Hace seis meses me diagnosticaron cirrosis, una enfermedad que afecta al hígado y hace que se deteriore lentamente hasta que te mueres. Cuando fui al médico y me detectaron la enfermedad ya había evolucionado bastante, tanto que el médico me dio un año de vida si no encontraba un donante.
Nunca te planteas que algo así te va a pasar a ti. Yo soy una persona joven, sólo tengo 18 años y me gusta hacer deporte. Cuando estaba en el instituto hacia natación pero comencé a sentirme cansada y tenía nauseas todo el tiempo así que lo dejé porque pensaba que necesitaba descansar. Pasó el tiempo, seguía perdiendo peso y comencé a vomitar. Mi madre me llevó al médico y me dijeron que padecía cirrosis en estado avanzado. Cómo te cambia la vida en un segundo. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue qué iba a ser de mi madre. Ella y yo vivimos solas en Long Island. Mi padre nos abandonó cuando yo tenía un año, ni siquiera me acuerdo de como era pero tampoco me importa. Mi madre siempre se ha preocupado mucho por mi, ha trabajado mucho para que no me falte de nada. Desde que supimos la noticia todavía se preocupa más, no me deja ir sola a ningún sitio, siempre tengo que ir con ella o con mis amigos. Mis amigos..., a ellos todavía no les he dicho nada. Ni siquiera a mi mejor amiga Cassie.
- Anne, quieres que te prepare un zumo o algo para beber-dijo mi madre desde la cocina.
- No mamá, estoy bien.
- Sabes cariño, ya han vendido la casa de al lado. Parece que vamos a tener vecinos nuevos. Espero que no sean tan ruidosos como los anteriores.
Bajé al salón y me asomé por la ventana. Dos hombres estaban descargando muebles de un camión mientras que una señora metía unas cajas dentro de la casa. Una niña de unos 13 años estaba sentada en el porche viendo como los demás trabajaban.
Me fui hasta la cocina y cogí una manzana. Alguien tocó el timbre.
- Ya abro yo mamá no te preocupes.- le dije a mi madre.
Me acerqué a la puerta y abrí. Delante de mi tenía al chico más guapo que jamás había visto. Ojos azul oscuro con motitas más claras, moreno, alto y con un cuerpo de diez.
-Hola, quería saber si tenéis un destornillador de estrella es que con la mudanza no encontramos la caja de herramientas y...Oh, perdona, no me he presentado soy Nathan, el nuevo vecino.
Me quedé allí, hipnotizada por esos ojos y con esa voz tan dulce y sexy a la vez.
- Espera voy a por la caja de herramientas- se oyó una voz detrás mio, mi madre. Salí de mi mundo y me di cuenta de que él me estaba mirando como si fuera un bicho raro. Se me encendieron las mejillas, no sabía que decir. Lo único que pensaba era "Y yo con estas pintas". Llevaba un moño despeinado y un pijama bastante desgastado.
Los segundos se me estaban haciendo eternos. El silencio era muy incómodo. Por fin, apareció mi madre con la caja de herramientas.
-Toma, podéis quedárosla hasta que terminéis. -dijo mi madre con una sonrisa amable.
-Gracias - respondió Nathan y se fue.
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Más allá de las estrellas
RomanceAnne es una chica de 18 años que vive en Long Island con su madre. Ella padece una enfermedad terminal que le impide llevar una vida normal de adolescente pero con la llegada de su nuevo vecino Nathan todo cambiará. Portada: @tbeatlesread