Diecinueve

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Cogí papel y un lapiz y le dibujé. Estaba en mi cama, durmiendo. Dios, sí, era un dios. Un dios rubio, el cuál había pasado la noche en mi cama. Cuando terminé, me puse su camiseta, olía bien. Me dirigí al baño y me lavé los dientes, seguidamente de la cara. Pero, volví a la cama y me tumbé junto a mi dios, semi desnudo. Me abracé a él, y volví a dormirme.

Minutos, o horas, quizás, después, sentí como besaban mi cuello. Abrí los ojos y allí estaban, unos ojazos azules que me miraban. Bajó la cabeza y me susurró al oído.

- Buenos días, princesa. - Era un cielo. Y citaba la frase mas conocida, y más bonita, tal vez, de mi segundo libro favorito.

Sonreí y le besé. Era lo más tierno del mundo. Pero había una cosa que no nos dejaba estar juntos, su trabajo. Se levantó y se duchó. Yo, aún con su camieta, le despedí con un beso.

- Hablamos más tarde, pequeña. - Jo, es que incluso hacía que me sonrojara con solo palabras.

En cuanto cerró la puerta de abajo, me desplomé en el colchón, llena de amor. Alicia llamó a la puerta, y salí de la cama de un bote. Rió, y me reí. Bajamos a desayunar, y de pronto sonó el teléfono de Alicia. Cuando colgó se le dibujó una sonrisa, se levantó y corrió escaleras arriba. Bajó de nuevo, me dio un beso en la mejilla, y salió corriendo por la puerta. Miré por la ventana, ahora lo entendí todo. Carlos la besó, luego la cogió del brazo y se fueron a dar un paseo.

Recogí la mesa, con mucha ilusión, si eso era sarcasmo. Y pensé que a Roberto le gustaría ver los dibujos que había echo, así que me puse una camiseta de color rojo, unos tejanos rotos y mis Vans rosas. Puse los dibujos en una carpeta y me fui a la galería. A Roberto se le iluminó la cara cuando los vio. Parecía orgulloso.

Cuando salía de allí entró una chica de pelo largo y castaño, algo morena de piel, no me había fijado bien en su cara, pero me sonaba de algo. Decidí no darle más vueltas y me metí en el coche. Puse a todo volumen "I'll reach you", de mis chicos. Volví a casa, y como siempre, Dani me esperaba en mi porche. Aparqué mi coche y corrí hacia él. Me besó, pero había algo diferente en él. Entramos en casa, le miré preocupada, y nos sentamos en el sofá.

- Tengo que decirte algo... - Me senté encima suyo y asentí con la cabeza - Yo... Los chicos...

- Dani - Le miré a los ojos, se le reflejaba la rabia, la tristeza que sentía dentro de él -, las cosas claras cariño - Le besé suavemente.

- Nos vamos un mes, más o menos - Abrí la boca, asombrada -, a Latino-américa.

My Electric Angel [Dani Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora