tras su oreja. O abrazarla cuándo me contaba sobre los días sin comida.

Todo lo que hago me recuerda a ella.

De una forma u otra es mi culpa porque me mantuve muy al pendiente de Kat. Si no me hubiera acercado tanto a ella, esto no sería un problema.
Tampoco el hecho de que la sigo amando.

Todas las noches lloro silenciosamente. Y cada segundo de cada minuto, cada minuto de cada hora y cada hora de cada dia que pasa, pienso en ella.
Así de mal estoy.
Es para lo unico que tengo lugar en la cabeza.
La extraño. Demasiado.
Siento un vacio en mi interior.
Un espacio en mi alma que solo ella puede cubrir.
El cual espera su llegada. Si es que llega.

Los dias que cazábamos juntos, los dias que llorabamos juntos, los dias que peleabamos juntos, o incluso aquellos pocos en los que reíamos o peleábamos al menos nos teniamos el uno al otro. Al menos habia algo que compartir.

A veces pienso qué hubiera pasado si nos hubiésemos ido antes de aquellos juegos que cambiaron nuestras vidas.

Ya no caza conmigo, ni va al bosque. Ahora ese "nosotros" que nos perseguía se disolvió y ahora somos Gale y Katniss.
Pero por separado y eso me duele y me molesta.

Nada de nosotros. Siento que es mi culpa por no haberle dicho lo que sentia -siento- por ella.

Cuando mas necesitaba a alguien ella siempre estuvo.

Ahora no es asi. Hasta eso me quitó el capitolio.

-¿Qué mas quieren de mi? -vocifero aunque nadie está conmigo.

En estos momentos no tengo ganas de comer, de dormir, de hablar, de levantarme de la cama, de cazar y mucho menos de vivir.

Pero se que Catnip espera verme cuando regrese. Y espera verme bien. No en un ataúd.

Por eso resisto. Por ella. Porque se que ella habría hecho lo mismo. Habria sobrevivido, lo habria hecho tanto por mí como por todas aquellas personas que le importan en el 12.

Revuelto entre mis sábanas blancas miro el techo y sus manchas de humedad a causa de la lluvia.

Recuerdo cuando me contó que ese tal Peeta le tiró un lan bajo la lluvia.

Maldigo pornlo bajo por seguir pensando en ella. Cada cosa que hago o veo me lleva a Katniss.

De repente, envuelto en todos estos pensamientos y recuerdos, se me comienza a nublar la vista, luego caigo al suelo y veo todo blanco.

Se que estoy despierto y consciente pero no puedo ver nada.

Tanteo el piso con las manos pero no hay nada.

Me levanto y camino, tocando las paredes, hasta llegar a la puerta. Doy unos pasos a tientas pero choco con una pared y caigo hacia atras.

Cuando me doy cuenta estoy cayendo escaleras abajo.

Escucho que alguien abre la puerta y lanza un grito ahogado.

Luego siento como alguien me toma en brazos y comienza a correr. Tras apoyarme sobre una superficie dura me inyectan algo en el brazo izquierdo.

Supongo que es morfina porque el dolor que emanaba de la parte inferior mis ojos disminuye.

Me llevan por las desoladas calles del Distrito 12 hacia un lugar del que no tengo el privilegio de saber.

Comienza a dolerme la espalda y los ojos nuevamente asique intento hablar pero solo me sale un gemido. O algo parecido a eso.

Siento la calidez de una manos sobre las mías y la suave voz de alguien que me canta al oído.

Tiene la misma voz que Katniss. Así que intuyo que es su madre. Ya que es imposible que sea ella aunque anhelo verla desde el minuto en que se fue.

Me reconforta así que no emito queja alguna.

Luego esa persona, toma mis manos y me dice: Debes vivir. Por ella.

Siento como las lágrimas resbalan por mis mejillas pero ella las seca.

-No llores -susurra- estoy aquí contigo.

Me apoyan sobre una camilla y me llevan al pequeño hospital del 12 que al menos tiene equipamiento médico.

Me inyectan dos o tres tubitos al cuerpo.
Y luego me apoyan sobre la cara un respirador para regular mi oxigeno.

Escucho los lentos, detenidos y pausados sonidos que produce ese artefacto que mide los signos vitales, por lo que aún estoy vivo.

Aunque debil. Ese es uno de los tantos momentos en los que desearía estar muerto.
Prefiero eso antes que una vida sin mi Catnip.

Pero estoy vivo.

Y lo seguiría estando, por la chica que cazaba conmigo en el bosque, por la chica que se ofreció voluntaria cuando su hermana fue elegida para ir a los juegos, por la chica que sobrevivió a la batalla de los tributos y por la chica que está  en manos del capitolio. Por Katniss. Por Mi Catnip. Mi amiga.

Aún me duele decirlo. Me duele admitir que me ve solo como un amigo.

Porque yo la amo. Y es por eso que no se lo digo. Por qué sé que solo negaría y diría 'no puedo'.

Y eso si que no podría soportarlo.

La señora Everdeen me inyecta algo para que pueda dormir por un tiempo. Ya que con todos los medicamentos que ingerí va a ser difícil conciliar el sueño por mi mismo.

Tiempo después abro los ojos y noto que ya puedo ver nuevamente.

Ya extrañaba ver los colores.

El marrón de las maderas del techo como el arco y el carcaj de Katniss y como mi cabello.

El negro intenso, el rojo fuerte, el verde de la preadera y todos ellos.

Me siento afortunado ya que eso significa que podré volver a ver a Katniss.

No podría soportar morir sabiendo que la última vez que la ví literalmente estaba con otro hombre.

¿Hasta el final? [Everlark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora