Reconciliación

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Con una guitarra en su regazo, Lucy intentaba tocar mientras miraba a Jacqueline hablar con una chica a lo lejos. Deseaba acercarse y disculparme, realmente extrañaba a su mejor amiga, cerró los ojos e intentó tocar una canción que había compuesto el día anterior.

Las palabras comenzaron a salir de su pecho, cada una la sentía en lo más fondo de su ser.

Siempre intento ser feliz

Olvidar el dolor

Reír cada día

Aunque esté rota

Por más intentos

No dejo de querer huir

Ni de tener pesadillas

Tan solo quiero ser feliz

Quiero huir de mis demonios

Aquellos que me acechan

Pero no quiero dejar atrás

Mi corazón y mi alma

Arrepentida estoy

De no poder confiar

Los secretos que oculto

No los puedo revelar

Lucy no podía abrir los ojos o las lágrimas se deslizarían por sus mejillas, cuanto le dolía no poder contarle a Jac, sabía que su amiga se merecía saberlo, pero le era difícil confiar. Aún no entendía como le había contado a Jake, o el amor te hacía confiar en las personas. Lo ama con todo su ser y deseaba que ese amor perdurara por siempre en ella, por si el plan que estaba trazando salía mal. No quería darse por vencida, pero si llegaba a terminar en las garras de él, tendría ese amor que sentía por Jake para soportarlo todo.

Escuchó un carraspeó, por lo que abrió los ojos y pestañeó con rapidez al ver a Jacqueline mirándola con curiosidad y tristeza.

—Hola Lucy —la miró a los ojos.

—Hola Jac —saludó esbozando una pequeña sonrisa.

Jacqueline tragó saliva. — ¿Puedo sentarme? —señaló un espacio al lado de Lucy.

Lucy asintió. —Claro, siéntate.

Se sentó al lado de Lucy y jugueteó con la correa de su bolso. —Siento haberte hablado así en la enfermería, pero esperaba que me contarás —la miró apenada—. Realmente quiero ayudarte, Lucy.

—Jac, te adoro y eres la mejor amiga que he tenido —la miró con cariño—. Entiéndeme cuando te digo que no puedo —sus ojos se llenaron de lágrimas—, no es porque no quiera, es porque realmente me cuesta.

Jacqueline haló a Lucy y la abrazó, ambas rompieron a llorar. —Lo siento, Lu. Realmente lo siento, solo quiero poder ayudarte, sea lo que sea que te haya pasado. Estoy aquí —le recordó.

—Lo sé —escondió su rostro en el hombro de Jacqueline—, pero no es tan fácil, Jacques.

—Espero que algún día puedas, Lu. Te adoro y odio ver el dolor en tus ojos —la abrazó más fuerte.

—Yo también lo espero —susurró Lucy separándose y sonrió a Jacqueline con esperanza.

Ninguna de las dos se dio cuenta que Jake estaba apoyado en un árbol a unos metros de ellas y las miraba con una sonrisa en los labios. Cuando vio que el momento entre su hermana y Lucy terminaba, se acercó. Ambas lo vieron acercarse y sonrieron tímidamente.

El trato de Jake y LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora