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¿Es gracioso, no?. Ver como el mundo puede girar en torno a ti. ¡Rayos!. ¿En serio?, ¿El idiota que me humilló frente a todos resultó ser mi jefe?. Carajo

Sentí sus pasos aproximarse hasta mi cuerpo, estaba totalmente intimidada por este tipo.

—Creo que lo escuchaste bien, ¿no?.—susurró en mi oído —Ahora eres mía, estás obligada a trabajar para mi.— relamió sus labios

—¿T-tú eres el presidente?. — pregunté con nerviosismo

—Sí...— esa última palabra fue acompañada con un pequeño resoplo en mi cuello, lo cual provocó que mi piel se erizara por completo

¡Perfecto!. Ahora nada puede salir mal. Sarcasmo.

—No me hagas perder la cabeza contigo.— susurró —Muévete y quita esa cara de idiota.— se separó de mi

—¿Piensas que debo seguir tus ordenes?. — dije altaneramente

Idiota, ¿Por qué dijiste eso?. Pensé.

—No necesitas seguir mis órdenes. — giró su cabeza en dirección a mi rostro y vi como sus ojos se oscurecieron notoriamente —Pero sí necesitas mi dinero, puesto que yo pagaré por ti. — sonrió

Es la primera vez que veo sonreír a alguien de una forma tan espeluznante. El pago es un poco más de lo que ganaría alguien joven en su primer empleo. ¿Esto tienen que ser una broma, cierto?.

—Ganaste esta vez, pero no voy a permitir que te aproveches de mi. — lo miré con cierto desgano

—Dejaremos algo en claro.— fanfarroneó —Uno, no uses tu sucio lenguaje callejero conmigo. — señaló mis labios —Dos, no me llames Yoon Gi, yo no soy y no seré jamás tú amigo. — aclaró —Y número tres, me provocas y te corro de mi empresa. ¿Está claro?.— señaló hacia mi

—D-de acuerdo.— un terrible escalofrío se formó en mi vientre

—Perfecto.— regresó su sonrisa siniestra —Ahora tráeme un café.—ordenó

No esperé más y fui a la esquina del pasillo en donde justo estaba una cafetera disponible, no pasó mucho el tiempo cuando regresé con su café.

—Aquí tiene su café. — expresé colocando la taza frente a su escritorio

Tomó la taza de café y empezó a verter el café de esta en la alfombra.

—¡¿Te volviste loco?!.— exasperé

—Mierda.— lo oí musitar bajo —¡¿Es que acaso no sabes hacer nada bien?!.— me gritó —Odio el café de este piso.— murmuró —Ve a la planta principal y tráelo de ahí.— tiró la taza al piso

Maldito pendejo.

—¿Bromea, cierto?. — pestañeé sin poder creerlo —Señor Min, son como doce pisos los que tengo que bajar.— lo miré furiosa

—No me interesa, no te dejaré poner un pié en mi oficina si no lo traes.— habló

No dijo más tomó mi brazo con mucha fuerza y me corrió de su oficina.

—¡Oiga! usted no puede tratarme así. ¿Puedo demandarlo sa-. — muy tarde, la puerta fue cerrada en mi cara

Hijo de la guayaba.

Las escaleras fueron al parecer mi única opción, los ascensores estaban bloqueados de manera temporal para los empleados. Estaba por quedarme sin aliento.

NARRA YOON GI

Me senté en mi escritorio mientras frotaba mis sienes con mis dedos.

—Con que una nueva empleada eh...— musité —Me aseguraré de probarte de qué estás hecha.— sonreí

Parece que es una mujer estable, sencilla y sincera. Realmente me divertiré con ella.

NARRA SEON JIN

¿Por qué me siento tan mal?.

Es casi hora de salir, estoy en la mitad del edificio. Mis piernas se sienten cansadas, pesadas y siento que de un momento a otro mis ojos quieren cerrarse.

El Señor Min ha conseguido mantenerme ocupada en todo lo que restó del día, con tareas increíblemente estúpidas, estoy segura que he dado más de diez vueltas a todo el edificio. Justo ahora estoy apoyada en una de las barras de las escaleras, en verdad siento que mi respiración se agota cada vez más.

*NARRA YOON GI

¿Por qué demora tanto?. Solamente le pedí que fuera a dejar unos documentos a uno de los niveles. Ya son casi las once de la noche, hacía mucho tiempo en que siempre era el último en irse, pero ahora ella está aquí también.

Escuché que ella aún seguía acá, la entretuve todo el día con tareas fáciles para no dejarla ir tan pronto. Ella regresó trayendo me un informe de la compañía aunque note en su rostro que se encontraba algo pálida.

—Aquí están los papeles que han sido sellados.— noté levemente que su respiración era pesada y muy densa

Opté por levantarme de mi asiento y fui en dirección hacia ella.

—¿Estás bien?.— pregunté mientras la observaba

—No finja preocuparse ahora por mi.— sonó algo tosca

Ignoré su comentario y procedí a alzar mi mano, la iba a colocar en su frente cuando ella me detuvo.

—Insisto.— me enfrentó —No finja preocuparse por alguien que según usted, no sirve para nada.— me miró

¡Auch!. Eso sí que dolió.

—Es verdad.— mi voz se tornó fría y gruesa —¿Por qué debería preocuparme por alguien que simplemente no vale nada?.— sé que lo que dije fue tosco y grosero pero ¡Por favor! ella comenzó primero

En su reacción, tomó mi mano y la tiró a un lado.

—Me iré ahora.— lanzó una cruel y fría mirada sobre mi

Tomó su bolso y yo me dispuse a regresar a mi escritorio cuando un fuerte golpe resonó en la habitación.

Me giré rápidamente y abrí mis ojos con impresión al ver que el cuerpo de esa pequeña chica ya se encontraba en el suelo. Corrí de inmediato hasta lograr tomar su cintura entre mis brazos.

—¡Oiga!.—intenté llamarla —¿Se encuentra bien?.—ella no respondió—¿Seon Jin?.— volví a llamarla —¡Kim Seon Jin!.— repetí




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The Assistant [Yoongi] (En Re-edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora