El giro de la profecía, ¿amor o traición?

Capítulo 28 - Un buen chapuzón

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Capítulo 28 - Un buen chapuzón

Miró al techo.

Había estado todo el día pensando en Adam, en la noche anterior.

Cuando se había despertado solo había encontrado una nota en la mesilla de noche:

Ha habido una urgencia. Malditos vampiros...

No te he querido despertar, estabas profundamente dormida.

Lo siento.

Adam.

Nada más, solo eso.

El resto del día solo le había visto una vez, era casi de noche y volvía caminando rápidamente a la fortaleza con varios de los suyos. Parecía preocupado pero estaba demasiado lejos.

Se quedó de pie mirándole, sin saber qué hacer. Una vez se acercara le saludaría pero, ¿y después qué?

Él no pareció darse cuenta de su presencia y siguió hablando con los demás. Se sintió aliviada, aunque también intranquila.

Mel no podía entender qué le estaba sucediendo. Le había costado mucho concentrarse por la tarde en las prácticas con Eddi, en las comidas prácticamente no había hablado y ni siquiera se había sentido relajada paseando. No podía estarlo, no mientras su cerebro continuara ocupado con todo aquello. Por mucho que intentaba sacarse a Adam de la cabeza, no lo conseguía. Pero lo malo no era pensar en él, sino el tipo de pensamientos que tenía sobre él.

Si hacía una semana era la persona a la que más odiaba y el ser más aborrecible, en aquel momento era como si todo hubiera cambiado. No lo odiaba, pero tampoco lo apreciaba (o al menos eso quería creer). Y además se sentía estúpida, muy estúpida y avergonzada de sí misma. ¡Se había acostado con su secuestrador!

Hundió la cara en la almohada, intentando olvidarlo.

Imposible, otra vez.

No entendía sus emociones ni sus pensamientos, todo era un caos. ¿Había desarrollado un síndrome de Estocolmo? Para eso haría falta más tiempo, ¿no?

Además, seguía queriendo escapar de allí. Quería ser libre.

Intentó centrarse en eso, pero no podía. Estaba en su subconsciente, se había instalado allí y no parecía querer irse. Eran unos pensamientos intrusos y molestos, sobre todo porque se sentía incapaz de comprenderlos. Quizá, más que incapaz, simplemente no quería entenderlos.

Le vino a la memoria una canción. "Drumming Song" (Florence + The Machine):

.........As empty as that beating drum,

but the sound has just begun.

As I move my feet towards your body I can hear this beat,

it fills my head up and gets louder and louder.

Fills my head up and gets louder and louder.

There's a drumming noise inside my head and it starts when you're around........

Comenzó a canturrear el estribillo:

...... Louder than sirens, louder than bells,

sweeter than heaven and hotter than hell.......