Salimos rápidamente de mi casa. Aún eran las 16:00 así que decidimos ir al árbol de siempre.
-¿Cómo llegaste tan temprano?-le pregunté mientras íbamos hacia el árbol.
-Ana, no puedo estar separado de ti. Es como si me faltara el aire. He esperado muchísimo tiempo a encontrar a la persona que me haría feliz, y esa persona eres tú. Si me dejaras, mi mundo se destrozaría. Y me cortaría con los pedazos rotos de mi corazón -respondió mientras me miraba con sus ojos azules.
Llegamos al árbol y nos sentamos.
-Te quiero. Dos palabras no puede expresar lo que de verdad siento por ti. No quiero que te separes de mí. Quiero que estés todos los días conmigo. No tenía miedo a nada pero ahora tengo miedo a perderte. Bruno, yo....
No me dejó terminar. Me besó en mis sonrojados labios. Sentía como si no estuviera nadie. Sólo él y yo. Todo era perfecto. Mi cara me ardía, me estaba poniendo roja. Era feliz al lado de Bruno y nunca iba a cambiar ese sentimiento.
Estuvimos minutos así, besándonos y nos separamos.
-Te quiero -le dije mientras me recostaba en su hombro.
-Yo más -me respondió mientras me rodeaba con su brazo protector.
-Hey, ¿al final te quedas a dormir?
-Sí, pero dice mi madre que quiere conocerte -me dijo con una gran sonrisa.
Miré la hora eran las 16:15.
-Vamos.
-¿A mi casa?-preguntó.
Asentí.
-¿Ahora?
Asentí.
-Bueno, vale pero un rato EH.
-Vale -le sonreí.
Llegamos a su casa, fuimos a la cocina y allí estaba su madre.
Era morena,alta y delgada. Tenía los ojos de color azul como el mar.
-Hola mamá, esta es Ana -me presentó.
-Hola, encantada -le respondí mientras le sonreía.
-Igualmente -me dijo mientras me devolvía la sonrisa.
Hablamos durante muchísimo tiempo. No nos habíamos dado cuenta de la hora que era.
-¡Ana! ¡Son las 17:00!
-¡Qué! ¡Vamos!
Nos despedimos de su madre y nos fuimos.
Corrimos hasta mi casa todo lo rápido posible. Llegamos jadeando. Ya estaban todos esperándonos.
-¿Y la puntualidad dónde? -nos dijo Marta irónicamente.
-Lo sentimos, fuimos a dar un paseo ya que Bruno llegó una hora antes -respondí.
-¿Por qué viniste antes? -respondió Ricky algo molesto.
-Porque sí, yo a ti no tengo que darte explicaciones -respondió Bruno de muy mala gana.
-Ya está no os peleéis -les dije mientras me ponía entre los dos.
-Bah, no mereces la pena -dijo Bruno mientras le daba la espalda.
-Bueno vamos a investigar -dijo Sara para cambiar de tema.
Ricky y Bruno se pusieron al lado mía. Los dos se echaban miradas asesinas uno al otro. "Tengo que decirle a Ricky que estamos saliendo Bruno y yo"
-¿A qué mercado vamos primero? -preguntó Marta.
-¿Quién es el que lleva aquí más tiempo?
-Yo -respondió Diana -llevo aquí 4 años.
-¿Qué sitio te parece que tenemos que investigar?
-Yo me conozco este sitio como la palma de mi mano, pero nunca he entrado en aquel edificio de ahí -dijo mientras señalaba a un edificio pequeño, blanco con ventanas pequeñas.
-¿Qué hay ahí dentro?-pregunté mientras miraba aquel edificio.
-Dicen que ahí es donde vive la chica que hizo este refugio y la que manda a los soldados por la comida y todo eso. -respondió Diana.
-¿Y no se puede entrar? -preguntó Ricky.
-A ver, si nunca ha entrado Diana, es que no se puede ¿no crees?-respondió Bruno irónicamente.
-Tú cállate que no estoy hablando contigo.
-No, hay unos guardias que no te dejan pasar a no ser que la chica que está ahí dentro quiera.
-Pues tendremos que convencerla.
-¿Cómo?-preguntaron al unísono.
Les conté el plan muy bajo para que nadie nos oyera.
-¡Qué lista eres!-me dijeron al unísono.
-Gracias gracias -les respondí orgullosa -venga, vámonos.
Fuimos cautelosamente hasta la puerta del edificio. Había dos guardias.
-¿Estáis listos?-pregunté.
Todos asintieron.
-Adelante.
Nos colocamos para el plan. "Esto va a ser más fácil de lo que creía"
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Apocalipsis
AksiAna, una joven de 16 años de edad es abandonada junto a su hermana, cuando tenía 12 años, en su casa rodeada de zombies