Una vida falsa

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Su mente estaba a punto de colapsar, el temor y la incertidumbre estaban acabando con Lucy, que en ese momento se miraba en el espejo incrustado en la pared. Tocó su cabello y lloró desconsoladamente, estaba muy corto y ahora de color rubio oscuro, ya se había acostumbrado a tenerlo de color rosado.

Se llevó la mano al rostro, donde su ojo seguía cerrado por la inflamación. Wyatt la había golpeado tan duro que el golpe la llevó a la inconciencia, lo que ella deseaba era la muerte, porque sabía que pronto la violaría y haría pedazos de todas las formas posibles.

Caminó unos pocos pasos hasta la ventana, donde miró el cielo azul que tanto la inspiraba a cantar y escribir. Comenzó a golpetear con sus dedos el protector al tiempo que comenzaba a cantar en una voz muy baja, sintiendo su cuerpo relajarse.

Cantó al mundo entero que era ignorante de su situación, cantó a su familia y cantó a sus amigos, pero aún más que nada cantó a Jake, vislumbró en sus recuerdos la sonrisa socarrona y maliciosa de él, así como la sonrisa que le daba cuando ella lo hacía feliz, a su mente vinieron aquellos misteriosos ojos grises azulados que parecían desnudar su alma y su corazón, lo siguiente que recordó fue el cabello rizado que siempre estaba despeinado y su cuerpo delgado pero musculoso. Ella amaba desde su actitud arrogante, egocéntrica, hasta su sobreprotección, sarcasmo, ternura, preocupación y amor.

Nunca podría olvidar los dulces besos que él le daba, aquellos que la hacían olvidar hasta su nombre, cerró los ojos y apoyó su frente contra el frio metal, sin dejar de cantar ante la pérdida de los sueños que estaba recuperando después de un largo tiempo de desilusión.

Al pensar en la vida que iba a dejar atrás, le dolía en lo más profundo. Pero no se iba a ir sin luchar, si iba a morir, sería dando la batalla. Y no se iría sola, se llevaría a Wyatt con ella, libraría este mundo de la maldad que él representaba para cualquier mujer y niña.

Escuchó voces, eso la hizo abrir los ojos y correr hasta la puerta, pegó su oreja a la puerta pero no lograba escuchar, se acostó en el piso y escuchó a través del pequeño espacio que quedaba debajo de la puerta. Escuchó voces que distinguiría en cualquier parte. Sus padres. Luego escuchó otra, la de Cynthia, luego una masculina, que pertenecía a Lucas y luego otra femenina, Lizzie. ¿Qué hacía su familia allí?

Temió lo peor, en ese momento escuchó pasos que se acercaban a su puerta. Se levantó con rapidez y corrió hasta la cama, se dejó caer en ella al tiempo que cerraba sus ojos. El miedo heló su cuerpo de tan solo pensar en que iba a hacer Wyatt, que estaría planeando contra su familia.

Escuchó el sonido de las llaves, seguido del rechinido de la puerta al ser abierta y de una vez cerrada, los pasos se acercaron a la cama y sintió como el colchón se hundía.

—Sé que estás despierta, Bella —sintió el aliento de Wyatt en su oído.

Abrió lentamente los ojos y miró aquellos fríos ojos azules, que tanto la aterraban.

— ¿Qué quieres, Wyatt? —siseó Lucy entre dientes.

—Advertirte, preciosa —la miró con frialdad—. Tu querida familia está aquí, si llego a oír un solo sonido de esta habitación, tomaré medidas drásticas.

— ¿Cómo qué? ¿Matarlos? —lo retó, se sentó y lo miró con absoluto odio.

—No, Bella, simplemente puedo comenzar a arruinar los negocios de tus padres y hermano, a envenenar sus licores y comidas, a usar a tu hermanita... —La miró—. ¿Quieres eso?

Lucy lo miró aterrorizada. —No, Wyatt, no, por favor —le suplicó ella agarrándole el brazo.

—Si me molestas o me haces perder mi paciencia, soy capaz de hacer que ocurra un accidente que lamentablemente acabe con tan reconocida familia —le dio una falsa sonrisa de pesar.

El trato de Jake y LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora