Vine por ti

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Fue guiada fuera del ascensor por Wyatt, quien apretaba disimuladamente su brazo dándole a entender con ese simple gesto lo que le esperaba sino lo obedecía. Quería evitarle más dolor a Jake, pero parecía imposible e inevitable, su corazón estaba sangrando cuando entró al teatro donde daría su audición, sus latidos se aceleraron.

Los encargados los recibieron con besos y abrazos cuando reconocieron de lejos a Wyatt.

—Es un placer tenerla acá, señorita Gallagher-Eckhart —le dijo la rubia con una sonrisa—. Soy Clarissa Collins. Ellos son Eric Dawson y Michael Keller —presentó a los dos hombres.

—Un gusto conocerla —Eric le tomó una mano y se la llevó a los labios.

—Puedes ir a prepararte, te avisaremos cuando puedas pasar —le indicó Michael con una sonrisa.

Lucy miró a Wyatt, esperando que le diera luz verde para poder dirigirse tras telón, tragó saliva mientras miraba alrededor pero no había nadie, deseaba que Jake no apareciera, que solo se hubiera olvidado de ella.

—Anda, Bella, ya te alcanzo —le sonrió, parecía dulce, pero ella sabía lo que esa maldita sonrisa ocultaba: advertencias.

Le besó la mejilla para mantener la fachada y se comenzó a alejar, con cada paso sentía su alma resplandecer. Iba a cantar, estaría participando para el personaje principal, a pesar de que estaba a punto de romper el corazón del hombre que amaba con cada parte de su ser.

Subió lentamente los escalones, sintió punzadas de dolor en sus costillas, se obligó a no hacer una mueca que la delatara. Cuando estuvo detrás del telón, soltó el aire que había retenido y se apoyó en una pared, se dio la vuelta y apoyó la frente, intentando reunir valor para hacer lo correcto y no poder una vida en peligro.

Jake se merecía mucho más, estar con ella solo lo mataría y Wyatt jamás la dejaría ir, al menos no viva. Primero la asesinaría y a Jake no le perdonaría la vida. Tenía muchos sueños, una vida que lo esperaba y ella no sería quien le impidiera de lograrlo o de ser feliz.

Algún día el conocería a una mujer que lo haría muy feliz y se olvidaría de ella, tendría una bonita casa con piscina, hijos y el empleo de sus sueños. Ella solo estaría en el fondo de sus recuerdos.

—Lucy —esa voz le aceleró el corazón, sintió las lágrimas quemar sus ojos.

Parpadeó para alejarlas.

Verla fue un duro golpe para Jake, la encontró con la frente descansando en una pared, parecía estar sumergida en sus pensamientos. Un mes desde la última vez que la vio. Su cabello rosado se había ido.

—Mírame, hadita —le suplicó, la escuchó soltar el aire de golpe. Quiso abrazarla y besarla.

Ella se dio la vuelta y lo miró, esperaba encontrar amor, agradecimiento de que la hubiera encontrado, pero lo único que vio en esos ojos era frialdad.

—Hola Jake ¿Qué haces aquí? —una perfecta sonrisa falsa adornaba su bonito rostro.

—Vine por ti —la sonrisa cambió a una burlona.

—Pierdes tu tiempo, Jacob —enarcó una ceja y soltó una risa seca.

—Él está siendo entretenido por tu hermano, no tienes que fingir —ella negó con la cabeza, eso agitó su cabello castaño corto. Se veía tan distinta sin su hermoso cabello rosado.

Aquellos ojos violetas parecían vacíos, no parecía su hadita, la chica de la que se enamoró.

—Estoy bien, no finjo —chasqueó la lengua y comenzó a pasearse.

El trato de Jake y LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora