Seis

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Después de salir corriendo a que le enyesaran la pierna a Lydia por el tropezón que se dio, volvimos a casa de los chicos. Habíamos ido yo, Lydia, por supuesto, Blas y Dani. Cuando entramos por la puerta me dí cuenta de que ninguno de los otros tres se había levantado; ni por el estruendo, ni por la hora que era. Me enfurecí y entré ruidosamente en la habitación que compartían Álvaro y Carlos, encendiendo la luz, quitándoles las sabanas y gritando.

- ¡Levantaos!- Grité. Entonces Carlitos abrió un ojo.- No me seáis vagos, levantaos ya ¡Hostie!

Salí de la habitación y choqué con David. Se le notaban mucho las ojeras y no quise decirle nada, porqué parecía haber dormido, más bien, muy poco. Pasó al baño, se miró al espejo, entonces abrió el grifo y se lavó la cara. Retrocedí y miré en la habitación de Álvaro y Carlitos; Alvarín estaba ya de pié bostezando al lado de su cama, y Carlos aún no se había movido del sitio donde estaba, ni siquiera había abierto los ojos. Suspiré y entré de nuevo, me agaché y sacudí a Carlitos de lado a lado una y otra vez, hasta que él respondió con un movimiento brusco, levantando los brazos.

- ¡Que sí! Ya me levanto.

Salí de allí y recogí mis cosas de la habitación de Dani. Seguidamente, bajé y me dirigí al salón. Lydia se despidió de Blas con un buen beso, a pesar de estar coja. Yo miré a Dani y le sonreí, él me devolvió la sonrisa y bajó la mirada. A pesar de que no conducía mucho, saqué el coche del garaje y me llevé a Lydia a su casa. No hablamos durante la mitad del trayecto; hasta que ella sacó un tema, del que no sabía si quería hablar mucho. Aún que era un tema que, no había salido casi nunca entre nosotras, y me sorprendió que me preguntara de ello.


- ¿Como está tu familia? He oído que no te relacionas mucho con ellos.

- No sé como están, si quieres llama a su casa- Respondí secamente-. Sabes como me encontraba en esa casa; no es mi familia.

- ¿Eso le dirás a Dani cuando te pregunte por ellos?- Frené en seco.

- Ya hemos llegado- Saqué la llave del contacto-, vamos.


La ayudé a bajar del coche y la llevé al piso de sus padres, en el centro de Madrid. No quise pasar así que volví a bajar, me metí en el coche y me puse en marcha hacía casa. Estuve pensando en lo que me había dicho Lydia. "¿Eso le dirás a Dani cuando te pregunte por ellos?". Nunca había estado muy ligada a lo que se le llamaba familia. Cuando llegué a casa, me senté en el sofá y miré el teléfono. Nunca pensé que dudaría en llamar a alguien, y menos si era quien me protegía. Segidamente cogí el teléfono y marqué el numero; deseaba que no hubiera nadie o que comunicara, pero no fue así.

- ¿Panda?

My Electric Angel [Dani Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora