Canciones

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Jake Franz aparcó y enseguida rodeo el auto para ayudar a salir a una muy borracha Lucy. Que arrastraba las palabras y apenas podía caminar sin caerse. Colocó un brazo debajo de las rodillas de ella y el otro en su espalda. La alzó contra su cuerpo mientras cerraba la puerta y apretaba el botón del control del auto.  

Subió las escaleras con un muy sexy cuerpo acurrucado y fue a su departamento. Lucy estaría hecha un demonio cuando despertará y viera que no estaba en su propia habitación. Abrió la puerta con dificultad y cerro con el pie. Estaba bajándola cuando las manos de ellas se apretaron alrededor de su cuello y respiro en su cuello. Jake se tensó.  

—Jacob eres tan caliente. Me gusta mas Jacob, Jake esta muy usado —Lucy comentó con los ojos cerrados y arrastrando las palabras.  

Jake la miro confundido. Y ella levantó el rostro. —Eres tan malditamente caliente que me es difícil resistirme. ¿Por qué saliste tan sexy? —Él no aguantó mas y rompió a reír.  

Lo que no vio venir fue esos labios con los que lleva meses soñando. Apenas los sintió, se paralizo pero después se aprovecho de que ella comenzó y la llevo a su habitación. Se tumbo con ella, apoderándose de los labios de ella, la beso con ferocidad, excitación, anhelo y deseo. Eran salvajes. Él soñó con como sería besarla pero ni sus fantasías se comparaban. Unos labios carnosos, suaves, dulces, calientes, que le estaba provocando una erección.  

Gimió cuando ella apretó su cuerpo contra el suyo.  

—Lucila, eres tan caliente —susurró antes de volverse a apoderar de esos labios. Envolvió sus brazos alrededor de ella y la apretó mas contra él. Ese cuerpo encajaba tan bien, mejor que cualquier otro—. Te deseo tanto, hadita.  

Ella lo miro con ojos soñolientos. —Charlie no hables, solo bésame —aquello lo paralizo. ¿Charlie? ¿Ese no es...? Joder, no. Su -ex- novio.  

Jake se apartó. ¿Ella pensaba que era Charlie? La miro con decepción y se apresuro a alejarse de ella. Lucila Bloom lo iba a hacer perder la cabeza. La tristeza que lo llenaba solo la sacaría de una sola forma: componiendo. Busco su guitarra, lápiz y papel. Se puso a componer música, pensando en la hermosa chica que dormía en su cama. Una que estaba destrozando todas sus creencias, barreras y poco a poco lo envolvía en sus finos dedos. 

A él lo atraían las rubias, ojos azules con enormes pechos. Lucy no es ninguna de las tres cosas. ¿Cómo es que lo atraía tanto? Leyó lo que había escrito, toco y negó. No, eso sonaba patético. Lo hizo bola de papel y lo tiro al suelo. Siguió intentando sacar las letras que llenaban su cuerpo y necesitaba sacar.  

Cuando consigue las palabras, las deja salir en el papel: 

Se mía, nena, con tu hermosa sonrisa 

Y esa cautivante voz, nena, vamos mírame. 

Piensa en mi, solo en mi, se mía  

Eres tan sexy que me pones a temblar.  

 

Vamos y prendamos la pista de baile 

Di mi nombre con esos atrayentes labios 

Piensa en mi, nena, me vuelves loco 

No se como dejar de pensar en ti.  

 

Eres única, oh, nena, tan única 

El trato de Jake y LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora