¿Por qué a mí?

Capítulo 7- Novia de mentira.

Aquí les dejo un nuevo capítulo.

Ya saben si les gusta voten, comenten haganse fan etc etc etc.

Relamente quiero saber que opinan de la historia.

Gracias a todas por el apoyo que me brindan.

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Cuando Santiago por fin da por terminado el beso trato de alejarme pero él me toma de la cintura como si fuese lo más común entre nosotros. Lo miro incrédula pero en ese momento el desvía la mirada hacia la persona que teníamos enfrente. Una mujer con todas las letras tendría la edad de él o tal vez un poco más. Emanaba seguridad por todos y cada uno de sus poros,  me recorrió con la mirada como quien está tasando un producto para la venta. Yo me removí en los brazos de mi acompañante pero él no se inmuto y como toda respuesta me sujeto con un poco más de fuerza de la necesaria.

En ese momento la recién llegada se dignó a saludar, en realidad lo saludo a él a mí me ignoro olímpicamente.

-Santiago tanto tiempo sin verte.

- Berenice. Cierto bastante tiempo aunque no recuerdo con exactitud el tiempo preciso.

-¡Seguro! Contame ¿qué haces en México?

-Estoy trabajando.

-¿ha sí y de que trabajas ahora?

-De lo que siempre me apasiono, la fotografía.

-Pensé que eso era un hobby.

-Si jamás creíste que se podía vivir de eso ¿no?

-Y lo sigo pensando. Sólo una ilusa se casaría con un fotógrafo, esto lo dijo mirándome con cara de suficiencia.

-Por supuesto no es tu caso.

-Para nada.

Realmente me sentía bastante incomoda. Si no fuese porque Santiago me estaba sosteniendo de la cintura ya me hubiese ido para dejarlos solos, aunque se trataban con un fingido respeto se notaba que había cierta tensión entre ellos.

-Ha que maleducado soy. Berenice quiero presentarte a Evangelina mi novia.

Un rubor recorrió mis mejillas el me sonrío y paso sus dedos por el sector de mi cara que había cambiado de color y luego me dijo.

-Amor no seas vergonzosa, Berenice es una vieja conocida.

Yo quería atravesarlo con mis ojos. Si fueran laser Santiago ya estaría tocando el arpa, porque sin dudar lo mataría, pero trate de recomponer mi semblante para enfrentarme a  la mujer que en ese momento había fijado sus ojos en mí y note que su rostro también estaba un poco colorado, pero no parcia avergonzada sino más bien furiosa.

-Mucho gusto Berenice.

-Igualmente. Bueno tengo que dejarlos porque mi MARIDO ¿te acordas de él Santiago? Me espera para salir.

-Claro que me acuerdo. Bueno te dejamos ir con tu marido, nosotros también estamos deseando un poco de privacidad. Hasta otra oportunidad.

Berenice volvió a mirarme y juraría que estaba desconcertada. Yo no entendí mucho pero espere que se alejará bastante para darme vuelta e increpar a Santiago.

-Se puede saber qué…

-Ahora no Evangelina vamos al cuarto y ahí te lo explico.

Subimos a la habitación en el más absoluto silencio. Yo estaba al borde de un colapso nervioso y al llegar cruce el umbral y cruce los brazos sobre mi pecho mientras movía el pie de manera nerviosa y que logro sacar de quicio a Santiago.