Capítulo XIII

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A la vuelta, me acompañó Bruno a mi casa. Íbamos de la mano, todo el mundo nos miraba pero no importaba. Estaba muy feliz. Estaba tan metida en mis pensamientos que no me enteré que me estaban llamando.
-Ana, te están llamando.-me dijo Bruno mientras señalaba para la izquierda.
-¡ANAA!-me gritó Sara mientras corría hacia mí.
-¡Hola Sara!-dije mientras me acercaba a ella.
–Pri....me....ro.....dé...ja...me...res...pi...rar.-me dijo sin aliento.
Esperamos unos minutos cuando comenzó.
-Soy yo o....¡Estabas de la mano con Bruno!-me dijo ella casi gritando.
-¡SHHH! Grítalo más alto que no te han escuchado los de allí -dije con voz irónica.
-Vale, ahora en serio. ¿Estabas de la mano con Bruno?.
-Sí....-dije mientras me ponía colorada.- Estamos saliendo.
-Oh que monos, mi enhorabuena.
-Gracias.-le sonreí.
-Ana, ¿les decimos a Diana, a Marta y a Sara que vengan con nosotros a la tarde?-me preguntó Bruno.
-¡Sí!
-¿Qué vais a hacer a la tarde?
-A ver te cuento.
Le conté toda la historia mientras ella escuchaba hipnotizada.
-Contad conmigo. Yo avisaré al resto. Ana, tú avisa a Diana que su casa está al lado de la tuya. ¿Aviso también a Ricky?
-¿Te importa que venga?-le pregunté a Bruno por si acaso.
-Bueno .....como te bese otra vez no me hago responsable de mis actos.
-Que bobo eres.-le dije dulcemente mientras le daba un beso en la mejilla.
-Bueno Sara, me tengo que ir que es tarde. Chaoo hasta la tarde. Recuerda, a las 5 en mi casa.-le di un beso en la mejilla.
-Ya, hasta luego.-me sonrió y nos fuimos.
-¿Vienes conmigo para avisar a Diana?
-Yo voy contigo hasta donde tú quieras. Ahora tú eres mi vida y no me puedo separar de ti.-me dijo dulcemente mientras me miraba con esos ojos azules como el cielo.
-Te quiero.-me atreví a decirle.
-Yo más.-y me besó dulcemente en los labios.
Ya habíamos llegado a la casa de Diana.
*Toc toc*
Llamé a la puerta.
La cabeza de Diana salió para ver quienes éramos. Tenía el cabello lleno de nudos y despeinado. Se acababa de levantar, aún seguía con el pijama.
-Hola.-nos sonrió cálidamente.
-Hola, Diana.-le sonreí.-quería preguntarte si quieres ir con nosotros a investigar.
-¿Investigar?¿Lo qué?
Bruno le contó la historia.
-Ya veo, ¿a qué hora y en dónde?
-En mi casa a las 5.-le respondí.
-Ahí estaré.
Nos dimos dos besos y una abrazo y nos fuimos a mi casa que estaba al lado de la de Diana.
Al llegar a la puerta, nos páramos en seco.
-No quiero separarme de ti.-le dije con cara apenada.
-Ni yo de ti.-me besó dulcemente.
-¿No puedes quedarte?
-No, a estas horas mi madre ya haría la comida.
-Jo.
-Pero a lo mejor me dejan quedarme a dormir.
-¿En serio?
-Sí, mi madre me conoce y sabe que no voy a hacer nada extraño con una chica. No soy de esos.
-Menos mal.-me reí entre dientes.
Me devolvió la sonrisa.
-Espera aquí un momento. Ahora vuelvo.
-Vale, ven rápido.
Le sonreí y me metí rápido en la casa. Eran las 12 aún. Mi hermana aún estaba durmiendo.
-¡Marina!-Le llamé.
-¿Qué?-me dijo con voz somnolienta.
-Tengo novio...Ahora mismo está en la puerta y me preguntaba si se podía quedar a dormir.
Se levantó rápidamente a abrir la puerta.
-Hola, encantada soy Marina la hermana de Ana.
-Ho-hola -dijo extrañado.-Soy Bruno.
-Hay que ver que niña pequeña eres.-le dije mientras me reía.
-Que graciosa.-me dijo con una voz irónica mientras me echaba la lengua.
-¿Puede quedarse a dormir?-le supliqué.
-No sé... No haréis nada raro ¿no?
-¡No!-gritamos a la vez.
-Te juro que no haría tal cosa. Ya sé que nos acabamos de conocer pero por favor confía en mí.-le dijo Bruno con sus ojos irresistibles.
Miré a mi hermana , se estaba poniendo roja.
-Si es así no creo que pase nada si se queda a dormir.
-Muchas gracias.-le dijo mientras le daba un beso en la mejilla.-¡Qué enrollada eres!
Gracias...-dijo mientras se ponía como un tomate.
No aguanté la risa. Me reía como una pura psicópata.
-¿De qué te ríes enana?-me dijo mi hermana.
-De nada de nada.-le respondí mientras me reía entre dientes.
-Bueno ya es tarde me tengo que ir. Encantado de conocerte. -le dijo a mi hermana.-Hasta hoy a la tarde, Ana.
-Hasta luego.
Nos dimos un pico y se fue.
-Me gusta tu nuevo novio, me cae bien.
-Que colorada estabas, tenías que verte la cara.-me empecé a reír.
-¡Cállate! Ah, por cierto, he conocido a un chico....me gusta pero no sé si yo a él.... Y me ha invitado a su casa. ¿Qué le digo?- me preguntó mientras fijaba sus ojos verdosos en mí.
-Dile que sí, diviértete.
-¿Segura?
-Segurísima.
-Entonces tendré que hacerte caso.
-Claro.-le dije mientras ponía cara chunga
Nos miramos fijamente y nos empezamos a reír. "Este día no puede mejorar más"-pensé alegre.

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