Un par de sorpresas

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UN PAR DE SORPRESAS

SEVERUS SNAPE

El nuevo departamento que alquile no era muy grande, no había tenido la cabeza como para adquirir algo mejor, llevaba años viviendo con Hermione y jamás había tenido la necesidad de buscar algo para mí. Ese lugar no estaba lejos de donde vivía mi familia, lo había hecho por los niños y si necesitaban de mí. Tenía tres recámaras, una para Andrea, otra que acondicioné y la hice más grande para que pudieran dormir ahí mis tres hijos y la otra para mí.

Iba todos los días por ellos al colegio para estar con ellos por las tardes, había cambiado mis asesorías por las mañanas y después de las seis para disfrutar a mis hijos. El problema era la cocina, de lunes a viernes iba una señora a cocinar para ellos, para que Hermione no me reclamara lo mal alimentados que estaban cuando los tenía bajo mi cuidado.

Eran casi las seis, los niños empacaban sus cosas para llevarlos de nuevo a casa y Andrea me veía con reproche desde el sillón de enfrente.

- Papá ¿por qué no hablas con mamá?

- Andrea ya hemos tenido esta conversación ¿no te parece? – aunque mi porte en ese momento era frío, intentaba que no sonara de esa forma, ya que ante todo era mi hija.

- Mamá te ama, ¿tú la dejaste de amar?

- Nunca Andrea, pero cuando comencé a estar con ella le prometí que nunca la obligaría a hacer algo que ella no quisiera, debo respetar que ya no se siente conforme con lo que teníamos, estábamos discutiendo mucho y eso no era sano para ninguno de los dos, sé que eres la mayor y puedes entenderlo.

- Mi corazón no logra entenderlo – dijo rozándosele sus ojos.

- Linda... por fav...

- Mamá llora todas las noches, piensa que no nos damos cuenta, pero sé que está sufriendo demasiado – asentí sin poder hacer otra cosa al respecto –. Nunca voy a rendirme en esto.

- Debes respetar la decisión que tomamos.

- No cuando has roto una promesa, cuando vinimos a Tromso juraste que estaríamos juntos y felices aquí y no es así – me reprochó con lágrimas en sus ojos.

- Papá ¿no podemos quedarnos a dormir? Por favor anda ¿si?

- No Alex no hable eso con tu madre y aún no arreglamos esa parte en el convenio, le diré qué día pueden quedarse aquí, pero deben obedecer ahora y poder llevarlos a casa.

- Oh está bien – arrastraron sus pies hasta la puerta y tomé las llaves.

- Hija, anda vamos – se levantó molesta y salió sin darme la cara.

Odiaba viajar en taxi, pero ya que yo no tenía chimenea y a mi hija no le agradaba la aparición, no me quedaba de otra. Bajé con ellos viendo con dolor la casa donde viví con ellos tantos años, aún recuerdo la cara de Hermione cuando comenzamos nuestra nueva vida, llena de ilusión porque creía que yo sería un mejor hombre ahí.

Toqué la puerta y Rose abrió quitándome a Daniel de los brazos, seguramente lo había extrañado tanto como el niño a ella. Hermione estaba sentada en la sala leyendo o fingiendo leer.

- Mamá.

- Mi amor ¿cómo les fue? ¿se divirtieron?

- Mucho, papá nos llevo a comprar un helado, dice que quizás la próxima semana nos lleve a Durmstrang – Sebastián era el más emocionado en eso porque sabía que ahí estudiaría.

Siempre te estaré esperando Severus... (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora