Capítulo 9 - Nota misteriosa

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Obra Registrada en Safe Creative con el número de Registro: 1306015200695

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Siento muchísimo la larga espera. No volverá a repetirse. 

Espero que disfrutéis del capítulo.

¡Y seguid comentando! Me encanta ;)

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Capítulo 9 - Nota misteriosa

Habían pasado ya horas desde la visita de Adam. Intentaba no pensar en ello, pero no podía.

Su cabeza repetía y repetía esos instantes como si se tratara de una película.

Y cada vez le ocurría lo mismo: más escalofríos, miedo y rabia.

No quería volver a encontarse con él, no le quería volver a ver nunca más. Pero sospechaba, que estando allí atrapada, no le quedaría otra opción.

Intentaba pensar en otras cosas, desviar sus pensamientos a algo más agradable. Pero siempre volvía a lo mismo. Y esa situación, en esa habitación en la que no se podía hacer nada más que mirar al techo y pensar, no le permitía dejar la mente en blanco. ¡Era un desastre!

Así que esperaba con ganas el momento en que el chico silencioso, ya habitual, le trajera la bandeja con la cena. ¡Durante unos minutos podría desviar sus pensamientos!

Seguramente quedarían unos minutos...

Mientras, como no, seguía pensando en Adam. ¡Ése desgraciado, malnacido,...!

La puerta se abrió, interrumpiendo el flujo de insultos.

Y, efectivamente, entró el chico.

En silencio, sin mirarla demasiado, lo justo para asegurarse de que estaba bien y no le ocurría nada, intentando no incomodarla (parecía el único que la respetaba un poco en aquel lugar).

Mel se levantó dirigiéndose a una mesa no muy grande que había contra una de las paredes de la habitación (concretamente de la enfrente de la cama), donde el chico dejaba la bandeja.

Esa noche contenía una botellita de agua, un cuenco lleno de sopa humeante, un plato con una ensalada, los cubiertos de plástico (¿acaso se creían que iba a auto-lesionarse? Estúpidos... sacudió la cabeza para apartar esos pensamientos de su cabeza), y un plato pequeño con un trozo de tarta de chocolate.

Como siempre, todo parecía exquisito. Era lo único agradable en aquel sitio... ¡cuánto deseaba salir de allí!

Él le sonrió tímidamente y empezó a dar media vuelta cuando paró súbitamente.

¿Qué le ocurría?

Ella no había intentado escapar, sabía que era inútil, y no había hecho nada porque no se podía hacer absolutamente nada en aquella habitación. Así que... ¿por qué ese breve instante de sorpresa?

Se volvió hacia ella e hizo algo que no había hecho antes: le habló.

-Me olvidaba. -llevó su mano a uno de los bolsillos traseros de su pantalón vaquero y sacó una revista doblada por la mitad. Estiró el brazo y se la acercó, haciendo un gesto dando a entender que la cogiera- Venga, cógela -dijo sonriéndole amablemente.

Ella la cogió todavía mirándole sorprendido.

¿Una revista? ¿A qué venía eso? ¿Era un gesto de amabilidad o se reía de ella? Y... ¡había hablado con ella!

El giro de la profecía, ¿amor o traición?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora