Nathan
Las horas son interminables. Intento mantenerme tranquilo para evitar que Marie se ponga más nerviosa pero me cuesta mucho. Saco el móvil del bolsillo y vuelvo a mirar la hora. Ya han pasado siete horas desde que entró al quirófano. Marie me mira de reojo pero yo no le digo nada. Tampoco sé que decirle, no se me dan muy bien estas cosas.
Por fin, sale un médico y nos hace un gesto para que nos acerquemos. Me levanto inmediatamente pero espero a que Marie vaya delante.
-Doctor, ¿Cómo está mi hija?- dice la madre de Anne conteniendo las lágrimas.
-Verá, ha perdido mucha sangre... La operación parece que ha salido bien pero habrá que esperar a ver como evoluciona Anne y esperar que su cuerpo no rechace el hígado.
Al oír esas palabras expulso todo el aire que tenía contenido y que no me había dado cuenta de que lo estaba conteniendo. Se me quieren formar lágrimas en los ojos pero intento contenerlas, no me gusta que la gente vea llorar. Miro a la madre de Anne que me abraza y se pone a llorar.
- Gracias a Dios. Gracias. Mi pequeña...- repite contra mi pecho. Yo le acaricio la espalda a modo de apoyó.
- Podrán verla cuando la subamos a la habitación.- nos dice el doctor.
Yo asiento con la cabeza. Sabía que eras fuerte Anne. Sabía que ibas a salir de esta, ya lo verás- me digo a mi mismo. Vamos caminando despacio a la habitación donde llevarán a Anne. Su madre se ha puesto como loca a llamar a gente para contarles que todo ha ido bien. Me alegro de que esté tan contenta.
- Marie, - le digo antes de que marque otro número.- tengo que irme un momento. Enseguida vuelvo.
- No te preocupes cariño. Gracias por venir. Vete donde quieras, no hace falta que vuelvas si no quieres. Le diré a Anne que estuviste todo el rato conmigo.
- Gracias.- asiento y nos despedimos.
Anne
No sé cuánto tiempo llevo dormida ni cuánto tiempo a durado la operación. Voy abriendo los ojos lentamente y un dolor me invade la zona abdominal. Llevo mi mano derecha medio adormecida hacia la zona pero una mano me sujeta por la muñeca antes de que llegue. Giro la cabeza y veo a mi madre sonriendo.
- Cariño, ¿Cómo estás?- me dice mientras se levanta del sillón y se acerca un poco más a mí. Me pasa su suave mano por la frente y me peina un poco con los dedos.
- Me duele un poco.
- Es normal cariño.- me dice.- pero ne te toques. Voy a hablar con Zoe para decirle que ya te has despertado y a ver si te puede dar algo para que no te duela. Enseguida vuelvo.
Asiento y sale de la habitación. Intento coger aire pero me tiran los puntos así que tengo que respirar muy despacio. Al poco rato llega mi madre con Zoe. Parece que se han hecho muy amigas, no me había dado cuenta hasta hoy.
-Hola Anne, ¿Cómo estás?- me dice Zoe.
-Bien, aunque me duele un poco.
-Es normal. Deja que te mire las pupilas.- saca una linterna y me apunta a los ojos.
- _Sigue a la luz- me dice y yo la sigo.
-Muy bien ahora respira cuando yo te diga.- me aparta un poco el camisón y me coloca el estetoscopio.
-Coge aire.- yo obedezco.- muy bien, ahora expúlsalo... Eso es, muy bien. Parece que todo está correcto voy a por un calmante.- me dice con una sonrisa y yo se la devuelvo.
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Más allá de las estrellas
RomantikAnne es una chica de 18 años que vive en Long Island con su madre. Ella padece una enfermedad terminal que le impide llevar una vida normal de adolescente pero con la llegada de su nuevo vecino Nathan todo cambiará. Portada: @tbeatlesread