¿Por qué a mí?

Capítulo 22- Declaración en el karaoke.

:) Volvi más pronto de l esperado pero no se acostumbren por que yo escribo cuando me inspiro y se me ocurren ideas que resulten atractivas.

Ya saben espero con ansias sus comentarios y voto. Besitos y hasta ponto y fíjense el video y la foto que les dejo es Satiago cantando cn Yasmina.

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Al final me di por vencido con la búsqueda, estaba más que claro que ellos no estaban haciendo turismo y que no querían ser encontrados porque de otra manera Benjamín atendería el celular y muy por el contrario me saltaba continuamente el correo de voz, así que no quería desperdiciar más mi tiempo y decidí llevar a la pitufa a pasear un rato.

-¿Tenes alguna preferencia de donde podemos pasear o elijo yo?

-Me gustaría ir al jardín de Lodhi.

-¿Quién te hablo de ese lugar?

-Benjamín, el otro día me llevo ahí y me encanto pero no vimos mucho, en realidad yo más que nada necesitaba pensar y él lo entendió así que nos sentamos en un banco,

-Ok vamos.

Llegamos al lugar y recorrimos un poco el lugar, ella se asombraba de todo lo que veía, de a ratos se sonrojaba y yo quisiera saber en qué está pensando. Vamos tomados de la mano, es un acto reflejo al que ya le tome gusto y como que si la suelto por un rato siento que me falta algo, así que trato de llevarla siempre de la mano y en algunas ocasiones de la cintura pero eso es demasiado tentador, cuanto menos contacto haya mejor para que yo no me extralimite.

-Pitufa ¿qué pensas?

-En nada.

-Mentirosa.

-Idiota.

-¿A ver si el asalta cunas de mi primo te instruyo bien, decime que te dijo del lugar?

En ese momento se puso más colorada y yo me imagine por donde iba la cosa.

-Me dijo que este lugar es como un refugio para escaparse de los ruidos provenientes de la ciudad, y que es elegido tanto por familias como así también por las parejas que buscan un poco de intimidad.

-¿Y vos decidiste traerme acá para tener intimidad?

-¿Qué decís tarado? en realidad quería ver bien el lugar ya te dije que él no pudo mostrarme más que el camino hasta el banco y lo único que me dijo fue eso.

Ella me contestaba con esa soberbia que a mí me encanta porque no puede disimular que estar muy cerca mío logra ponerla nerviosa. Así que si ella quería intimidad yo se la voy a dar, total esto es un lugar público y no me voy a pasar de listo. La tomo de la mano y la llevo a un lugar alejado.

En uno de los jardines hay muchas palmeras elijo que la que está más lejos y la arrastro hasta ahí, después me siento con la espalda apoyada en el tronco de una palmera y hago que ella se siente en mis piernas, la mantengo abrazada por la cintura y ambos miramos el paisaje, estoy mirando sin mirar porque mi atención se ve absorbida por su perfecto cuello, en la curvatura donde se puede percibir el flujo de sangre o energía como prefieran llamarlo, poco a poco me siento atraído a esa parte y lentamente me acerco, primero le doy un pequeño beso y espero la reacción. Ella está un poco sofocada signo de que lo que hago no le molesta así que poco a poco voy incrementando la intensidad de los besos que le doy, después cuando siento que esos besos ya saben a poco, hago que se gire mirándome y comienzo a besar esos labios rosaditos que en un rato van a estar hinchados y rojos a causa de la fuerza que pongo en cada beso.

Entre un beso y otro trato de no perder la razón y de a ratos le digo alguna cosa.

-Eva.

-mmm