La última esperanza

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CAPÍTULO 4 

Hermione

No, no me dejes —pedí asustada. 

Eran las tres de la mañana y Severus tenía demasiada fiebre. Me había quedado dormida y no me percaté de ello, buscaba en el armario que me había traído Harry de las mazmorras, algo para que se le bajara la fiebre, tiré frascos e hice un ruido fenomenal.

Hermione ¿qué pasa?—entró Harry adormilado. 

Ron se había ido a pasar unos días en la Madriguera para que lo atendiera su madre, así que durante esos días yo había tenido momentos de descanso, y me la pasaba cuidando de Severus y buscando con desesperación que él despertara. 

Tiene mucha fiebre, —le di la poción lentamente— Desvistio —le quité la camisa con el hechizo y toda la pijama, hice a un lado las sábanas, dejándole solamente con el bóxer —Aguamenti— mojé varias toallas y las puse en su cuerpo—. Quédate conmigo —le pedí.

Hermione cálmate, él estará bien.

Después de algunas horas la fiebre cedió, pero él no despertó. Harry se había ido a comprar la despensa y yo me estaba tomando un café en la sala. Vi como abría la puerta y dejaba las cosas en la cocina, mis ojos estaban rojos y mi cara hinchada de tanto llorar, la nariz roja de limpiarla, mi pelo estaba acomodado con un desalineado moño bajo, con mis horribles rizos por todos lados, llevaba una pijama realmente fea y las pantuflas, era un desastre en vida. Harry se sentó con un café enfrente de mí.

¿Quieres hablar? —lo necesitaba, pero estaba indecisa, él no lo comprendería.

Tengo miedo Harry, de fallar, de perderlo ahora si para siempre, si él muere... —más lagrimas salieron—. Sé que no sabré soportarlo.

Hermione..., él se va a salvar, sólo es cuestión de que su cuerpo expulsé todo el veneno que se incrementó en su cuerpo. Quería aprovechar que Ron no está para hablar contigo.

¿De qué?

De Snape, ya sabes cómo se pone él si hablamos del profesor, ¿podemos seguir con nuestra conversación que quedó pendiente?

Sí, ¿qué quieres saber?

Todo, pero ¿cómo te tomaste el plan entre Snape y Dumbledore?

Yo..., no supe de ese plan, él me lo ocultó, cuando empezó la batalla y él salió huyendo con todos los mortífagos yo ignoraba que el director había muerto, Severus nunca quiso decírmelo, esa noche sólo dijo que la hora había llegado y que no olvidara nada de lo que me había enseñado, pero nunca supe que era una despedida —le dije con cierta melancolía. 

...

Me había apartado cerca del bosque prohibido donde nadie pudiera verme, tomé la piedra verde la acerqué a mi boca y suspiré en ella, susurrando "Necesito verte antes de que te marches", pasaron tres minutos y él se apareció enfrente de mí, sólo podía hacer una cosa.

Severus, me arrojé sobre él abrazándole, su esencia tenía un efecto tranquilizador en mí.

Debes escucharme, ha empezado, recuerda todo lo que te he enseñado, no lo olvides, nunca bajes la guardia, no confíes en nadie, lleva los libros, las pociones prepara más, lleva todo lo que necesites siempre, para cuando llegué la hora de partir. Me abrazó y me dio un beso en la frente, empecé a temblar de miedo.

¿Es una despedida? le pregunté, me aterraba no volverlo a ver.

No lo sé, se escuchó un estruendo, había mortifagos aún en el castillo, su fidelidad podría estar entredicho si me veían con él—. Ahora, vete, corre, cuídate y no olvides tu misión, protege y ayuda a Harry, eres la mejor, confío en ti, me separé de él, tenía que irse antes de que me vieran con él.

Siempre te estaré esperando Severus... (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora