Vestida de novia

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Todos trabajaron de forma ardua por días enteros, buscando las pruebas para meter preso a Wyatt, no fue un trabajo fácil, porque sabía cubrir sus huellas, pero encontraron pruebas contundentes, las cuales iban a llevar en la mañana a un juez imparcial y que no podría ser comprado o sobornado por Wyatt Maverick. Jake rogaba porque Lucy pueda aguantar unos días más, él no iba a permitir que ella se casara con Wyatt.

Aguanta, mi hadita, te rescataremos de sus garras, pensó Jake recordando la hermosa sonrisa de Lucy.

—Jake, solo nos falta unos cuentos pasos para salvarla, aguanta ¿Sí? No vayas a cometer una locura que nos arruine los planes —le pidió Lucas, mientras le daba un abrazo—. Ella es fuerte, Jake.

—Lo sé, Lucas, solo espero que su fuerza no se agote y soporte un poco más, porque no quiero perderla para siempre —lo miró con tristeza y Lucas le respondió con dolor.

—Roguemos porque no, Jake, yo tampoco lo soportaría —le dio una palmada reconfortadora y salió del apartamento.

Se quedó solo con su dolor y millones de pensamientos circulando por su cabeza a gran velocidad, le era imposible no imaginar que le estaba haciendo esa bestia a su hadita. Quería protegerla de todo, envolverla entre sus brazos, brindarle la seguridad, el amor y la amistad que ella necesitaba.

Se dirigió a su habitación y se lanzó a la cama, cerró los ojos, logró visualizar a Lucy tocando y oír su dulce voz cantando Porcelain de Skott, manteniendo los ojos cerrados y una melancolía que en aquel momento le había llegado al alma, aun cuando no conocía aún su historia.

Su dulce voz entonada cada nota con sentimiento, recordó que cuando finalizó, abrió sus ojos violetas y lo miró con amor, devoción, agradecimiento. Con esa mirada, se sintió su mundo. 

Como si lo fuera todo para ella.

—Unes las piezas de mi alma y de mi corazón, sanas las cicatrices que nadie puede ver —ella se había levantado y se había acercado.

Recordó como ella le colocaba una mano en la mejilla y lo miraba con aquellos ojos que parecían brillar, le quitaban la respiración.

—Tu eres mi corazón —era su respuesta, una sonrisa se había posado en su rostro sonrojado.

—Nunca me abandones, Jake —el recuerdo era vivido, podía sentir cuando ella posó su frente en su pecho.

El dulce aroma a durazno que su piel siempre desprendía y el olor a coco de su cabello, podía perderse en su hadita. Se sentó y se estiró para alcanzar su guitarra, una canción llegó a su mente, la cual había escuchado hace unos meses y no le tomó importancia, pero ahora encajaba como anillo al dedo.

Casi parecía que la habían escrito para él, comenzó a rasguear las cuerdas y a medida que los acordes salían, la canción se comenzó a formar y con ello, empezó a cantar Stay de Lewis Watson.

Visualizando a Lucy en su mente, su cabello rosado, porque así era que la recordaba, no aquella mujer de cabello castaño. Su hadita amaba su cabello rosa, tanto como ama cantar o actuar, si de algo estaba seguro, era de que apenas fuera libre, ella volvería a teñir su cabello de color rosa.

Se perdió en la canción, al mismo tiempo que recordaba cada momento con Lucy, sentía un nudo en su estómago, no se dejaría vencer. Recuperaría a la mujer que ama, no se daría por vencido, al menos no sin luchar con todas sus fuerzas porque ella lo merecía. Lo merecía todo.

Aguanta, mi amor, lucharemos juntos contra los demonios, le prometió Jake con todo su corazón.


Tenían 10 días para impedir la boda de Wyatt y Lucy, el tiempo ya estaba corriendo y temían que se enterara de que andaban tras él, cambiando los planes o se llevara a Lucy del país.

Lucy mira el vestido de novia como una maldición, no con alegría, como debería ser. Cerró los ojos para aguantar las lágrimas que quemaban sus ojos, sentía una mezcla de odio, rabia, dolor y decepción. —Ponte el vestido, mi niña —le pidió su mamá, obligándola a abrir los ojos y parpadear con rapidez para alejarla las lágrimas.

Se subió en el pedestal y la ayudaron a ponerse el vestido. Sintió como lo ajustaban, se negaba a ver el espejo, no quería sentir como le robaban uno de sus sueños de niña. Cuando se emocionaba al imaginar su vida, una boda en una pequeña capilla, decorada con lirios y calas blancas, rosadas y amarillas, luciendo un vestido de novia estilo griego con encaje, ese era su sueño.

Sabía que las instrucciones de Wyatt eran para un vestido muy llamativo, estilo princesa y muy pomposo.

—Mírate, Arabella —le pidió su madre, parecía feliz cuando la miró.

Luego se miró. Una extraña estaba devolviéndole la mirada en el espejo, una mujer con cabello corto castaño y un vestido estilo princesa de mangas largas, con encaje y pedrería, dejaba los hombros al descubierto al mismo tiempo. Era bonito, pero no era su estilo. Estaba vestida de novia y no se sentía como una. 

—Wyatt lo va a amar —escuchó a la madre de Wyatt comentar.

Lucy luchó contra el mareo que de repente la embargó.

—No lo dudo —murmuró y se apoyó de su madre.

—Arabella, ¿Qué te sucede? —escuchó la preocupación en la voz de su madre.

—Estoy mareada, mamá —respondió sin fuerzas.

Sentía que el vestido la ahogaba y la pomposa falda se la iba a tragar.

—Ayúdenme a quitarle el vestido, se va a desmayar —oyó gritar a su madre, empezaba a sentirse lejos.

A oír como si todos estuvieran muy lejos, de pronto, todo se silenció y deseo que esa fuera su última respiración, pero no, no lo sería.

Sintió su mejilla quemar, luego un golpe en su estómago, empezó a luchar contra la inconciencia, cuando pudo abrir los ojos se encontró con Wyatt, mirándola enfurecido, parecía a punto de estallar.

— ¿Cómo se te ocurre desmayarte? —le siseó, al tiempo que volvía a abofetearla.

—No pude evitarlo, eso es algo que solo pasa —Lucy lo fulminó y le aguantó la mirada, no podía demostrarle miedo. Al menos si podía evitarlo.

—El doctor vendrá mañana a revisarte, ojalá que ese desmayo sea porque estás en cinta, no por un capricho tuyo —la amenazó, al tiempo que se desvestía.

Tragó saliva y miró el techo, ya sabía lo que venía.

Dios mío, ayúdame o llévame contigo, suplicó Lucy con temor.

Estaba a 10 días de su boda, de días de ser condenada para siempre junto a un monstruo, aunque eso no lo iba a permitir, ya tenía un plan para acabar con su vida en su luna de miel, no le dejaría destruirla para toda una vida. Empezaba a perder la esperanza de que Jake fuera a rescatarla, la única manera de acabar con todo lo que pasaba, necesitaba pedirle a Lucas que escondiera a Cynthia y luego soltaría su último aliento.

No te estoy dejando, Jake, te estoy dando una vida, sé que mientras viva tu vida correrá peligro y no me lo permitiré, pensó con tristeza, sentía fragmentarse en más trozos su corazón.

Permíteme proteger a quienes amo, mi Dios y acabar con este monstruo, le pidió y luchó contra las náuseas que le produjo sentir el cuerpo de Wyatt, arriba suyo. Ella se lo llevaría con ella al infierno en su noche de bodas, no lo dejaría vivir para atormentar a su hermanita.

Pronto te quemarás en la quinta paila del infierno, Wyatt, se rio para sus adentros. 


Hola, espero que les haya gustado. Se acerca la acción y también el gran final, solo quedan 6 capítulos para finalizar la historia de Jake y Lucy, la cual comenzó con un trato y los llevó a estar juntos. Me gustaría saber que opinan del capítulo o de la historia en general. Mil gracias por leer, votar o comentar, no saben cuanto he aprendido con ustedes y como me ha encantado compartirles esta historia. La cual ha ido cambiando y girando, gracias a ustedes. 

Gracias, nuevamente. 

Atte. Dee. 

El trato de Jake y LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora