Un lobo con traje de oveja

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En el momento que Lucy entró en el apartamento, se tiró al sofá y por fin pudo respirar, la presión que sintió haces horas se estaba diluyendo pero se había llevado su energía. Estaba tan agotada que ni quería levantarse a comer y darse un baño. El cual necesitaba con urgencia.

En el momento que escuchó el pitido de la contestadora telefónica, supo que malas noticias estaban por venir.

De inmediato la voz de Lucas salió de ella. —Hermanita, mamá y papá quieren ir a visitarte. ¿Les puedo decir dónde vives? —Ante esas palabras un escalofrío calo hondo en el cuerpo de Lucy.

Saltó y corrió hasta la contestadora y descolgó el teléfono. —No —gritó alarmada.

—Hola. Calma, no les he dicho. Pero... ¿Por qué no pueden saberlo? —Preguntó Lucas con voz confusa.

—Porque no, solo lo sabes tú y nadie más. Si les dices, me desaparece de nuevo. ¿Entendido? —espetó enfurecida.

—Está bien, comprendo. ¿Qué les digo? —quiso saber su hermano.

—Que no los quiero ver y punto. —Escuchó el suspiro de su hermano.

—Ellos quieren verte, A... —Ella lo interrumpió.

—No te atrevas a decirlo —gruñó Lucy.

— ¿Por qué reniegas tu nombre de pila? —bufó Lucas.

Lucy suspiró. —No, pero ya no soy ella. Ahora soy Lucila Bloom, no lo olvides —le recordó a su hermano.

—Lo sé, pero aun no entiendo porque te cambiaste el nombre —musitó y ella escuchó que su hermano chasqueaba la lengua.

Lucy cerró los ojos y deseo que su hermano dejara de preguntar eso. Jamás podría responderle eso, ni en su peor momento de debilidad.

—No te diré, Lucas. Confórmate con saber que si seguía con mi nombre de pila, algo malo me iba a pasar. No preguntes más, porque no te lo diré. ¿Vale? —A veces deseaba poder decírselo pero Lucas no creería que "Él" le había hecho algo así. Nadie le creería, él tenía la perfecta fachada. Jamás nadie averiguaría que existía un monstruo detrás de lo que mostraba.

No era un buen hombre, mostraba amabilidad, generosidad, lealtad... pero solo lo hacía para ganar la confianza de todos, como hizo con ella. De ella no quiso lo que siempre buscaba, él fue por algo diferente: su sumisión. La envolvió y convenció de cosas que no quería. Es el más grande manipulador, controlador y dominante que podrías cruzarte en el camino. La quería a ella de todas las formas posibles, pero para ello quiso humillarla de la manera más horrible.

Un lobo con traje de oveja, que quiso la oveja pequeña prohibida. Cuando la oveja se zafó de sus garras y huyo, él la siguió pero no la encontró. Ella permanece escondida de él y de los suyos por seguridad.    

—Lucy yo... —ella volvió a interrumpirlo.

—Se lo que vas a decir y no... no podrías protegerme de él —susurró con voz titubeante.

—Soy tu hermano mayor. Si algo puedo hacer es protegerte. ¿Para eso no existen los hermanos mayores? —claramente su orgullo estaba herido.

—No cuando la amenaza es alguien como él —respondió con tristeza destilando de sus palabras.

—Lucy... —Ella rio con sequedad.

—No le digas a nadie o no me volverás a ver —recalcó Lucy y colgó.

Se dejó caer contra la pared, tomó el jarrón que estaba en la mesa y lo estrelló contra la pared. —No me encontraras —gritó fuera de sí. El miedo calo por sus huesos—. Déjame en paz —chilló y rompió a llorar.

El trato de Jake y LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora