"¡Qué guapo está!". Lo veo impresionada. Tenía puesto un traje como si fuera de boda de color negro. En su cuello estaba bien colocada una corbata de color azul a juego con sus preciosos ojos. Su pelo, color del trigo estaba bien peinado para un lado. Llevaba en las manos un ramo de rosas rojas.
-Hola, mi princesa -me dijo con una gran sonrisa.
Le dediqué una amplia sonrisa.
-Hola, mi príncipe -dije mientras le hacía una reverencia.
-Mi querida princesa, esto es para ti -dijo mientras me tendía el ramo de rosas rojas.
-No hacia falta.
-Tú te lo mereces todo. Te bajaría hasta la luna.
-Ohhh -le cogí por sus mejillas y lo acerque a mí para darle un beso en sus perfectos labios.
Se apartó y me sonrió.
-Bueno, ¿nos vamos? -dijo mientras me ofrecía su brazo para cogerle del ganchete.
-Claro -le dije mientras me agarraba a su brazo.
Fuimos caminando hasta el árbol que conocíamos muy bien. Donde nos conocimos, el primer lugar al que fui cuando llegué aquí.
-El lugar donde nos conocimos -dije emocionada.
-Sí estuve pensando en hacer una cena romántica.
-¿Y la cena donde está?
-Aquí -dijo mientras se metía en un arbusto a pocos metros del árbol. De ahí sacó una cesta de madera. Se acerco a mí y la abrió. Estaba llena de deliciosa comida.
-¡Qué buena pinta tiene todo!
-Gracias lo hice yo mismo, espero que te guste.
Comí todo lo que pude hasta que me llené la barriga y no podía más.
-Ana.
-Dime -dije mientras me sentaba bien.
-¿Tu cumpleaños cuando es?
-El 18 de junio.
-Vaya, te queda menos de un mes para cumplir tus deseados 17.
-¿Y a ti cuánto te falta?
-Ya que hoy es 28 de Mayo, me quedan menos de dos meses. Cumplo el 20 de Julio.
-Soy más mayor que tú enano -le digo echándole la lengua.
-Pero de mentalidad y de altura te supero -me dice tocándome la cabeza y despeinandome.
-Bueno, tampoco que te suba a la cabeza.
-Ven aquí enana -me dice agarrándome por la espalda y llevandome cerca de él. Se acurruca en el espacio que hay al lado de mi cabeza y yo hago lo mismo en el suyo. Cierro los ojos mientras estamos abrazados.
-Te quiero tanto... -le digo susurrando.
-Ana, eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. Te quiero muchísimo y soy afortunado de tenerte a mi lado. Me encanta saber que todos los chicos se mueren de envidia por tenerte a mi lado -me dice mirándome a los ojos.
-Eso es imposible. No soy guapa, y tú... Tú eres perfecto, todas las chicas babean al verte. Yo sí soy la afortunada.
-Claro que no eres guapa, eres hermosa y a través de mis ojos eres perfecta para mí. Y esas chicas que babeen, que no te llegan ni a la suela de tus zapatos.
Sonrío enseñando con timidez mis dientes.
-¿Sabes? El primer día que nos conocimos y vi tu sonrisa fue cuando de verdad me enamoré de ti. Tienes una bella sonrisa. Te lo iba a decir pero tu hermana te había llamado y te tuviste que ir.
-Me acuerdo de ese día -dije feliz.
-Nunca pensé que llegaría a conquistarte. Y que nunca podría besarte en tus dulces labios. Y princesa, me temo decirte que te robaré un beso.
Acto seguido se acerca a mí y me da un beso dulce y lento. Él me agarra de la espalda y tira de mí para que m pegue más a él. Pegué mi cuerpo con el suyo y le agarré el cuello mientras nos besábamos lentamente. Cada minuto que pasábamos bensandonos iba aumentando el ritmo. Nos besábamos desesperados como si no pudiéramos aguantar ni un segundo separados. Le acaricié el pelo mientras él me acariciaba la espalda. Después de mucho tiempo besándonos me separo y veo el reloj. Las 21:30.
-¿Quieres venir a mi casa? -le pregunto.
-¿A tu hermana le parecerá bien?
-Supongo que sí. Vamos a preguntar.
Vamos de camino a mi casa y entramos.
-Marina.
Nadie contesta.
-Que raro...
Voy hacia la cocina y veo una nota encima de la mesa. "Ana, voy a quedarme a dormir en la casa de Brais, espero que no te importe. Tienes comida en la nevera. Te quiere Marina"
-Bruno, te puedes quedar que mi hermana esta en casa de su novio.
-Perfecto, voy a mi casa a coger ropa, ahora vuelvo.
-Vale, te prepararé la cena.
Le doy un beso y se va.
Cojo la pizza que esta hecha en la nevera y la meto en el horno. Cuando Bruno llegó, la cena ya estaba lista.
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Apocalipsis
AcciónAna, una joven de 16 años de edad es abandonada junto a su hermana, cuando tenía 12 años, en su casa rodeada de zombies