El giro de la profecía, ¿amor o traición?

Capítulo 30 - Allí donde los vampiros se reúnen

Obra Registrada en Safe Creative

------------------------------------------------------------------------------------------------------

Capítulo 30 - Allí donde los vampiros se reúnen

Después de casi media hora subida a la espalda de "William" llegaron a un pequeño claro en el que había aparcados varios coches. Todos eran enormes, de colores oscuros, muy modernos, con los cristales tintados y parecían muy resistentes.

Le indicaron que subiera a uno de esos, al asiento del copiloto.

William conducía y los demás se subieron a los otros coches. Un minuto más tarde arrancaron  y salieron rápidamente del claro.

Mel agradeció estar a solas con él, quería hacerle tantas preguntas... ¡cuánto tiempo llevaba deseando poder saber sobre su pasado, sobre sus padres! Jamás hubiera pensado que recibiría esa oportunidad tras algo tan terrible como la muerte de sus padres adoptivos. Ellos se habían portado con ella siempre muy bien, yendo mucho más allá que solo dándole un techo y comida. La habían querido, educado, apoyado en todo... y ahora estaban muertos. Mel seguía sin poder creérselo, era vivir una pesadilla en la vida real. Pero decidió que no era el momento de dejarse hundir por sus emociones, habría tiempo más adelante (o al menos eso creía).

William se quitó las gafas de sol y bajó la capucha con la que se había estado cubriendo, también se quitó la bufanda y la lanzó hacia atrás (sin mirar pero acertando perfectamente). Seguidamente giró la cabeza y la miró sonriéndole.

-No sabes lo fantástico que es esto... no tienes ni idea. Te daba por muerta, todos estos años... -tragó saliva, emocionado.- Ojalá lo hubiera sabido antes. Todo lo por lo que has pasado... yo...

-Así lo quisieron ellos -intentó tranquilizarle.

Él la miró sin comprender.

-Ellos querían que si les pasaba algo yo tuviera una vida todo lo normal posible, lejos de esto -hizo un gesto aclaratorio con el brazo, abarcando la situación.

-¿Cómo lo sabes? -preguntó un poco desconfiado.

-Lo supe hace poco, hace tan solo unas semanas. Emma, una científica de los Guardianes, me dijo que mis padres -sonaba raro decir aquella palabra sobre unas personas a las que no había llegado a conocer, al menos no conscientemente- me habían dejado en su casa, con su madre, para ir a ver a los Guardianes y comentarles algo. Me dejaron allí porque confiaban en ella, y teóricamente se trataba solo de un par de días... pero luego todo acabó mal.

-¿Los Guardianes? ¿Has estado con ellos hace tan poco tiempo? -William parecía abatido ante tanta información, al parecer ya no cuestionaba su veracidad.- Creía que solo habían sido rumores... ¿te torturaron?

-¡No! Me trataron muy bien. Me fui antes de que los "jefes" se enteraran de que era mitad vampira.

-¿Alguien lo supo?

-Claro, aparte de Emma otras tres personas. Se portaron muy bien conmigo y me ayudaron a salir de allí sin que nadie se enterara. Además, gracias a ellos supe quién era y empezó mi... mutación -no sabía cómo debía decirlo. ¿Transformación? ¡Ni que fuera un Transformer! ¿Cambio? Aquello era mucho más que un cambio, ¡eran montones! ¿Metamorfosis? No era una mariposa.

-¿Y cómo consiguieron iniciar el proceso?

-Iniciando también el proceso de iniciación de Guardiana -no quería dar datos, era uno de los mayores secretos de los Guardianes, no iba a traicionarles. No hacía falta dar todos los detalles, con lo dicho era suficiente.