Una bola de papel golpeó la cabeza de Lucy, se giró para ver quien lo hizo y se encontró con Jake, quien tenía una sonrisa burlona pegada a su rostro y a ella no le hacía gracia.
—Jake Franz. Debí verlo venir —musitó Lucy poco sorprendida y algo irritada.
Él enarcó una ceja y dijo—: La basura va a la basura, hadita.
Aquel insulto hirvió su sangre. —Tienes razón, tienes tanta basura que esta cayó de la cima —levantó la bola de papel y la agitó en el rostro de él con una sonrisa curveando sus labios.
—De basura a basura —caminó hasta estar a unos centímetros de ella. Él cogió un mechón rosa de ella y lo giró en sus dedos—. Me gusta molestar a la haditas como tú.
La burla llenó la sonrisa ella. —Las hadas tenemos magia en la sangre. ¿Quieres ver? —un plan malévolo llenó su rostro.
Él la retó. —Obviamente, niñita —se colocó más cerca de ella y tiró con fuerza del mechón de cabello que tenía entre sus dedos.
Ella lo fulminó y lo golpeó en los testículos con su rodilla. Escuchó el lamento de él, se dejó caer en el suelo con su mano en la entrepierna.
—Ahora, querido Jake. No te metas conmigo, no soy una de tu sequito de zorras que besan por donde caminas, soy Lucy Bloom ¿Lo recuerdas? No soy tu amiga, no soy tu juguete, ni nada tuyo —dejó claro con frialdad.
—Un día serás mía —gruñó con odio él.
—Nunca estaré en tu lista, Franz —espetó Lucy fulminándolo—. Nunca.
Se alejó por el pasillo, él la miró alejarse y se juró vengarse. ¿Por qué era la única chica de la universidad que no caía bajo sus encantos? Es cantante de una banda de rock. ¿No es eso lo que quieren todas las chicas? Se preguntó Jake confuso.
Cuando se le pasó el dolor, se puso de pie y miró a su alrededor, agradeció que todo el mundo estuviera en clase y no hubieran visto a Lucy golpearlo en los testículos. Odiaba que la mejor amiga de su hermana fuera Lucy Bloom, todo el mundo quería a Lucy Bloom en su cama, pero nadie lo había logrado en el año y medio que ella llevaba en la universidad y odiaba que ella fuera más astuta que él y nunca cayera en sus trampas.
Jac vio a Lucy salir disparada al patio como alma que lleva el diablo y se preguntó: ¿Qué le pasó?
— ¡Lucy! —la llamó. Lucy volteó hacia su mejor amiga y la vio relajarse mientras se acercaba—. ¿Qué demonios pasa, Lucy?
Ella respiró hondo y soltó—: Tu hermano. Tu hermano no deja de hacerme la vida cuadritos. ¿Cómo lo soportas?
Jacqueline Franz rodó los ojos. —Conmigo se comporta —le guiñó el ojo y prosiguió—: Es contigo con quien se pone como un completo idiota.
—No insinúes nada, Jacqueline —gruñó de mal humor.
Se echó a reír por la cara que su mejor amiga tenia. —Ya te he dicho, envuélvelo alrededor de tu dedo y dale una lección. Jake se lo merece.
Jac vio a muchas de sus amigas enrollarse con su hermano, ser humilladas e ignoradas y por ende, la odiaban. Terminó sin amigas, pero todo cambió cuando comenzó la universidad y vió a una chica con cabello rosado derramar un vaso de jugo de naranja en los pantalones blancos de su hermano mayor. Desde ese momento, Jacqueline supo que serían muy buenas amigas.
—No quiero que me ponga ni un dedo encima. Además, con ese juego tu querido hermano mayor tocara mi piel —fingió una arcada—. Asco.
Jac se rio con fuerza. —Sí, sabrá pepe cuantas mujeres ha tocado con esas manos, boca y con cuantas se ha acostado... —Lucy la interrumpió.
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El trato de Jake y Lucy
Roman d'amourAunque lo increíble los acompaña, también lo hace la oscuridad. La música los une, el odio los repele pero su trato y atracción los acerca. El pasado jamás se queda donde lo dejas, siempre te seguirá... hasta el final.