Emboscada

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La vigilancia que pusieron fue la más discreta, no querían que Wyatt o alguno de sus hombres se diera cuenta cuando llegaran, necesitaban que confesara algunas cosas por micrófono, por eso Jake hablaría por un micrófono para hacer que dijera cosas que terminarán de hundirlo en la cárcel.

Cuando lo vieron llegar, se prepararon, era hora de que Wyatt Maverick se pudriera en la cárcel, apenas entró a su pent-house, escucharon sus gritos y maldiciones.

—Consigan a Lucy, no pueden habérsela llevado —gritó a su hombres.

—Señor, se la han llevado, parece que fue hace más de 10 horas —le informó el esbirro.

—¿Quién se la pudo haber llevado? —parecía hablar consigo mismo.

Jake estaba sonriendo mientras escuchaba y respondió al micrófono—: Yo. Yo me la llevé —trató de sonar petulante.

—¿Quién es? Da la cara, bastardo —escuchó a Wyatt gritar.

—Su novio ¿Quién más podría ser? —se burló Jake y pudo escuchar cómo se reía Wyatt.

—Ella es mía, Arabella es mía —hizo énfasis en la última palabra.

—Nunca fue tuya —volvió a burlarse.

—Sí lo fue, aún es mía, yo la moldee, la enseñé, para que fuera la mujer ideal para mí. No tienes ningún derecho, ahora su familia pagará muy caro, niñito —amenazó Wyatt, escuchaban la furia en su voz.

—Era una niña, y la violaste, la golpeaste —gritó Jake, debía conseguir que confesara, que lo aceptara o contara algo, para ello tenía que sacarlo de sus casillas.

—Es mía para abusar, golpear, puedo hacer con ella lo que quiera, yo la fui moldeando desde que era niña para que fuera perfecta, nació para ser mía —lo escuchó explotar, apenas parecía poder controlarse.

—Nunca fue tuya, maldito, y jamás volverá a serlo. No la encontrarás —lo retó Jake, riendo. 

—Apuesta a que sí lo haré, nadie se queda con lo que es mío y sale vivo, ahora su familia también lo pagará —sus palabras eran más un gruñido que otra cosa.

Pudieron escuchar pasos, la puerta principal abrirse, sabían que pronto saldría y debían atraparlo, se acercaba la hora de hacer justicia, por su hadita. Wyatt Maverick no debía sobrevivir o jamás serían felices. Todos se pusieron en posición y segundos después lo vieron salir, en ese momento todos salieron y apuntaron, los hombres de Wyatt sacaron sus armas

—Suelten las armas y bajen las manos, están rodeados —gritó el encargado de la misión por un altavoz. 

—Jamás. No tienen nada contra mí, no saben con quién se están metiendo —gritó Wyatt de vuelta.

—Entréguese y la pena será menos —le dijo el jefe del escuadrón.

—Devuélvanme a mi prometida —exigió, miró hasta que encontró a Jake a unos metros de él, de repente sacó un arma de fuego—. Tú. Maldito bastardo.

En el momento que disparó, más balas empezaron a llover, tanto de la gente de Wyatt como de la policía. Por suerte, dio en el chaleco antibalas, pero lo dejó sin aire en los pulmones. Los oficiales lo ayudaron a levantarse, vio que la bala le iba a dar en el corazón.

Cuando pudo respirar bien, se dio cuenta que estaban llevándose en ambulancias a los heridos, pero vio varios cuerpos que los estaban metiendo en bolsas negras, se giró hacía su cuñado con una pregunta—. ¿Y Wyatt?

Cuando su amigo hizo una mueca. —Muerto, amigo —le contestó Lucas, mirando un cuerpo.

Jake se acercó y descubrió la cabeza, allí estaba el cadáver del monstruo que rompió a su hadita, solo viviría en sus pesadillas, hasta que logrará sacarlo de allí y su hadita volvería a ser feliz, se olvidaría poco a poco de lo que vivió con aquella bestia.

—Nunca volverás a lastimarla, Maverick, espero que pagues todo lo que has hecho en el infierno —cerró los ojos con dolor—. Tuviste la oportunidad de tener la mujer más hermosa, talentosa, inteligente y con un corazón tan enorme, ella te lo entregó al principio y tu lo volviste cenizas.. Ahora tiene uno nuevo, que ha ido creciendo poco a poco, ese también lo lastimaste, pero yo lo sanaré.

Se dio la vuelta, abrió los ojos y se alejó de quien mantuvo recluida al amor de su vida, ahora no volvería a hacerle daño y su hadita podría ser feliz, por fin sería libre del miedo de que volviera algún día.

—¿Estás bien? —Vio a sus amigos acercarse, Ethan le dio una palmada para reconfortarlo. 

—Sí, creo que estaré mejor en cuanto la vea —sonrió con tristeza a sus amigos.

Fue hasta los agentes y oficiales. —Muchas gracias por su ayuda, sé que es su trabajo, pero han salvado muchas vidas al acabar con este animal —señaló con la cabeza a Wyatt.

—La justicia tarda, pero llega, nadie es inmune a ella, aunque muchos crean que el poder, el dinero y los contactos en las altas esferas los protegen, todo el que rompe la ley, siempre cae, sino Dios se encarga de pasar factura —le contó el agente del FBI.

—En eso tienes razón, nadie se salva de la justicia divina, esa tarda pero llega —estuvo de acuerdo. Apretó las manos de los agentes, en agradecimiento y se dirigió a su auto, era hora de ir a buscar a su chica.

—Jake —le tocó las ventanilla, Lucas—. Mil gracias por todo, me alegra saber que mi hermanita tiene un buen hombre cuidando de ella, serás un buen cuñado —le dio una palmada en el brazo.

—Haría cualquier cosa por tu hermana —le sonrió divertido y le golpeó el hombro—. Ahora voy a ir por ella, estará que se sube por las paredes.

—Ve por ella —Lucas se rió y se alejó del auto.

Jake vio por el retrovisor como Lucas parecía aliviado, así que sonrió. Era hora de comenzar a sanar las heridas de Lucy, tal vez tomara mucho tiempo, pero algún día estará lista para dejarlo todo atrás y comenzar de nuevo, con una hermosa sonrisa en sus labios. Encendió la radio y cantó, ansioso por tenerla entre sus brazos y por besarla, hasta ambos quedarse sin aire.

Apenas aparcó, la vio salir corriendo y se lanzó a sus brazos.

—Jake —ella comenzó a llorar en su pecho—. Pensé que no volverías.

—Shhh, nena, sabes que siempre volveré por ti —le colocó un dedo bajo la barbilla y la obligó a mirarlo. Ver sus ojos inundados de lágrimas le rompió el alma—. Todo salió bien. Wyatt no volverá a tu vida.

—¿Está preso? Puede salir, tiene muchos contactos —susurró asustada, estaba temblando.

—No, hadita, no está preso, al menos no en este mundo, porque está muerto y su alma pudriéndose en el infierno —le explicó, mientras limpiaba con los pulgares las lágrimas.

—¿Está muerto? —preguntó casi sin aliento.

—Sí, mi amor, está muerto, jamás volverá a atormentarte —la apretó contra él.

Parecía estar digiriendo la noticia, luego lo miró y lentamente sonrió, como si la luz volviera a brillar en ella.

—Oh Dios, no puedo creerlo, está muerto y no podrá volver a hacerme daño —se puso de puntas y besó a Jake, era un beso hambriento, sin duda, poco a poco volvería a ser la misma.

Fueron hacía la casa, donde todos los esperaban, incluso sus amigos habían llegado y ninguno se dio cuenta. Estaban celebrando haberse librado de un malnacido como Wyatt Maverick. Aunque Lucy no se quería separar de Jake, estaba pegada a él, pero parecía menos asustada que antes, con menos peso en su alma.

Ahora podrían ser felices, sin una sombra cerniéndose sobre ello.


¡Hola hermosuras! Espero que estén bien, también que les haya gustado el capítulo. Gracias por esperar, leer, votar y comentar, especialmente por ser pacientes y comprensivos. Al fin ha muerto el carcelero de Lucy/Arabella. ¿Que tal les pareció? Ahora solo quedan 4 capítulos de El trato de Jake y Lucy. Para despedirnos de esta historia y toda crítica constructiva es bien recibida, para mejorar, no solo para mi beneficio, sino para el ustedes también, para leer algo mucho mejor. 

Besos y abrazos. 

El trato de Jake y LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora