¡Hola! Normalmente cuando publico aquí estoy muy apurada así que no había podido presentarme (lo sé, lo sé, diez capítulos es un poco muuuy tarde, pero bueno, más vale tarde que nunca ^_^), así que aquí su fiel servidora, Melopea.
Quería agradecerles muchísimo a todos los que leen la historia y en especial a los que le dan estrellita y comentan, de verdad ¡gracias!
En fin, eso es todo por ahora, espero que disfruten el capítulo.
★ ✩ ✮ ✯ ✰★ ✩ ✮ ✯ ✰★ ✩ ✮ ✯ ✰★★ ✩ ✮ ✯ ✰★ ✩ ✮ ✯ ✰★
Alec llevaba un rato caminando al lado de Raphael sin decir una sola palabra. Todavía se sentía muy conmocionado por lo que acababa de pasar. Por un lado, sus hermanos ya sabían lo que había ocurrido con él y exceptuando algunos golpes, amenazas y el apuñalamiento de Raphael, no había sido tan malo como pensó que sería. No estaba seguro de si era porque realmente aceptaban el hecho de que fuera un vampiro, o si quizás se debía a que ellos todavía no analizaban a fondo lo que esto representaría de ahora en adelante. En cualquier caso, no lo odiaban y por ahora eso era más que suficiente.
Por otro lado, ¿qué diablos había sido lo que le ocurrió durante el ataque? Se había convertido en una maldita bestia salvaje. El recuerdo era demasiado borroso, de hecho no recordaba casi nada de lo sucedido justo antes de darse cuenta de que todos lo estaban observando. Lo único que tenía completamente claro era la sensación tan placentera que sintió mientras bebía la sangre de la cazadora. Estaba demasiado amarga, y ahora que lo pensaba, Simon les mencionó en alguna ocasión que justo así sabía la de Sebastian; pero aun así, algo había tenido que a pesar de su sabor la disfrutó demasiado.
De repente se dio cuenta de algo, acababa de alimentarse de una persona viva. La había matado succionando su sangre hasta dejarla sin nada. No le importó quitarle la vida a alguien, solo le importó saciar su antojo, porque realmente había sido eso, ni siquiera estaba hambriento, solo lo había hecho por... ¿por qué? ¿Orgullo? ¿Adrenalina? ¿Acaso era así como Jace se sentía cada vez que mataba a un demonio y por eso que le gustaba tanto hacerlo?
-Estás muy callado.-el vampiro junto a él le habló sin mirarlo, mientras seguía caminando. Alec casi saltó, había olvidado que no venía solo. De repente se puso nervioso, ahora que lo pensaba, nunca había tenido una conversación real con el latino. Intentó que no se le notara demasiado, pero el tono su acompañante sugería que quería saber a qué se debía su silencio y Alec no estaba muy seguro de cómo debería de hablarle. Era muy serio y normalmente dejaba bastante claro que lo que ocurriera con los demás no era algo que le importara, y aun así ahí lo tenía cuestionando su comportamiento.
Se aclaró la garganta antes de hablar.
-Estaba pensando.
-Ya lo sé- sonrió de medio lado- tienes esa cara.
Alec lo miró sin entender.
-¿Qué cara?
-La cara que ponen todos después de matar a su primera víctima.
Alec tragó saliva y miró al suelo. Raphael volteó hacia él con una mirada más suave de lo común.
-Con el tiempo vas a aprender a superar ese tipo de cosas. No deberías sentirte culpable, era su vida o la tuya, además, de haber sido todavía nefilim también la hubieras matado, simplemente habrías utilizado otro método.
Eso lo dejó helado. Era cierto. De no haber sido vampiro la habría matado de todas formas, con un cuchillo, con una flecha o con cualquier otra arma, de todos modos lo habría hecho. En realidad, ahora que lo pensaba, ella ni siquiera había sido la única vida que quitó esa noche, también estaba el otro cazador al que le rompió el cuello y en absoluto habían sido los primeros a los que había matado en su vida. Entonces ¿por qué se sentía tan mal? ¿Cuál era la diferencia de matar siendo nefilim y matar siendo vampiro?
ESTÁS LEYENDO
TMI: Ciudad de conversión
Fiksi PenggemarDespués de quedar desdichado tras su rompimiento con Magnus, los problemas de Alec no terminan. El destino le tiene preparado un giro completo a su vida que lo hará ver desde otro ángulo su antigua naturaleza nefilim, y tener que aprender a aceptar...