Cuando llegaron al lugar de la pelea, Clary estaba luchando sola contra dos demonios. Alec se sorprendió, Clary había avanzado mucho en su entrenamiento. Recordaba que cuando la conoció había sentido celos de saber que esta simple mundana había matado sola a un demonio tan solo con un detector, mientras él, con todos sus años de entrenamiento nunca había matado uno hasta ese momento. Ahora casi sentía orgullo de ella. Era bueno saber que esta chica tan capaz sería algún día parte de su familia, aunque eso, en su momento, también lo hubiera matado de celos.
Jace fue quien se adelantó, cuchillo serafín en mano. Llegó a donde estaba Clary y rebanó de un tajo uno de los tentáculos del demonio más grande. Éste se volteó hacia Jace y lo empezó a atacar mientras Isabelle se blandía su látigo contra el otro y Alec lo atravesaba con una flecha en el costado.
Después de tres tiros alcanzó el corazón y el demonio se empezó a desintegrar haciendo que las flechas cayeran al piso, justo cuando Izzy, con un jalón más fuerte de su látigo, con el que lo tenía rodeado, lo partía por la mitad. El de Jace y Clary, que era el más grande, había empezado a huir hacia un callejón. Lo siguieron y cuando estaba a punto de desaparecer del otro lado de la barda, Jace lanzó su cuchillo y le dio cortándole otros dos tentáculos. Iban a perseguirlo cuando Isabelle fue lanzada hacia la orilla de la calle por otro demonio que había salido de la nada. Tubo que usar un glamour mientras salía disparada para que los mundanos que transitaban no la vieran azotar contra el poste de luz. El demonio que parecía una cucaracha muy gorda y babosa fue tras ella pero una flecha de Alec le dio justo en la cabeza antes de que alcanzara a Izzy. Apareció uno más justo al fondo del callejón bloqueándoles el paso y Jace se adelantó enseguida a apuñalarlo con un nuevo cuchillo. No tardó en matarlo y fue hacia la barda para intentar alcanzar al otro.
Alec ayudó a su hermana a incorporarse. Regresaron al callejón y Jace venía de regreso hacia ellos.
-Lo maté -dijo limpiándose un poco de icor negro de su chaqueta.
Les sonrió y se encaminó de regreso.
-Ustedes adelántense-Les dijo a sus hermanos- yo voy a dejar a Clary en su casa.
-Está bien. Te espero despierto.
-No es necesario- sonrió Jace- Descansen. Nos vemos mañana.
Clary se despidió de ellos y se fueron. Alec e Izzy decidieron que a esas horas no necesitaban usar un glamour para esconder sus cuerpos llenos de suciedad y sudor.
Cuando llegaron al instituto, Alec tenía los pensamientos del día rondándole en la mente, si embargo cuando su cabeza tocó la almohada se rindió al sueño y no despertó hasta la mañana siguiente.
Los rayos del sol bañaban la habitación de Alec cuando despertó. Se incorporó en la cama y tomó su celular. Durante días lo primero que había hecho al despertar había sido llamar a Magnus, solo para que este ignorara la llamada y dejara sonar la contestadora. Curiosamente desde el día anterior el nombre de Magnus ya no era acompañado en su cabeza por la imagen de alguien gentil, extravagante y amoroso como lo había hecho hasta ahora, sino que esa imagen había sido remplazada por la persona de mirada fría que lo había ignorado al pasar por su lado. Todavía sentía un nudo en el estómago al recordar el momento, pero esperaba que quizás fuera algo bueno, quizás era lo que necesitaba para empezar a olvidarlo.
Dejó el celular a un lado en la mesita de noche y fue al baño para arreglarse.
Una de las cosas más desesperantes de tener el corazón roto era esa necesidad de estar todo el día encerrado lamentándose por algo ya perdido. Intentaría cambiar eso. Ese día no tenía ninguna misión que cumplir; pasaría el día solo, pero no lamentándose. Iría a algún parque, o a algún café y seguiría con su vida. La sensación dentro de su pecho no mentía, todavía amaba a Magnus, seguía sin saber si algún día dejaría de amarlo, pero estaba listo para superarlo.
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TMI: Ciudad de conversión
FanficDespués de quedar desdichado tras su rompimiento con Magnus, los problemas de Alec no terminan. El destino le tiene preparado un giro completo a su vida que lo hará ver desde otro ángulo su antigua naturaleza nefilim, y tener que aprender a aceptar...