Tentación Irresistible (Bechloe)

¿Éxito?

Chloe se acababa de ir y no sabía qué hacer. Eran ya las doce de la noche. Decidí comer algo y ver la televisión, no podía dormir.

Sky se acurrucó a mi lado y yo lo abracé con todas mis fuerzas.

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Dos horas más tarde, me desperté en el sofá, por el ruido de mi móvil sonando.

-¿Sí?- Dije con voz cansada.

-Ups, ¿te he despertado?- Oí la voz de Chloe.

-¡Chlo! No pasa nada, me había quedado dormida en el sofá. ¿Cómo ha ido el viaje?- Pregunté.

-Un poco agotador. Nueva York es una ciudad bastante bonita- Contestó.

-¿Dónde duermes?- Me dirigí a la habitación mientras hablaba.

-Me han pagado un hotel. Estoy en una habitación enorme- Hizo una risita.

-¿Qué se supone que tienes que hacer?- Me eché en la cama y apagué la luz. Encendí la televisión de la habitación para oír algo por fuera del teléfono.

-No me han dicho mucho... Tengo que estar aquí, hablar con el hombre que quiere publicar mi libro y poco más- Suspiró.

-Espero que vuelvas pronto- Sky subió a la cama conmigo.

-Y yo... Ya te echo de menos- Yo sonreí.

-Buenas noches, Chlo- Me costaba despedirme pero tenía que hacerlo.

-Buenas noches- Colgó.

Me quedé mirando el móvil. Al menos su voz me llenaba un poco. Apagué la luz y me dormí.

NARRA CHLOE

Estaba en la cama de mi habitación de hotel, acababa de hablar con Beca. Estaba muy emocionada con este viaje, la verdad es que me apetecía. Lo único que faltaba era mi DJ.

Me dormí, pensando en ella y en cómo sería tenerla al lado en ese momento.

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La alarma de mi despertador sonó. Las 10 de la mañana. Me desperté feliz e intrigada por lo que iba a hacer hoy. No sabía nada. Solo dijeron que me vistiera como quisiera y que me esperarían en la puerta del hotel a las 11 en punto.

Me vestí y me peiné un poco. Bajé al bar a desayunar un café y cuando se hicieron las 11 fui a la entrada.

-¿Beale?- Dijo un hombre.

-Sí...- Contesté.

-Larry Tomson, soy el que quiere publicar tu libro- Sonrió y extendió su mano.

-Ah, sí, encantada- Apreté su mano, dando un saludo.

-¿Vamos?- Señaló a un Mercedes negro, que tenía al lado.

-Claro- Sonreí y me abrió la puerta del copiloto.

Entré. Era muy cómodo. No sabía dónde me iba a llevar y qué íbamos a hacer. Era todo muy extraño.

Entró y empezó a conducir. Era un chico bastante guapo, la verdad, y tenía pinta de tener dinero. Con su esmoquin de marca y su reloj plateado.

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Llegamos a un edificio. Aparcó y bajamos. Yo seguí a Larry por todo el edificio, en el ascensor, hasta llegar a una oficina. Se sentó en su silla y yo me senté en frente.