¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?

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Los días siguientes los pasé en casa reposando. Quiero que se me cure bien la cicatriz y no hacer muchos esfuerzos. El médico me dijo que todo iba muy bien así que quiero seguir así. En todos estos días no he sabido nada de Nathan. Creo que se enfadó bastante el otro día. Aún sigo dándole vueltas a la cabeza con lo que me dijo aunque no tiene mucho sentido que quiera volver conmigo porque antes de operarme me dijo que había que seguir adelante y no quedarse en el pasado. Yo entendí eso como que ya se había olvidado de mí. Tal vez, al ver que me he recuperado quiera volver a intentarlo pero no sé... al fin y al cabo fui yo la que terminó nuestra relación.

- Anne, cariño. Hoy voy a pasar todo el día fuera. Llegaré tarde por la noche. ¿Vale? - me dice mi madre desde su cuarto.

- Últimamente trabajas mucho. - digo mientras me acerco a su cuarto y me apoyo en el marco de la puerta. Se está terminando de arreglar.

- Si, ya sabes que tenemos que tenerlo todo listo para dentro de dos semanas.- asiento con la cabeza cuando me mira y me sonríe.

- Te queda muy bien ese vestido.

- Gracias.- se sonroja y empieza a pintarse los labios.

- No... ¿no te estás arreglando mucho para ir a trabajar? No sé, si fueras a una oficina pero vas a un laboratorio y...

- Bueno...- me guiña un ojo.- Me gusta que los demás me vean guapa.

- Pero...- <<Hay dios mío, no puede ser>>- No me digas que tienes un novio por ahí. - digo mientras me adentro en su habitación. Le entra una sonrisilla que no puede ocultar.

- Y... puedo saber quién es. ¿Lo conozco?

- Es... es Christian. - dice ruborizándose.

Christian es un compañero del laboratorio de mi madre. Tiene un par de años más que ella y fue el que la formó cuando entró a trabajar allí. Es un señor muy majo y siempre está haciendo chistes. La verdad, no me esperaba que mi madre y él, algún día, llegasen a ser novios.

- Me alegró mucho por ti mama.- y le doy un abrazo.

- ¿De verdad?

- Si.

- Hay... ¡Qué peso me has quitado de encima!...No sabía cómo te lo ibas a tomar.

- Pues bien. Te lo mereces.

- Gracias cariño.

- Oye...

- ¿Sí?

- Nada, nada...- le iba a comentar que tenía pensado buscar a mi padre, que me gustaría hablar con él pero he preferido no estropear el momento.- Es solo que...podrías invitarlo a casa un día a cenar.

- ¡Oh! Eso es estupendo cariño. Se lo diré. Bueno ya me voy que voy a llegar tarde.

La acompaño hasta la puerta y me despido de ella. Me alegro un montón de que haya encontrado a alguien.

Subo a mi habitación y me cambio de ropa. Me pongo un jersey blanco y unos vaqueros con unas botas. Me miro en el espejo y veo el colgante que me regaló Nathan cuando estaba en el hospital. Llevo la mano hasta él y lo cojo. <<Debería hablar con él.>> Me lo pongo y me lo meto por dentro del jersey. La verdad, no pega mucho con lo que llevo puesto pero es que es muy bonito y me siento a gusto cuando lo llevo conmigo. Bajo al piso inferior, me coloco el abrigo, la bufanda y el gorro y salgo al jardín trasero a buscar a Baddy. Las primeras nieves han caído y hace mucho frío.

Más allá de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora