Veinticinco

488 36 3
                                    

Por fin estábamos de vuelta a Madrid, todos juntos excepto Dani. Llegué a casa y lo primero que hice es echarme en el sofá.

Recuerdo que Carlos casi me aplasta cuando me vio después de tanto tiempo. Fue un abrazo de Oso Panda a lo grande. Y Alicia casi se me echa a llorar, de echo se le escaparon dos lagrimillas.

Con David no había pasado nada más. Volvíamos a la normalidad. Solo que nos faltaba un componente. Los chicos decidieron ir a ver a Dani, yo me negué, pero Carlos me arrastró al coche y me obligó a ir con ellos.

Finalmente salté de la furgoneta, llamada "AurynCar". Y me topé con una rubia, una pelirrosa y una peliazul. Sin pensarlo dos veces las abracé, las había echado muchísimo de menos. Pero en cuanto miré detrás de ellas se me revolvió el estómago. Estaba Dani mirándome con ojos dulces y empalagosos, estaba embobado. Y mi yo interior en esos momentos estaba vomitando.

Las chicas, las seis, fuimos a dar una vuelta por el centro comercial. Me recordó a aquella firma en que Lydia y yo salimos a pasear mientras los chicos trabajaban.

Cuando volvimos Álv, David, Carlos y Blas, estaban hablando de una mudanza con el otro rubio.

- Bien, hasta luego Bro. - Soltó Charlie. - Nos vamos, princesita?

Sonrió a Alicia y la ayudó a subir. Me fijé en Dani. Apoyado en la pared como si estuviera esperando algo. Iba a subir cuando me topé con la mano de Carlos. ¿Quién si no?

- Alto ahí - Le miré. Confusa -, , señorita de pelo morado...

- Te vas con él. - Terminó Blas señalando al rubio que estaba apoyado en la pared.

- Me niego - Les susurré -, y lo sabéis.

- Mayoría absoluta como respuesta a la cuestión de Dani. - Izo David, señalando a los otros tres.

Gruñí y me alejé de ellos. Me paré delante del Rubio y le miré. Tenía la mirada en algún lado que no llegaba a localizar, parecía pensativo.

- ¿Que, rubio, nos vamos ya? - Me miró en seguida. Sonrió y quiso tomar mi mano. Pero la aparté.

Solo le seguía por las calles de ese barrio que no conocía, hasta llegar a una moto. Me tendió un casco negro y me lo puse. Me subí detrás de Dani y me sujete a él. Sentí su aroma antes de que arrancara.

Llegamos a un piso, supuse que era el suyo. Me tiré en el sofá y miré a Dani embalar cajas. Era sobretodo ropa. Le ayudé a bajar las cajas y maletas. Subimos otra vez y me senté en el sofá, de nuevo. Pero esta vez él se sentó conmigo. Intenté no mirarle, y para conseguirlo encendí la televisión. Pero él seguía teniendo su mirada fija en mí.

Sin importarme seguí viendo la televisión. Era pleno mes de septiembre y hacía frío. Empecé a tiritar. Él se acercó y me abrazó. Su cuerpo era tan cálido como recordaba, y él tan cariñoso. Le miré y él estaba a pocos centímetros de mí. Nuestras frentes se juntaron y segundos mas tarde, nuestros labios.

My Electric Angel [Dani Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora