Veintinueve

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La casa hacía rato que se había quedado en silencio. Yo estaba en mitad de la cama, rodeando mis rodillas, cubiertas por las sabanas, con mi cara triste y mi pelo mal recogido en un moño. Mi mirada puesta en su cara de mal humor. Y la suya en mis ojos. Silencio, y más silencio. Momentos antes Dani había estallado a gritos. Alicia había asomado sus ojos a nuestra habitación, y ahí seguía. Pero el silencio se alargaba, y yo cada vez me ponía más nerviosa.

- No se me ocurre porqué no me lo habías ducho antes. - Bajé un poco la mirada al sentir mis mejillas arder y mis vista empezar a nublarse.

Otra vez el silencio, un horrible silencio. Noté como sus brazos se des tensaron, y se sentaba delante de mí. Yo había empezado a llorar. Sentí una mano en mi rodilla. Era la suya. Pero quien me abrazó no fue él, si no mi hermana. Me secó las lágrimas con un papel y, cuando pude ver a Dani, estaba medio sonriendo. Pero tenía los ojos llenos de lágrimas.

- No pasa nada si...

- Está bien. No he dicho nada - Miró el reloj. Parecía que se le había echo tarde -. Voy a ver a mi madre.. Otra vez.

Cuchicheó la última frase. Entonces lo entendí. No era a Cristina a quien iba a ver, si no a su madre. Hacía una semana la habían operado la cadera y le gustaba que su hijo la fuera a visitar, día si, día también. Después le seque las lágrimas y le di un beso en la mejilla. Me ofrecí a ir con él así que me vestí con una camiseta ancha, de manga larga color negro y unos vaqueros rotos bastante claros y mis Vans, también negras. Me peine y me maquille, la raya y ya está.

Subí a su coche y me despedí de mi hermanita. Y después miré de reojo a David. Noté que sentía un escalofrío. Me até el cinturón de seguridad y nos dirigimos al hospital. Donde, seguramente, le darían el alta a la madre de Dano.

Entré en la habitación despreocupada, pero al ver a Noelia, algo recorrió mi columna vertebral, pero vi su media sonrisa, como si se alegrara de que estuviera bien. Luego estaba, allí en el sillón, su padre, el cual me dio dos besos.

Salí al pasillo y empecé a andar. Cogí el ascensor y pulse el botón de la planta baja, cuando alguien impidió que se cerrara la puerta del ascensor. Pensé que era Cristina, pero cuando el rostro de la hermana de Dani apareció me pude tranquilizar.

- Gracias por venir. - Susurró cuando las puertas ya se habían cerrado - A mi madre le habías caído bien; estoy segura de que después de lo que te pasó, te agradece que hayas venido.

- No hay de qué. No está de más ver a los padres de mi novio y a su hermana. - Sonreí.

Cuándo las puertas se abrieron de nuevo, ella salió al exterior y yo me dirigí a las maquinas expendedoras. Elegí un sándwich de jamón dulce y queso. Y volví a la habitación de la madre de Dano. Para mi sorpresa, ella ya estaba recogiendo sus cosas con un poco de ayuda de mi rubio.

Rato después ellos se fueron a su casa, con cuidado, ayudamos a Mari Carmen a subir al coche, y me despedí de Noe con dos besos.

Dano y yo nos dirigimos al Corte Inglés, donde me dirigió directamente a la parte de Música. Pero justo antes de entrar me tapó los ojos con su mano, me hizo dar pasos, y yo no sabía donde ponía los píes. Hasta que se paró en seco.

- Tachán! - Gritó, destapandome los ojos.

My Electric Angel [Dani Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora