Llegó el día de Noche Vieja, y apenas quedan un par de horas para la fiesta. Desde el día en que le confesé mi amor a Nathan no lo he vuelto a ver. No es por pura casualidad, sino que le he estado evitando. Me da vergüenza verle pero hoy ya no podré esconderme. Hoy tendré que dar la cara y hoy, probablemente, ya tenga una respuesta.
Hace una semana le di uno de los billetes a Japón que me regalaron mis amigos por mi cumpleaños. Quería que el viniera conmigo, solo como amigo, pero mis sentimientos me traicionaron y mi boca empezó a hablar más de la cuenta. Ahora he perdido lo único que me permanecía estar a su lado, nuestra amistad. Esta noche no sé qué haré cuando lo vea, no sé que va pasar pero si sé que algo en nuestras vidas va a cambiar y me temo que la respuesta sea un "No".
- ¡¿Anne?! ¿qué te pasa? Estas como ida.- me dice me amiga Cassie que no para de correr de un lado a otro de mi habitación con ropa y maquillaje.
- ¿Eh? Nada. Solo... estaba pensando.
- Pues deja de pensar. Solo quedan dos horas y en una deberíamos estar allí para terminar de prepararlo todo. ¡Venga! Levanta el culo de la silla y ponte este vestido. Estarás divina.
Hago lo que me dice. Me levanto de la silla y cojo el vestido que ha seleccionado para mí. Es un vestido corto, dorado, de manga francesa, muy ajustado y con lentejuelas. Perfecto para la noche de fin de año. Seguro que con el brillo de las lentejuelas no paso desapercibida. En fin, que voy a hacer.
Me pongo el vestido y me miro en el espejo de cuerpo entero que tengo en la habitación al lado del armario.
- ¡Te queda genial!
- ¿Seguro? Me parece un poco corto y además brilla demasiado.
- ¡Qué bobada! Es perfecto. Es sexy y... cuanto más brille mejor.- y me guiña un ojo. No le he contado nada de lo que pasó el otro día. Espero que no intente nada raro.
- No quiero llamar la atención Cass. Encima voy a servir copas por si te habías olvidado. No sé si estaré cómoda con él puesto.
- Vamos, solo van a ser unas pocas horas y ya sabes que para estar guapa hay que sufrir. Anda, cálzate los zapatos y ven a que te retoque el maquillaje y el pelo.
- Y tú ¿qué?, no te vistes.
- Yo no tardo nada.- dice poniendo los ojos en blanco y arrastrando las palabras.
Media hora más tarde estamos listas y de camino al bar del tío de Cassie. Hace bastante frio y con este vestido que me llega a mitad de los muslos parece que se me van a congelar las piernas. Cassie también lleva un vestido corto pero no parece molestarle el frío. El suyo es negro y con la espalda descubierta. A ella siempre le ha gustado mucho lucirse pero no la juzgo, tiene un cuerpo perfecto.
Llegamos al bar y respiro aliviada al ver que Nathan todavía no ha llegado. Dejamos los abrigos y nos reunimos con el tío, que nos va a echar una mano detrás de la barra y yo me alegro, sino tendría que estar sola con Nathan todo el rato. De que nos explica donde se encuentran los vasos, hielos, bebidas y demás, me acerco a Marcus que está haciendo las pruebas de sonido.
- ¿Cómo te va?-le pregunto.
- Todo va perfecto.- me dice con una sonrisa enorme y con mucha ilusión.- ¿quieres escuchar un poco?- yo asiento con la cabeza y me acercó a él. Me pone unos cascos y empieza a poner un popurrí de canciones para que pueda escuchar más o menos lo que va a poner.
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Más allá de las estrellas
RomanceAnne es una chica de 18 años que vive en Long Island con su madre. Ella padece una enfermedad terminal que le impide llevar una vida normal de adolescente pero con la llegada de su nuevo vecino Nathan todo cambiará. Portada: @tbeatlesread